Recomiendo:
0

¿Hasta qué punto son permanentes las bases afganas de EE.UU.?

EE.UU. se atrinchera a largo plazo en Afganistán

Fuentes: Tom Dispatch

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Introducción del editor de Tom Dispatch

Como sabemos gracias a un solo artículo del 19 de abril de 2003 en el New York Times, el Pentágono llegó al Iraq de Sadam Hussein preparado para una larga estadía. Cuando invadió ese país ya tenía proyectos para por lo menos cuatro megabases militares, (y todas fueron construidas). Decidió llamarlas «campos duraderos» en lugar de la expresión más problemática «bases permanentes». Finalmente, se construyeron cientos de bases en Iraq, desde pequeñísimos puestos avanzados de combate hasta instalaciones monstruosas, por un coste de innumerables miles de millones de dólares. Finalmente, cientos son abandonadas ahora para ser saqueadas, despojadas, u ocupadas por los militares iraquíes.

Desde Bagdad, el corresponsal del Guardian británico, Martin Chulov, informó recientemente de que parte del precio que Nuri al-Maliki parece haber negociado (en Teherán, no en Washington) para retener su puesto de primer ministro podría involucrar que no permita que el Pentágono conserve ni una sola base monstruosa en Iraq después de 2011. Esto fue evidentemente exigido por el ex némesis de EE.UU., clérigo rebelde, y ahora factor determinante, Muqtada al-Sadr, cuyo movimiento controla más de un 10% de los votos en el nuevo parlamento de Iraq. Eso no puede satisfacer al Pentágono, o al alto comando de EE.UU. -y el gobierno de Obama ya se está quejando.

No importa cómo terminará la cosa para Washington, con pocas o sin ninguna base en Iraq, seguramente no era lo que esperaba, no cuando todavía se hablaba de «misión cumplida» y parecía tan obvio que el poder militar estadounidense, evidentemente indiscutible, quedaría profundamente atrincherado a ambos lados de Irán hasta que tuviera lugar un «cambio de régimen».

Si se busca una medida de cuán bajo ha «caído» EE.UU. en Iraq, ahora tiene sólo 21 «fosos de incineración» en ese país -sitios en las bases de EE.UU. en los que se incinera todo tipo de desperdicios, eyectando regularmente humo lleno de agentes tóxicos en perjuicio de los soldados estadounidenses (e indudablemente de los iraquíes del lugar). Por otra parte, según un informe de la Contraloría General de EE.UU., actualmente existen 221 fosos semejantes en Afganistán y «habrá más». Dicho de otra manera, incluso mientras disminuye el mundo de las bases de EE.UU. en Iraq, no parece haber una curva de aprendizaje en Washington. Como Nick Turse sugiere en su más reciente informe en TomDispatch, parece que en Afganistán nos orientamos con ardor especial por el camino iraquí en cuanto a bases. Más de nueve años después de nuestra «exitosa» invasión, miles de millones de dólares de los contribuyentes estadounidenses siguen fluyendo hacia la construcción y actualización de la masiva estructura de bases en ese país y, sin embargo, nunca son suficientes.

En un reciente artículo en el Wall Street Journal sobre un inesperado aumento de los éxitos de los talibanes en el norte de Afganistán, se cita al coronel Bill Burleson, comandante de la 10 División de Montaña, entre las relativamente modestas fuerzas estadounidenses en la parte norte de ese país, quien habla de un modo algo desesperado de los éxitos talibanes en la región: «A fin de denegar ese terreno al enemigo, habría que tener gente en todo Afganistán en puestos avanzados de combate». Bien dicho, coronel. ¿Por qué detenernos ahora? Tom

EE.UU. se atrinchera a largo plazo en Afganistán

¿Hasta qué punto son permanentes las bases afganas de EE.UU.?

Nick Turse

Algunas tienen nombres empapados en tradición militar, como Leatherneck y Geronimo. Muchos suenan a dureza artificial, como Ramrod, Lightning, Cobra, y Wolverine. Otros exhiben un sabor local: como Orgun-E, Howz-e-Madad, y Kunduz. Todas, sin embargo, tienen una cosa en común; son bases de operación avanzada de EE.UU. y sus aliados, también conocidas como FOBs. Forman parte de una oleada de construcción de bases que ha repletado el campo de Afganistán de puestos militares, que se expanden permanentemente, a pesar de la retirada de fuerzas prometida por el presidente Obama a comenzar en julio 2011.

Los militares de EE.UU. no cuentan la cantidad exacta de FOBs que han construido en Afganistán, pero las bases de operación avanzadas y otras instalaciones de tamaño similar o inferior comprenden la masa de los puestos avanzados de EE.UU. en ese país. De los cientos de bases estadounidenses en el país, según Gary Younger, oficial de asuntos públicos de EE.UU. en la Fuerza Internacional de Ayuda en la seguridad (ISAF), un 77% alberga a unidades de tamaño de batallón (aproximadamente entre 500 y 1.000 soldados) o de menor tamaño; un 20% está ocupado por unidades más pequeñas que un Equipo de Brigada de Combate (unos 3.000 soldados); y un 3% son inmensas bases, ocupadas por unidades mayores que un Equipo de Brigada de Combate, que generalmente gozan de capacidades de comando y control militar en gran escala y de todas las comodidades de cualquier ciudad en EE.UU. Younger declaró a TomDispatch que la ISAF no tiene un control central de su trabajo de construcción y actualización de bases, ni del dinero gastado en tales proyectos.

Sin embargo, el general Kenneth S. Dowd -director de Logística en el Comando Central de EE.UU. antes de abandonar ese puesto- presentó el siguiente informe parcial sobre la continua construcción de bases afganas en la edición de septiembre/octubre de Army Sustainment, la revista de logística oficial del ejército:

«Los proyectos de construcción militar programados para su terminación durante los próximos 12 meses crearán 4 nuevas pistas de aterrizaje, rampas para 8 transportes C-17, estacionamiento para 50 helicópteros y 24 aviones de apoyo aéreo cercano y de 26 aviones de vigilancia y reconocimiento de inteligencia. Éste representa aproximadamente un tercio de los proyectos de pavimentación de aeropuertos financiados actualmente en el teatro de operaciones afgano. Otros planes menores de construcción prevén la construcción de más de 12 FOBs nuevas y la expansión de 18 FOBs existentes.»

Si Dowd presentó un bosquejo extremadamente elemental de los proyectos planificados o iniciados, el cuadro lo completa un análisis de TomDispatch de registros y publicaciones del gobierno de EE.UU., que obtuvieron poca difusión, incluyendo documentos de contratación y solicitudes de ofertas de construcción del ejército de EE.UU. y del Cuerpo de Ingenieros del ejército que fueron emitidos durante los últimos cinco meses. Los documentos revelan planes para expansiones costosas, en gran escala, de todo tipo de bases en Afganistán, y de fuerzas armadas que esperan continuar ininterrumpidamente su auge constructor en el futuro. Estos hechos en el terreno indican que, sean cuales sean los planes para una retirada progresiva que se ideen en Washington, los militares de EE.UU. se concentran en reforzar, no disminuir, su presencia en Afganistán.

Puestos de trabajo en las bases de operación avanzada

Una base de operación avanzada típica que será expandida es la FOB Salerno, un puesto ubicado cerca de la ciudad afgana de Khost, no lejos de la frontera paquistaní. Según documentos del Cuerpo de Ingenieros del ejército de EE.UU., se preparan planes para una expansión de las instalaciones de almacenamiento de combustible de esa base. Esas mejoras, de un coste calculado entre 10 y 25 millones de dólares, aumentarán la capacidad de almacenamiento de combustible a un millón de galones para reforzar las operaciones terrestres y aéreas, y podrían no estar completas hasta dentro un año y medio; es decir, hasta bien avanzado 2012.

En junio se completó el trabajo en una nueva pista de aterrizaje de cerca 12 millones de dólares en la Base de Operación Avanzada Shank, cerca de la ciudad Puli Alam en la provincia Logar, al sur de Kabul. La base era anteriormente accesible sólo por carretera y helicóptero, pero su nueva pista de aterrizaje de 2.250 metros puede acomodar ahora grandes aviones de transporte Lockheed C-130 Hercules y Boeing C-17 Globemaster, posibilitando el despliegue de cada vez más cantidades de personal en el lugar.

No sorprende que documentos del gobierno publicados en agosto muestren que también se prevé que la FOB Shank experimente un importante aumento en los alojamientos para soldados. Aunque ya alberga a aproximadamente 4.500 militares, se agregará un nuevo barracón de dos pisos, construido con unidades prefabricadas, conocidas como «edificios reubicables» o RLBs, para alojar a 1.100 soldados más. Instalaciones de apoyo, carreteras de acceso, áreas de estacionamiento, nuevos servicios, y otra infraestructura requerida para apoyar el complejo habitacional, también serán instaladas por un coste calculado entre 5 y 10 millones de dólares. Además, el Cuerpo de Ingenieros del ejército acaba de comenzar a buscar contratistas para agregar 42.000 metros cuadrados de espacio de aparcamiento en el aeropuerto de la base. Servirá para helicópteros y aviones de ala fija de las Fuerzas de Operaciones Especiales. También se construirán nuevas instalaciones de mantenimiento de aviones y 7.500 metros cuadrados más de pistas de rodaje a un coste de entre 10 y 25 millones de dólares más.

Los documentos revelan que este tipo de expansión se desarrolla actualmente en todo el país a un ritmo especialmente rápido. Por ejemplo, grandes ampliaciones de infraestructura para apoyar operaciones de helicópteros, incluyendo un aumento del espacio de aparcamiento, pistas de rodaje, y pavimento para aparcamiento, servicio, carga y descarga se planifican para instalaciones como la FOB Tarin Kowt en la provincia Uruzgan, la FOB Dwyer, una base de marines en la provincia Helmand, y la FOB Sharana, una base en la provincia Paktika, cerca de la frontera paquistaní, donde el ejército también anunció planes para la construcción de una instalación de suministro de munición, con espacio de almacenamiento para medio millón de kilos de municiones, y la infraestructura relacionada.

A fines de agosto, Walter Pincus del Washington Post informó que se planea el inicio de construcción de por los menos tres proyectos de bases de 100 millones de dólares, incluyendo la FOB Dwyer, que no «se espera que se terminen hasta la segunda mitad de 2011». Aparte de reforzar la infraestructura para operaciones de helicópteros, también se anunciaron planes para la construcción de una nueva planta de tratamiento de aguas residuales en gran escala en Dwyer, un proyecto cuyo coste se calcula entre 10 y 25 millones de dólares más que no se espera que esté terminado y en pleno uso hasta bien avanzada la segunda mitad de 2011, sino después, como gran parte de lo que los militares están construyendo en Afganistán, es decir, después de la fecha en la cual, según el presidente Obama, debería comenzar a disminuir la misión en ese país.

Y cada vez que se encuentra un documento que indica que se realiza trabajo de un cierto tipo en una FOB, se puede estar seguro de que, tarde o temprano, tendrá lugar algo semejante en otras FOBs. En este caso, por ejemplo la FOB Frontenac en la provincia Kandahar y Tarin Kowt, al norte de Kandahar, van a recibir, como Dwyer, nuevas plantas de tratamiento de aguas residuales.

Gran parte de este trabajo podrá parecer rutinario, pero su escala no lo es. Otra de las bases identificadas por Pincus, la FOB Shindand en Afganistán occidental es típica. Recibirá, entre otras cosas, nuevas cercas de seguridad, nuevas torres de vigilancia, y nuevas líneas eléctricas subterráneas. Y con eso sólo comienza la lista de mejoras en Shindand, incluyendo arcenes de tierra para cuatro bermas de combustible de 200.000 galones y un piso de hormigón adecuado para aparcar y operar catorce vehículos de reabastecimiento

R-1″ – camiones cisterna con una capacidad de 6.000 galones – así como nuevas instalaciones para pasajeros y manejo de carga (un contrato de 18 millones de dólares) y una expansión de instalaciones para helicópteros (entre 25 y 50 millones de dólares).

Si se multiplica esto, una FOB tras la otra, a lo largo y lo ancho de Afganistán, se obtiene un programa de construcción adecuado para una guerra prolongada.

¿Bases permanentes?

Este auge de la construcción no se limita a las FOBs. El trabajo de construcción y expansión en bases mucho mayores que las FOBs, incluidas las megabases de Bagram y Kandahar, continúa, a menudo a un ritmo sorprendente. El ejército, por ejemplo, ha indicado que planifica la construcción de una instalación de comando y control de 2.300 metros cuadrados, por 10 millones de dólares, así como un «Centro Conjunto de Operaciones de Defensa» con los correspondientes servicios de apoyo -desde tanques de almacenamiento de agua a paisajes externos- en la Base Aérea Bagram. En el frecuentado Aeropuerto Kandahar, los militares han ofrecido contratos para una serie de mejoras, incluyendo un trato por 28,5 millones de dólares para la construcción de un refugio externo para aviones caza, así como nuevas instalaciones de operaciones y mantenimiento y más espacio de estacionamiento para aviones, entre muchas otras mejoras.

En junio, Noah Shachtman, de Danger Room de Wired.com, informó de los planes del ejército de expandir su central de Operaciones Especiales en Mazar-e-Sharif en el norte de Afganistán y citó documentos que indican que la construcción incluiría un «edificio de comunicaciones, un Centro de Operaciones Tácticas, instalaciones de entrenamiento, estación de ayuda médica, Instalación de Mantenimiento de Vehículos… instalación para comidas, instalación para lavandería, y una perrera para perros entrenados». Un contrato para ese trabajo, por 30 millones de dólares, fue otorgado a fines de septiembre.

De la misma manera, según un reciente artículo en Marine Corps Times, se planea que Camp Leatherneck, que se expandió a finales de 2009 de ser una instalación de 267 hectáreas a 620 hectáreas, o sea aproximadamente 6,2 kilómetros cuadrados, obtenga tres nuevos gimnasios fuera del que ya tiene, así como un complejo de capillas con tres edificios separados (uno suficientemente grande para recibir hasta 200 personas), un segundo comedor (capaz de servir a 4.000 marines al mismo tiempo), un nuevo PX [economato] ubicado en una gran tienda, de 929 metros cuadrados de espacio de ventas -la instalación actual de la base sólo tiene 279 metros cuadrados- y la construcción de una pista de aterrizaje por 200 millones de dólares que puede recibir aviones de carga C-5 y jets de pasajeros 747.

A pesar del compromiso del gobierno de Obama de iniciar sus reducciones de tropas en julio próximo, esta continua orgía de construcción, cuando se suma a las recientes señales de la Casa Blanca, de civiles en el Pentágono, y de altos comandantes militares, incluido el jefe de la guerra afgana, general David Petraeus, sugiere que el proceso se podrá prolongar durante muchos años. Por ejemplo, durante una reciente entrevista con la corresponsal de asuntos exteriores Martha Rasddatz de ABC News, Petraeus confirmó la fecha de julio de 2011 del presidente, pero agregó una advertencia crucial. «Será a un ritmo determinado por las condiciones,» dijo.

Después de casi una década de guerra afgana, afirmó, los militares de EE.UU. «finalmente han obtenido el apoyo correcto en Afganistán». Raddatz entonces le preguntó si el «reloj de la contrainsurgencia» se acaba de reiniciar, o sea si podrían pasar nueve o diez años antes de tener éxito. «Sí» respondió Petraeus, y se apresuró a agregar que los soldados estadounidenses muertos en ese país durante los últimos nueve años no murieron en vano. «Pero recién en este momento sentimos que tenemos las organizaciones que aprendimos en Iraq y de la historia, que son necesarias para este tipo de campaña».

El auge de la construcción que tiene lugar en las bases de EE.UU. en todo Afganistán y los contratos para construcciones futuras que se están otorgando actualmente parecen confirmar que, no importa lo que se proponga la Casa Blanca, los militares operan en algo más próximo a la línea de tiempo de Petraeus. La nueva base de Operaciones Especiales en Mazar-e-Sharif, para usar sólo uno de numerosos ejemplos, podría no ser completada o totalmente ocupada durante por lo menos un año y medio. Se espera que otros contratos de construcción, aún no otorgados, tarden un año o más en completarse. Y las líneas de tiempo de los militares sugieren que, si el Pentágono se sale con la suya, los niveles de tropas estadounidenses podrían no descender bajo las cifras existentes cuando Obama llegó al poder, aproximadamente 36.000 soldados, hasta 2016 o más tarde.

Actualmente se presenta al pueblo estadounidense una historia sobre cómo continuará la guerra de EE.UU. en Afganistán, mientras en Afganistán se invierten los impuestos en una trayectoria enteramente diferente. La pregunta es: ¿Cuán permanentes son las bases estadounidenses en Afganistán? ¿Y si no se pretende que sean utilizadas durante una década o más, por qué las sigue construyendo el Pentágono como si así fuera?

Recientemente, el ejército pidió ofertas de contratistas dispuestos a suministrar centrales eléctricas y sistemas de combustible en bases de operación avanzada en Afganistán durante hasta cinco años. Las centrales eléctricas, los sistemas de combustible y las bases en las cuales se están construyendo representan hechos en el terreno. Esos hechos tienen un peso propio y abren una ventana sobre los propósitos de EE.UU. en Afganistán que puede ser por lo menos tan relevante como cualquier cosa que Barack Obama o sus asesores hayan estado diciendo sobre reducciones, plazos, o planes de retirada.

Si queréis formular preguntas concretas sobre la guerra afgana de EE.UU., comenzad por esas bases.

Nick Turse es editor asociado de TomDispatch.com y ganador del Premio Ridenhour 2009 a la Distinción Informativa, así como el Premio James Aronson para el Periodismo de Justicia Social. Sus trabajos se publican en Los Angeles Times, The Nation, In These Times y, regularmente, en TomDispatch. Su último libro The Case for Withdrawal from Afghanistan (Verso Books), que reúne a destacados analistas de todo el espectro político acaba de publicarse. Turse es actualmente asociado del Radcliffe Institute de la Universidad Harvard. Puede leerlo en Twitter @NickTurse, en Tumblr, y en Facebook. Su sitio en la Red es NickTurse.com.

Copyright 2010 Nick Turse

Fuente: http://www.tomdispatch.com/post/175310/tomgram%3A_nick_turse%2C_base_desires_in_afghanistan/#more

rCR