Los ecuatorianos aprobaron, este domingo, una nueva Constitución de tinte socialista, impulsada por el presidente Rafael Correa. Los primeros resultados oficiales preliminares difundidos por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Ecuador, confirman la tendencia anunciada por las encuestas a pie de urna, que dieron un holgado triunfo al voto por el ‘sí’ a la nueva […]
Los ecuatorianos aprobaron, este domingo, una nueva Constitución de tinte socialista, impulsada por el presidente Rafael Correa. Los primeros resultados oficiales preliminares difundidos por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Ecuador, confirman la tendencia anunciada por las encuestas a pie de urna, que dieron un holgado triunfo al voto por el ‘sí’ a la nueva Constitución.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, formuló un llamamiento a la «unidad» una vez que se conocieron los primeros resultados del referendo en el que aseguró que se ha logrado un triunfo «aplastante»·
«Ha triunfado aplastantemente la nueva Constitución. Es un momento histórico que trasciende por mucho a las personas que hemos estado más visibles en este proceso que es de todo un pueblo», dijo Correa al asegurar que estará donde «el pueblo» lo necesite.
Desde Guayaquil, su ciudad natal, donde viajó para esperar los resultados, aseguró que quienes «mintieron y trataron de engañar» en la campaña «tendrán que rendir cuentas».
«Ecuador ha decidido un nuevo país, las viejas estructuras fueron derrotadas; ésta es la confirmación de esa revolución ciudadana que ofrecimos al pueblo en el año 2006″, dijo Correa en su discurso al referirse al año en que ganó las elecciones.
El alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, cabeza visible de la oposición en Ecuador, dijo que respeta el «triunfo» del ‘sí’ que defiende el jefe de Estado, Rafael Correa, en el referendo y se declaró abierto al diálogo al asegurar que él es un «hombre civilizado».
«Él (Correa) ha hecho una propuesta, su partido ha hecho una propuesta, que es la que acaba de triunfar, y yo respeto ese triunfo«, dijo Nebot a la televisión local Teleamazonas.
Nebot aseguró que ha «atacado» la Constitución y la seguirá «atacando» porque «democracia no es sumisión». Añadió que no pretende convertir a Guayaquil en una trinchera contra el Gobierno y apuntó que esa ciudad se convertirá en lo que tenga que convertirse (…) y tiene que seguir defendiendo su modelo de desarrollo».
Una victoria aplastante
Escrutado el 4,91% del total de votos, el ‘sí’ obtiene el 65,33 por ciento (234.113 votos), el ‘no’ al proyecto constitucional alcanza el 27,05% (96.922), los votos nulos suponen el 7,03% (25.198), y los votos en blanco el 0,59% (2.109).
Según Cedatos Gallup, el ‘sí’ se impone en los resultados con el 70% de los votos; el ‘no’ cosecha el 25%; nulos 6,2% y blancos 2,4%. La encuestadora Santiago Pérez Investigaciones habla del triunfo del ‘sí’ con un porcentaje del 66,4% y el mismo porcentaje de votos nulos y en blanco.
El presidente Correa en la página oficial de la Presidencia confirmó que el Sí obtuvo el 70 por ciento frente al no, que se ubicó en el 25 por ciento a nivel nacional; y el 50 por ciento de aprobación en Guayaquil.
En una jornada electoral tranquila y calificada de «democrática» por los observadores internacionales y con una abstención de alrededor del 10%, los ecuatorianos acudieron a las urnas desde primeras horas del domingo, para pronunciarse sobre el nuevo texto constitucional, el vigésimo desde el nacimiento de la República de Ecuador.
Un triunfo para Rafael Correa
Con el resultado, el presidente ecuatoriano Rafael Correa se apuntó este domingo un nuevo triunfo político al recibir el respaldo de los ecuatorianos que le dieron el ‘sí’ a una nueva Constitución que será la ‘hoja de ruta’ para que el mandatario emprenda su proyecto político de ‘Socialismo del Siglo XXI’.
Correa, un joven economista que se declara revolucionario, bolivariano y afín al eje regional que impulsa el presidente venezolano Hugo Chávez, llegó al poder en enero del 2007 con la promesa de llevar al Ecuador a un cambio profundo donde prevalezca la igualdad social y económica.
El presidente, que goza en estos momentos de una popularidad que se encuentra entre las más altas de los presidentes de Latinoamérica -actualmente bordea el 70%-, ha protagonizado una campaña con una importante difusión publicitaria, la entrega de bonos sociales, el ofrecimientos de créditos y la promesa de que la «Patria ya es de todos».
Correa ha logrado convencer al país de que la nueva Constitución llevará al ‘sumak kawsay’, palabra quechua que representa el ‘buen vivir’, «una nueva forma de convivencia ciudadana, en diversidad y armonía», ha dicho en muchas ocasiones.
Hacia la integración latinoamericana
La nueva Constitución ecuatoriana establece un eje prioritario «hacia la integración política, cultural y económica de la región andina, América del Sur y Latinoamérica».
El texto protege y promueve la diversidad cultural, el ejercicio de la interculturalidad, la conservación del patrimonio cultural y la memoria común de América Latina y del Caribe, así como la creación de redes de comunicación y de un mercado común para las industrias culturales.
Además, propicia la creación de la ciudadanía latinoamericana y caribeña; la libre circulación de las personas en la región; la creación de políticas que garanticen los derechos humanos de las poblaciones de frontera y de los refugiados; y la protección común de los latinoamericanos y caribeños en los países de tránsito y destino migratorio.
El texto, según defienden sus partidarios, pretende impulsar un nuevo concepto de economía social, reemplazando a la economía de mercado en la que se ha desarrollado Ecuador, la mejor distribución de la riqueza y un mayor control estatal para garantizar el acceso equitativo a la educación, salud, empleo, vivienda y otros servicios sociales.
Así, el país se enmarca en el eje del ‘Socialismo del Siglo XXI’, que lidera el presidente venezolano Hugo Chávez y con el que el mandatario ecuatoriano tiene una estrecha relación.
La nueva Constitución será publicada el próximo martes en el registro Oficial y en 45 días se convocarán elecciones generales. En estos comicios, el presidente podría ganar unas nuevas elecciones para una legislatura de cuatro años, con opción a la reelección inmediata una sola vez más.