Canadá está de luto por la muerte el 22 agosto 2011 de uno de sus grandes ciudadanos: Jack Layton, líder de izquierda, quien dejó una profunda huella en la política canadiense. Lo están homenajeando a través de este enorme país, especialmente en Toronto, ciudad a la cual sirvió como consejero municipal durante 20 años, antes […]
Canadá está de luto por la muerte el 22 agosto 2011 de uno de sus grandes ciudadanos: Jack Layton, líder de izquierda, quien dejó una profunda huella en la política canadiense. Lo están homenajeando a través de este enorme país, especialmente en Toronto, ciudad a la cual sirvió como consejero municipal durante 20 años, antes de ser electo jefe del partido socialista NDP. Este es el único partido canadiense que ha apoyado a la revolución bolivariana de Venezuela.
Fue un político muy querido, de gran carisma, que sabía comunicarse con su pueblo, siempre con una sonrisa y un optimismo que parecía inagotable. Nunca vendió sus principios. El pueblo lo llamaba «Jack», con cariño, como si fuese un amigo personal.
En Canadá se decía que ‘la izquierda estaba muerta» pero Jack les demostró que esto no era cierto. En las elecciones de este año realizó una hazaña política única en la historia canadiense, logró simultáneamente tres cosas: (1) aumentar para el NDP el numero de puestos parlamentarios de apenas 37 a 103 puestos, (2) en Quebec los votos para el NDP arrasaron con el partido separatista Bloc, que quedó reducido a 4 puestos, y (3) espectacularmente, el NDP llegó a ser el Partido Oficial de Oposición, relegando al arrogante Partido Liberal a partido de tercer puesto.
En toda la historia política de Canadá los Liberales siempre habían sido o Partido de Gobierno o el Partido Oficial de la Oposición. Todo esto en conjunto, viene siendo un verdadero milagro político, que ninguno de los analistas o periodistas de los medios pudo pronosticar. Jack cambió los parámetros de la dinámica política canadiense dándole fuerza a las ideas socialistas.
¿Cómo pudo un líder de valores socialistas ganarse tantos votos en este país tan capitalista? Primeramente, sus valores no eran de la boca para fuera sino respaldados por sus actos. Se pasó su carrera luchando por la igualdad, por la justicia social, por la inclusión. Hizo del problema de los sin hogar, los callejeros, un problema nacional, logrando millones de dólares federales para programas de alojamiento público. Apoyó los derechos de los homosexuales y fomentó ayuda a los enfermos con SIDA cuando había oposición y estigma en estos asuntos. Luchó por el medio ambiente y lo ridiculizaron por siempre andar en bicicleta en vez de auto, y promulgó medidas para ahorrar energía y agua antes de que esto fuese reconocido como necesario. Lanzó una campaña exitosa para combatir la violencia contra la mujer. Como líder del NDP fue un astuto defensor de los programas de servicios públicos, especialmente del sistema de medicina social de Canadá – sistema establecido gracias a los esfuerzos del fundador del NDP, el gran Tommy Douglas. Fue Jack Layton el que impulsó al Primer Ministro de Canadá, Stephen Harper, del Partido Conservador, a que hiciera un acto formal de pedirle perdón a los pueblos indígenas de este país por los abusos cometidos a sus niños estando bajo protección del estado. Harper, político de pocas amabilidades, públicamente le agradeció a Jack su ayuda en este asunto. Porque Jack no hizo enemigos. Sabía hacer y mantener amistades. Era un caballero que no hacía ataques personales y trataba a todos con respeto, aun sus adversarios.
En segundo lugar, su campaña electoral fue excelsa; muy positiva, optimista, inclusiva. Trajo humanidad a la política. Le abrió la puerta a los Quebecois, invitándolos a participar en la política federal. Y su valentía personal estuvo evidente en esta última campaña cuando, a pesar del cáncer, continuó su trabajo político con perseverancia, fiel a sus valores. El bastón que tuvo que usar, dejó de ser una muleta; lo alzaba en saludo convirtiéndolo en una especie de varita mágica.
Lúcido hasta el final, dejó una carta muy conmovedora a sus compatriotas que concluye así: «Mis amigos, el amor es mejor que la ira. La esperanza es mejor que el miedo. El optimismo es mejor que la desesperanza. Así que seamos cariñosos, esperanzados y optimistas. Y cambiaremos el mundo.»
Jack, descansa en paz.
Fuente: Vocera del Círculo Bolivariano Louis Riel