Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
AMY GOODMAN: El gobierno de Bush anunció planes para vender a Arabia Saudí bombas altamente perfeccionadas por 120 millones de dólares. La venta formaría parte del paquete de ayuda militar por 20.000 millones de dólares de la Casa Blanca para sus aliados del Golfo. El presidente Bush hizo el anuncio al iniciar una visita de dos días a Arabia Saudí para reunirse con el rey saudí Abdullah. El Congreso dirigido por demócratas tiene treinta días para bloquear el acuerdo, pero los dirigentes demócratas ya han indicado que lo dejarán pasar. Hablamos con Craig Unger, autor de «House of Bush, House of Saud.» [Casa de Bush, Casa de Saud]. Su último libro se llama «The Fall of the House of Bush» [La caída de la Casa de Bush]. Craig Unger es editor colaborador de Vanity Fair.
Bienvenido a Democracy Now! Ante todo, Craig, su evaluación del viaje del presidente Bush a Arabia Saudí, ¿por qué fue? Es su primera visita.
CRAIG UNGER: Bueno, pienso que es una buena oportunidad para contemplar la decadencia del poder estadounidense datando del 11-S. Si se vuelve a ese momento, en aquel entonces el precio del petróleo era de 28 dólares el barril. Inmediatamente después del 11.S, los saudíes inundaron el mercado del crudo para reducir su precio como manifestación de buena voluntad. Por cierto, quince de los diecinueve secuestradores eran saudíes, pero necesitaban la aprobación de EE.UU.
Actualmente, EE.UU. está en una posición mucho, mucho peor. Y Bush llega con un paquete de armamento de 20.000 millones de dólares. Es más menos todo lo que puede ofrecer. Al mismo tiempo, trata de reducir el precio del petróleo. Pienso que en eso tendrá muy poco éxito. Y el precio se ha más que cuadruplicado a unos 100 dólares por barril. También quiere que los saudíes presionen a Irán para ayudar a aislar a Irán en la región, y creo que también en eso tendrá muy poco éxito.
AMY GOODMAN: ¿Y este paquete militar que lleva, hablando de unos 120 millones de dólares en bombas de alta tecnología, parte de un paquete militar de 20.000 millones para la región, con la parte del león para Arabia Saudí?
CRAIG UNGER: Correcto. Bueno, en teoría, se supone que será utilizado para alejar la amenaza iraní. Sabe, es bastante interesante que haya habido una conferencia de prensa en Israel durante esta semana en la que dijeron que las bombas inteligentes que están recibiendo son más inteligentes que las bombas inteligentes que estamos vendiendo a Arabia Saudí.
AMY GOODMAN: De modo que, en los hechos, ¿se trata de refutar que EE.UU. esté dando a Israel y luego dando a Arabia Saudí y Egipto?
CRAIG UNGER: Exactamente. De cierto modo estamos jugando a los dos lados de la valla. Pero al mismo tiempo, tratamos de presionar a los saudíes para aislar a Irán, y los saudíes se han mostrado más bien conciliantes hacia Irán. Se ve que el conflicto chií-suní existe en toda la región. Comenzó en la guerra en Iraq, desde luego. Pero recientemente, Ahmadineyad fue huésped de Arabia Saudí en el Hajj en La Meca, y también se le vio junto al rey Abdullah caminando del brazo en el Consejo de Cooperación del Golfo. Así que no se han mostrado tan hostiles entre ellos como lo quisiera Bush.
AMY GOODMAN: ¿Puede hablar de la antigua relación que usted ha documentado tan bien en su libro «House of Bush, House of Saud» y cómo ha cambiado? Quiero decir, ¿no fue – bueno, en esos días lo llamaban «Bandar Bush» al embajador saudí en EE.UU. – una de las primeras personas de afuera que llegó a la Casa Blanca después del 11-S, la noche siguiente, fumando puros con el presidente Bush.
CRAIG UNGER: Exactamente. Fue una de las relaciones más estrechas entre un presidente de EE.UU. y otro dirigente extranjero en la historia estadounidense. Y hablo de Bush, Bush padre, Bush 41, George H.W. Bush, quien fue muy, muy amigo del príncipe Bandar, el embajador saudí en EE.UU. durante más de veinte años. Y así fue – aunque por la edad estaba mucho más cerca del George Bush más joven, desde el punto de vista personal no eran tan cercanos. Y sin embargo, justo después del 11-S, tuvimos la ahora famosa evacuación saudí de EE.UU. cuando el espacio aéreo estadounidense estaba prácticamente cerrado.
AMY GOODMAN: Así que no se permitía que despegaran aviones, y el gobierno de Bush permitió que sólo uno, el avión que iba repleto de saudíes, despegara y se fuera, con bin Ladens.
CRAIG UNGER: Correcto. La aviación todavía estaba clausurada, y se vio a esos vuelos chárter partiendo de Florida y recogiendo a saudíes en todo el país. Así que fue una relación extraordinariamente estrecha.
Ha empeorado considerablemente, sin embargo. Y los saudíes se han mostrado muy descontentos con el fuerte apoyo de Bush para Israel, el hecho que no haya tomado medidas enérgicas respecto a Israel en el conflicto israelí-palestino. Y el rey Abdullah rompió con EE.UU. incluso antes del 11-S. Estuvo trazando efectivamente una línea en la arena justo antes del 11-S. Ahora, por cierto, Bandar ya no es embajador en EE.UU. La relación ha empeorado considerablemente.
Y de nuevo, hace muy poco, lo vimos en la conferencia de Annápolis. Bush hizo que los saudíes fueran a la conferencia de paz de Annápolis sobre el conflicto israelí-palestino. Hizo que también fueran otros aliados árabes suníes – Egipto y Jordania. Pero desde entonces, hemos visto que Israel sigue apoyando más asentamientos en Cisjordania. EE.UU. no lo presiona. Así que los dirigentes suníes se sienten algo embarazados en casa por haberse quedado en la estacada y haber asistido a la conferencia de Annápolis.
AMY GOODMAN: Newsweek publica un gran artículo: «El reciente poder del petro-Islam: En Arabia Saudí Bush encuentra una fuerza más poderosa que la democracia.»
CRAIG UNGER: Bueno, ciertamente, Bush ha hablado mucho de democratizar Oriente Próximo, pero Arabia Saudí, por cierto, es una monarquía brutal. Y no vamos a verlo presionando ahora a Arabia Saudí. En realidad no está en condiciones para hacerlo. EE.UU. está muy obligado por gratitud a sus aliados – los pocos aliados que quedan en Oriente Próximo. Y, por supuesto, somos adictos al petróleo.
AMY GOODMAN: El tema de Iraq y Arabia Saudí, los chiíes, los suníes, Arabia Saudí y el petróleo, ¿donde se posiciona Arabia Saudí en la guerra de Iraq?
CRAIG UNGER: Bueno, hubo un montón de consecuencias no intencionadas de la guerra de Iraq, y una de ellas, por supuesto, fue el conflicto suní-chií que ha infectado a toda la región. Y Arabia Saudí, por cierto, tiene en gran parte una población suní. Y si se mira quién ha causado las muertes estadounidenses en Iraq, son sobre todo suníes, que han participado, que han estado atacando a los estadounidenses. Y es un resultado de la discriminación de los miembros del partido Baaz y de la purga de partidarios de Sadam.
En los últimos meses, desde la ‘oleada’, EE.UU. ha invertido su política y ha comenzado a volver a respaldar a los suníes y a permitir que vuelvan al gobierno El gobierno de al Maliki en Iraq también lo ha hecho. Y en cierta medida, eso debiera aliviar en algo la tensión que había molestado a los saudíes.
AMY GOODMAN: ¿Y el hecho de que la mayor parte del petróleo se encuentre, desde Iraq a Arabia Saudí, bajo tierra chií, siendo que la secta wahabí es realmente hostil a los chiíes?
CRAIG UNGER: Ciertamente. Hay una importante población chií en Arabia Saudí, y sucede que se encuentra sobre todo en las provincias ricas en petróleo.
AMY GOODMAN: Finalmente, la cobertura de Arabia Saudí en los medios de EE.UU., cómo estos acatan la línea de Washington, ¿qué piensa que falta?
CRAIG UNGER: Bueno, Arabia Saudí puede ser un país muy, muy brutal. Y, sabe, oímos hablar una y otra vez de la política de Bush de democratizar Oriente Próximo. Pienso que si se considera la visión neoconservadora, que de nuevo habla de democratización, democratización, se trata en realidad mucho más de dominación estratégica de Oriente Próximo, y ha sido una visión de apoderarse de Iraq y en última instancia de Irán.
Uno de los eventos de los últimos meses que ha debilitado realmente la posición de Bush durante esta visita ha sido el Cálculo Nacional de Inteligencia que apareció sobre Irán y que mostró que Irán no tiene un programa activo de armas nucleares. Y esto sucede cuando Bush ha estado tratando una y otra vez de aislar a Irán. Pareció como si el gobierno de Bush estuviera realmente preparándose de nuevo para atacar a Irán, pero el CNI ha debilitado eso. Y también – de nuevo, tenemos a Bush tratando de presionar a los saudíes para aislar a Irán, pero el CNI afectó negativamente todo eso.
AMY GOODMAN: ¿Piensa que habrá una diferencia importante en las relaciones de EE.UU. con Arabia Saudí cuando Bush abandone el poder?
CRAIG UNGER: No, en realidad. Pienso que dependemos tanto del petróleo que en cierto modo necesitamos a los saudíes.
AMY GOODMAN: Craig Unger, quiero agradecerle por su participación. Su último libro es «The Fall of the House of Bush.»
http://www.democracynow.org/2008/1/15/bush_visits_saudi_arabia_as_us