Desde el inicio de la Operación Especial rusa en Ucrania, gobiernos y medios de comunicación atlantistas nos han estado bombardeando sobre el supuesto poder de sus armamentos, que eran suministrados al gobierno nazi de Kiev y gracias a los cuales el ejército ucraniano pondría de rodillas al ruso y lo obligaría a rendirse. Desde los misiles antitanque Javelin a los misiles Tomahawk, larga ha sido la lista. No obstante, como es bien sabido, una cosa es la propaganda y otra la realidad. Andando los últimos tres años, varios conflictos -empezando por el de Ucrania-, ha permitido medir, en el campo de batalla, la verdadera efectividad de las armas atlantistas y de las armas rusas y chinas.
Una fuente inestimable de análisis de la cosa militar es la revista estadounidense Military Watch (MW), que es lo más serio que puede encontrarse sobre estos temas. Los datos que maneja MW, provenientes de fuentes primeras, suelen ser avalados por otros medios de renombre en EEUU, como The New York Times o The Washington Post, por mencionar sólo a dos. De MW tomamos, a efectos informativos, los siguientes hechos.
Primer hecho relevante a reseñar es la decisión de Indonesia, de adquirir 42 aviones de combate J-10C de cuarta generación, de fabricación china, decisión que causó no poco estupor en EEUU y la OTAN. Indonesia es el segundo mayor país de la región Asia/Pacífico, el segundo más poblado y su cuarta economía. La apuesta inicial de Indonesia había sido la compra de 11 aviones de combate rusos Su-35S, con un acuerdo complementario para adquirir más cazabombarderos hasta equipar varios escuadrones. La compra a Rusia tenía un valor de 1.100 millones de dólares. EEUU intervino drásticamente, amenazando con imponer sanciones económicas y, en 2024, Indonesia renunció a adquirir los aviones rusos. El gobierno de Yakarta reaccionó en negativo y una de sus medidas fue reducir su dependencia de los sistemas de pago occidentales. La otra fue adquirir, no 11, sino 42 cazabombarderos chinos. MW comentó: “Si Estados Unidos no hubiera amenazado con sancionar a Indonesia, es probable que este país hubiera adquirido el Su-35, y potencialmente el Su-57…, lo que habría reducido el margen de maniobra de su flota para la adquisición de J-10”.
Agregaba MW que, para EEUU, “las consecuencias de sus amenazas de sanciones han sido, sin duda, muy perjudiciales. El acuerdo sobre el J-10C es significativamente mayor que el planificado para el Su-35, lo que significa que se destinará una cantidad considerablemente más grande de financiación a los sectores de defensa de los adversarios del bloque occidental de la que habrían recibido en otras circunstancias. La alianza estratégica de China con Indonesia también es significativamente más sólida que la alianza con Rusia y el fortalecimiento de esta alianza supone un mayor desafío para los intereses occidentales, que quieren minimizar la influencia de sus adversarios en el país más grande del Sudeste Asiático“. Las amenazas de EEUU derivaron a peor.
Vamos a otra noticia, también de MW. El Ministerio de Defensa de India está en conversaciones con Rusia para la adquisición de misiles tierra-aire por valor de 1.100 millones de dólares, para sus sistemas de defensa aérea S-400, de fabricación rusa.
“Los medios de comunicación locales -dice MW- han informado que el alto rendimiento demostrado por el sistema S-400 durante los enfrentamientos con las fuerzas pakistaníes a principios de mayo es un factor clave que ha impulsado a la Fuerza Aérea a aumentar su inversión en estos sistemas. Fuentes indias atribuyen a los batallones del S-400 el derribo de cinco o seis aviones de combate pakistaníes y un avión de apoyo de gran tamaño, probablemente un sistema de alerta temprana y control. India es el único operador extranjero del S-400 que, hasta donde se sabe, lo ha probado en combate”.
Como se recordará, en el último y reciente duelo aéreo entre India y Paquistán, se enfrentaron, por parte india, aviones franceses Rafale y, por parte paquistaní, aviones J-10C chinos, con clara superioridad de los cazabombarderos chinos sobre los franceses, con el resultado de varios Rafale derribados (el número exacto es secreto militar, pero están entre dos y cinco). Como una cuestión es la propaganda y otra la realidad, puestos en combate real, la tecnología china resultó superior a la francesa. Tomando en cuenta que los Rafale son lo mejor que produce la Europa atlantista en cazabombarderos, la conclusión a llegar es fácil. Los Rafale son inferiores a los J-10C. La comparación se hace peor si consideramos que estos aviones no son los cazabombarderos de última generación que produce China. De hecho, ocupan en tercer lugar en prestaciones.
En el lado contrario, los sistemas S-400 rusos demostraron una altísima efectividad, siendo determinantes para que el duelo aéreo con Paquistán no terminara en una dolorosa derrota para India. Por esa razón, en el presente, India ha solicitado más sistemas S-400 y más armamento ruso y, claro, muchísimos más misiles, rusos también. En septiembre pasado, diarios indios informaban de un pedido urgente hecho por India, para adquirir 140 cazabombarderos Su-57 rusos. Según MW, “Analistas indios han destacado las principales deficiencias de la flota de cazas del país, en particular el rendimiento de sus nuevos cazas Rafale, que quedaron al descubierto durante el lanzamiento de la Operación Sindoor contra Pakistán a principios de mayo”.
A nivel de anécdota, vale recordar que, en febrero pasado, EEUU canceló los vuelos de los F-35A y F-16 en el salón aéreo Aero India 2025, después de enterarse de que el cazabombardero ruso de quinta generación Su-57 tenía previsto realizar vuelos de exhibición en el referido salón aéreo. No dio EEUU explicaciones sobre la cancelación.
Hay que sumar a estos dos hechos otros anteriores, citando, en primer término, el fracaso del sistema antimisiles estrella de EEUU, el ya no tan afamado Patriot, cuya efectividad ante los misiles rusos se ha reducido a un 6%, según fuentes militares ucranianas. El jefe de comunicaciones del Comando de la Fuerza Aérea de Ucrania, Yuri Ignat, confirmó, durante una transmisión televisiva nacional, “el creciente desafío para interceptar ataques con misiles balísticos rusos”, indicando como causa la capacidad de los misiles rusos, “que vuelan en una trayectoria cuasibalística, lo que significa que realizan oscilaciones al acercarse”. Ignat agregó: “Esto complica el trabajo del Patriot, porque el sistema opera en modo automático al interceptar misiles balísticos. Se vuelve más difícil calcular el punto donde el misil interceptor colisionará o detonará cerca del misil enemigo”. Resultado, los sistemas Patriot se han vuelto casi inofensivos.
¿Y qué decir de los ya no temidos tanques M-1 Abrams, retirados en masa del campo de batalla, después de ser destruidos fácilmente cada vez que los sacaban a combatir, siguiendo el camino de los Leopard alemanes, que han tenido peor suerte? Se hace inevitable concluir de forma similar sobre otros armamentos: los mejores sistemas militares de la OTAN, puestos en el campo de batalla, resultan en un fiasco tras otro cuando son enfrentados a armamentos rusos y chinos. Un fiasco muy grave, pues hablamos de sistemas y plataformas de lo más avanzado de la organización atlantista.
El intercambio de misiles entre Israel e Irán dejó resultados similares. Irán, sin emplear lo más desarrollado de sus misiles, penetró como un queso gruyere el cacareado escudo antimisiles de Israel, al punto que el régimen sionista tuvo que pedir cacao y solicitar a EEUU intervenir para detener la lluvia de misiles iraníes. En Israel se encuentran los únicos sistemas THAAD cedidos por EEUU a un país en guerra (los hay también en Arabia Saudita y EAU) y los THAAD son los más avanzados -y los más caros- sistemas antimisiles de EEUU. Al respecto, MW comentó el 25 de julio pasado:
“El Ejército de EEUU gastó más de 150 interceptores de misiles antibalísticos Terminal High Altitude Area Defense (THAAD) sistema de defensa aérea de largo alcance, para interceptar ataques con misiles balísticos iraníes durante 11 días de hostilidades entre Irán e Israel del 13 al 24 de junio, superando con creces las estimaciones previas de la cantidad de interceptores utilizados. Esto representó más del 25 por ciento del arsenal total del Ejército desplegado en todo el mundo, lo que generó serias preocupaciones con respecto a la capacidad de las defensas aéreas estadounidenses para resistir bombardeos sostenidos en teatros de operaciones en gran parte del mundo. Con cada lanzamiento de interceptor THAAD, que cuesta 15,5 millones de dólares, se estima que la defensa del espacio aéreo israelí utilizando estos sistemas ha costado más de 2.350 millones de dólares. Junto con los THAAD, la tasa de agotamiento de los misiles antibalísticos SM-3 y SM-6 por parte de la Armada de EEUU, para apoyar aún más los esfuerzos de defensa aérea israelí, también fue tremenda, lo que causó preocupaciones similares para el propio arsenal antimisiles del servicio”. En suma, los sistemas THAAD necesitaron muchos más misiles de los calculados para poder derribar otros misiles.
Ahí no quedó el tema. El sistema THAAD, además de ser costosísimo y escaso, fue incapaz de interceptar un porcentaje nada desdeñable de misiles iraníes, lo que dejó serias preocupaciones sobre sus capacidades. Es decir, la relación costo/efectividad fue pobre comparándola con los altos costos del sistema y de cada uno de sus misiles. Nuevamente estamos ante resultados concretos, no con manuales de propaganda, dato a tomar en cuenta, más si se considera que Rusia fabrica más misiles que el resto del mundo junto y que China le sigue en la lista de los mayores fabricantes de misiles.
Con tales datos en mano, pueden sacarse algunas conclusiones sobre lo que pasaría en caso de un enfrentamiento bélico entre la alianza ruso-china (más Irán) y la alianza atlantista. No conclusiones contadas por Hollywood, con Tom Cruise de estelar piloto, sino conclusiones extraídas de los campos de batalla, que son las únicas relevantes.
Hay otra cuestión evidente. EEUU presionó a Indonesia contra Rusia e Indonesia optó por aviones chinos. Algo similar ocurrió con Egipto, que se vio obligado a renunciar a cazabombarderos rusos por presión de EEUU y optó por los chinos. Como ese juego de infancia en Nicaragua. Si te corres te tiro, si te paras te mato. Por ahí anda EEUU, en su decadencia. Haga lo que haga, salvo en el gallinero europeo, termina perdiendo. El mundo cambia, EEUU no. Moderno dinosaurio, correrá su misma suerte. Inevitable.
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