Las circunstancias en torno a la situación en Ucrania requieren más mesura y menos amenazas, las cuales están acompañadas de grandes mentiras y manipulaciones mediáticas.
Las circunstancias en torno a la situación en Ucrania requieren más mesura y menos amenazas, las cuales están acompañadas de grandes mentiras y manipulaciones mediáticas.
Corresponde a los gobernantes buscar fórmulas para encontrar una solución. Y, muy importante, que lo que ocurre en suelo ucraniano no traspase fronteras, ni siquiera las de su espacio aéreo, para evitar una complicación de la guerra, cuando en realidad lo que urge es poner fin a la contienda.
En tal caso, afirmar que los países miembros de la otan tienen «luz verde» para enviar aviones de combate a Ucrania, además de ser un verdadero disparate político, puede convertirse en una declaración de guerra contra Rusia, que involucraría, necesariamente, a quienes aporten esos medios bélicos desde el exterior.
El mensaje –o la orden, como es costumbre del imperio– llegó del secretario de Estado, Antony Blinken, en entrevista con la cadena cbs News. En tal caso, dijo, Washington ya estaba trabajando con funcionarios del gobierno de Polonia para cubrir tales necesidades de Ucrania.
Resulta, además, contradictorio, por cuanto tanto Estados Unidos como la otan no aprobaron el pedido del presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, de que se adoptara una zona de exclusión aérea sobre el territorio de su nación. ¿Cómo, entonces, hacer llamados para que los países miembros de la Alianza Atlántica envíen sus aviones de guerra para colaborar con Kiev?
Otro tanto ocurre con la intromisión estadounidense, cuando leo un despacho publicado en The Washington Post, en el que se advierte que «las autoridades de ee. uu. estarían contemplando la opción de crear en Polonia un Gobierno ucraniano en el exilio, con Vladímir Zelenski, ante la posible toma de la capital ucraniana por el ejército ruso».
Se argumenta que las armas que el ejército de Ucrania sigue recibiendo de Estados Unidos serían cruciales para el éxito del citado plan. Ya Washington destinó un paquete de asistencia militar valorado en 350 millones de dólares.
En días pasados, según Sputnik, la Casa Blanca anunció que ha pedido al Congreso otros 10 000 millones de dólares para brindar asistencia humanitaria y militar que incluye fondos para reponer las reservas de armas que ya se han enviado.
La misma fuente señala que, entre los otros países que han decidido suministrar armamento a Ucrania, figuran Canadá, Lituania, Letonia, Estonia, España y Alemania, aparte de la decisión de la Unión Europea de proporcionar asistencia al ejército ucraniano por un valor de 450 millones de euros.
El pasado sábado, el ex primer ministro ucraniano, Nikolái Azárov, en una entrevista con ria Novosti, afirmó que «las autoridades de su país no aceptarán un estatus de neutralidad ni reconocerán a las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, ya que ee. uu. no se lo permitirá».
En este juego político los perdedores son los ucranianos, que han tenido cientos de bajas, y la Europa que se pliega a Washington, a sus sanciones y a colaborar militarmente, aunque ya estén viviendo momentos de angustia e incertidumbre por la subida de los precios del gas, la electricidad, el petróleo y otras materias primas necesarias para la vida cotidiana.