Las nuevas sanciones impuestas por Washington contra Corea del Norte apuntan a presionar a Pyongyang por el hundimiento de un barco de guerra surcoreano y a contener su participación en la proliferación de armas. Resta por ver si logran el objetivo deseado o todo lo contrario. Las nuevas sanciones fueron anunciadas el miércoles en el […]
Las nuevas sanciones impuestas por Washington contra Corea del Norte apuntan a presionar a Pyongyang por el hundimiento de un barco de guerra surcoreano y a contener su participación en la proliferación de armas. Resta por ver si logran el objetivo deseado o todo lo contrario.
Las nuevas sanciones fueron anunciadas el miércoles en el marco de la visita de la secretaria de Estado (canciller) estadounidense, Hillary Rodham Clinton, a Seúl, antes de las maniobras militares del domingo de Estados Unidos y Corea del Sur en las que participarán 8.000 efectivos de este país.
Pyongyang negó su responsabilidad en el incidente de marzo en el que murieron 46 marineros. Pero investigaciones realizadas por Seúl concluyeron que el barco se hundió por impacto de un torpedo norcoreano.
Las maniobras militares parecen decir a Corea del Norte que la próxima vez habrá una respuesta y las sanciones tratan de frenar la participación de Pyongyang en la proliferación de armas y que empresas y personalidades se beneficien del comercio.
En el marco de las sanciones, «el Departamento de Estado y del Tesoro (Hacienda) listará más entidades y personas favorables a la proliferación y les congelarán los bienes, habrán negociaciones con gobiernos clave para evitar que las compañías norcoreanas que realizan actividades ilegales operen en sus países y para impedir que los bancos faciliten las transacciones», declaró Clinton el miércoles.
También «aumentará la colaboración internacional para evitar que viajen las personas mencionadas en la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), así como ciudadanos norcoreanos involucrados en la proliferación», apuntó.
Estados Unidos instará a otros países a no comprar productos norcoreanos prohibidos o a no vender a Corea del Norte los que se relacionen con la proliferación, añadió Clinton.
«Las sanciones deben apuntar a una lista mayor de empresas norcoreanas, pero también de terceros países, empresas y bancos que violen la resolución 1874 de la ONU», señaló Bruce Klinger, de la Heritage Foundation, en el boletín The Nelson Report.
«Los principales países involucrados serían Irán, Siria y Birmania. Para lograr mayor efectividad, Washington debe asegurarse que otros estados de la ONU cumplan con las sanciones y actuar con mayor firmeza para que se respeten», añadió.
Pyongyang interpretó las nuevas sanciones y las maniobras militares como acciones hostiles en su contra.
«Si Estados Unidos está realmente interesado en desnuclearizar la península coreana debe dejar de realizar maniobras militares e imponer sanciones que destruyen el clima de diálogo», declaró el jueves el portavoz de Corea del Norte, Ri Tong Il, en el marco del Foro de la Asean (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático), realizado en Hanoi.
«Las sanciones representan una escalada en la política hostil de Estados Unidos hacia Corea del Norte», añadió.
«Las maniobras militares responden directamente al incidente del Cheonan, al igual que las sanciones, las que también apuntan al programa nuclear norcoreano», dijo a IPS Alan D. Romberg, del programa de Asia Pacífico del Centro Henry L. Stimson.
A China le preocupan las maniobras militares, que apuntan a demostrar la fuerza de Estados Unidos en la región y a fortalecer su alianza militar con Corea del Sur tras el hundimiento del buque de guerra.
«La posición de China es clara. Urgimos a las partes a mantener la calma, contenerse y evitar actividades que puedan disparar las tensiones en la región», declaró el miércoles el portavoz de la cancillería china, Qin Gang.
«Nos oponemos firmemente a que buques y aviones de guerra realicen actividades en el mar Amarillo y en las costas de China que puedan socavar sus intereses en materia de seguridad», añadió.
Las nuevas sanciones se suman a las ya existentes contra el régimen de Pyongyang.
«Es obvio que las sanciones no han logrado todo el efecto deseado, pues Corea del Norte no ha dado ninguna señal hacia lo que pretenden las conversaciones de las Seis Partes, que abandone su programa nuclear», indicó Romberg.
Las conversaciones de las Seis Partes, entre China, Corea del Norte, Corea del Sur, Estados Unidos, Japón y Rusia, versan sobre el programa nuclear norcoreano.
Hay analistas en Washington que lamentan que la resolución de la ONU no haya responsabilizado a Corea del Norte del hundimiento del Cheonan.
«No creo que el anuncio de nuevas sanciones sea una reacción negativa a la respuesta de la ONU», sostuvo Romberg. «Se sabía que una medida enérgica procedería de algunos países en particular», añadió.