La junta militar de Myanmar está desplegando refuerzos masivos, al mismo tiempo que intensifica sus atrocidades, en la campaña de tierra quemada que ha desplegado con el objetivo de retomar el control de bastiones de la resistencia en la región de Sagaing y los estados Chin y Kayah.
El régimen militar ha perdido el control de la mayoría de las zonas rurales de Sagaing, Chin y Kayah, mientras que sus fuerzas y oficiales en las ciudades enfrentan frecuentes ataques por parte de la resistencia.
Las fuerzas especiales desplegadas por la junta han cometido crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad tanto contra combatientes de la resistencia como contra civiles, incluyendo masacres, decapitaciones de víctimas, violencia sexual, además de utilizar artillería y ataques aéreos de forma indiscriminada y saquear e incendiar las aldeas a su paso.
Las atrocidades perpetradas por los militares están destinadas a disuadir a la población civil de dar apoyo o participar en el movimiento de resistencia opositor al régimen.
Recientemente, se han denunciado un mayor número de ataques en Sagaing, así como en el estado Kayah y la zona meridional del estado Shan, los cuales ocurrieron tras la imposición, por parte de la junta en febrero, de la ley marcial en 40 municipios de cuatro regiones y cuatro estados, incluidos Sagaing y los estados Kayah y Chin.
Según las Fuerzas Populares de Defensa (PDF, por sus siglas en inglés) locales y las organizaciones armadas de las minorías étnicas, desde que se impuso la ley marcial, se calcula que la junta ha enviado unos 5.000 refuerzos a Sagaing y a los estados Chin y Kayah, baluartes de la lucha contra la dictadura militar.
Observadores militares afirmaron que el despliegue de más tropas por parte del régimen parece un intento desesperado de recuperar el control de estos bastiones de la resistencia.
Thet Htar Maung, analista militar local, comentó que esperaba combates más intensos en los estados Chin y Kayah, donde las personas combatiendo al régimen están mejor preparadas.
«Los combates serán más sangrientos y frecuentes», afirmó.
Desde el 23 de febrero se han registrado enfrentamientos intensos en muchos municipios del estado Kayah y en los municipios vecinos de Pinlaung y Pekon, en el sur del estado Shan.
Las PDF y la Fuerza de Defensa de las Nacionalidades Karenni (KNDF, por sus siglas en inglés), el Ejército Karenni y la Fuerza de Defensa Nacional Pa-O han entrado en combate con hasta 12 columnas militares totalizando unos 2.000 soldados que asaltaban aldeas y el bosque.
En los últimos días la junta ha enviado a la región de Sagaing otros 1.000 refuerzos desde Mandalay, donde varias columnas militares están asaltando e incendiando a diario aldeas en varios municipios.
La semana pasada también se produjeron duros enfrentamientos en el estado Chin, al oeste del país.
Una fuerza combinada de combatientes del Ejército Nacional Chin y de las Fuerzas de Defensa Chin (respectivamente CNA y CDF, por sus siglas en inglés) se ha enfrentado a refuerzos de la junta enviados desde el municipio de Kale, en Sagaing, que viajaban en un convoy de 30 vehículos, entre ellos dos blindados, por la carretera Tedim-Falam, según Salai Htet Ni, portavoz del Frente Nacional Chin, brazo político del CNA.
También estallaron combates el jueves en el municipio de Mindat, en el sur del estado Chin, cuando combatientes del CNA y de las CDF atacaron un convoy del régimen de 80 vehículos enviado desde la región de Magwe y que circulaba por la carretera Mindat-Kyaukhtu.
Días antes de la llegada del convoy y sin que mediara provocación alguna, cinco aviones de combate de la junta realizaron ataques aéreos entre Kyaukhtu y Mindat, en la región de Magwe, declaró Salai Htet Ni.
Aterradora escalada de las atrocidades cometidas por la junta militar
El 11 de marzo, tropas de la junta militar masacraron a 22 civiles, entre ellos tres monjes budistas, durante una incursión en la aldea de Nam Name, en el municipio de Pinlaung, al sur del estado Shan.
Tras ocupar una colina cercana a la aldea el 9 de marzo, los soldados asaltaron y bombardearon, el 11 de marzo, Nam Name.
Al día siguiente, combatientes de la resistencia encontraron los cadáveres de 22 personas, entre ellas tres monjes, que habían sido asesinadas a tiros en el monasterio de la aldea. Según la resistencia, también han desaparecido otras 11 personas residentes de la aldea que se habían refugiado en el monasterio durante la incursión.
El canal de Telegram a favor del régimen Ko Thet compartió fotos de algunas de las víctimas, describiéndolas como combatientes de las PDF y KNDF asesinados por soldados del régimen en Nam Name. Las fotos muestran a las víctimas ensangrentadas.
El portavoz del régimen, el general de división Zaw Min Tun, declaró a través de medios de comunicación propiedad de la junta que en la incursión se obtuvieron armas y se capturó a combatientes de las PDF.
Desde entonces, el canal de Telegram Ko Thet ha retirado las fotos de las víctimas y ha acusado a las KNDF y a las PDF de masacrarlas.
En una conferencia de prensa en línea celebrada el 16 de marzo por el Ministerio de Derechos Humanos del Gobierno civil de Unidad Nacional de Myanmar, el Dr. Ye Zaw, médico a cargo de los servicios sanitarios del estado Kayah, declaró que había visto los cadáveres de las víctimas de Nam Name y que la mayoría de ellas habían recibido múltiples disparos.
Algunas de las víctimas presentaban fracturas en las extremidades y heridas en la cabeza, indicando que habían sido torturadas antes de su asesinato.
Otro grupo especial de la junta, formado por unos 100 soldados, asesinó y decapitó a 20 miembros de la resistencia, además de masacrar a 16 personas civiles detenidas, entre ellas tres mujeres que fueron violadas antes de ser asesinadas, durante una serie de redadas llevadas a cabo entre el 23 de febrero y el 15 de marzo en los municipios de Ayadaw, Myinmu y Sagaing, en la región de Sagaing.
El lunes, fuentes locales informan que un destacamento militar de la junta mató a tiros a un detenido de la resistencia y decapitó a otro durante una operación en el municipio de Khin-U, en Sagaing.
Respecto a la escalada de ofensivas del régimen, el portavoz del comité central de información militar karenni, Khu Nye Reh, informó que la resistencia contraatacaría lo mejor que pudiera.
«Si hay ofensiva, tiene que haber defensa y la gente sufrirá. Pero quiero animar para que no se sientan mal y para que permanezcan con nosotros hasta que el régimen militar sea derrocado y consigamos la democracia federal con la que todos soñamos», afirmó.
Fuente original en inglés: https://www.irrawaddy.com/opinion/analysis/atrocities-and-reinforcements-myanmar-regime-tries-to-control-resistance-strongholds.html