El presidente de Ecuador, el izquierdista Rafael Correa, ha obtenido en las urnas un respaldo incluso mayor del que se esperaba en la consulta popular para reformar el Estado. El sí a la instalación de una Asamblea Constituyente que se encargará de redactar una nueva Constitución se sitúa en el 81,59% de votos, una vez […]
El presidente de Ecuador, el izquierdista Rafael Correa, ha obtenido en las urnas un respaldo incluso mayor del que se esperaba en la consulta popular para reformar el Estado. El sí a la instalación de una Asamblea Constituyente que se encargará de redactar una nueva Constitución se sitúa en el 81,59% de votos, una vez escrutados los sufragios del 90,09% de las mesas de la consulta popular celebrada este domingo en el país.
Anoche, los sondeos arrojaban una victoria de Correa de por sí abrumadora, con un 78%. Aunque los resultados oficiales facilitados por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) no son definitivos, la aplastante victoria del «sí» ya lo es, pues aunque todos los votos restantes fueran noes, blancos o nulos, su suma no alcanzarían a los sí ya escrutados.
De acuerdo con los resultados parciales del TSE, el no a la instalación de la Asamblea Constituyente alcanza el 12,61 por ciento, lo que significan 745.709 votos, en tanto que por el sí hay hasta el momento 4.824.550 votos en las actas escrutadas. En blanco se registraron 45.140 votos (0,76%), en tanto que 297.523 votos fueron nulos (5,03%).
Aunque el TSE había anunciado un plazo de cinco días para entregar los resultados oficiales, su presidente, Jorge Acosta, ha afirmado que debido a la rapidez con que se están procesando las actas, podrían proclamarse los resultados antes de 48 horas. En ese sentido, ha señalado que no descarta la posibilidad de que la convocatoria para la inscripción de candidatos para asambleístas se realice el próximo 25 de abril, aunque todo depende de la agilidad en el proceso actual.
Un total de 9.188.884 ecuatorianos estaban convocados el domingo a las urnas para pronunciarse en una consulta popular, cuyo proceso de convocatoria provocó una fuerte polémica, aún sin resolver, entre el TSE y el Parlamento.