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El horror de las víctimas de abusos sexuales que han escuchado los obispos en el Vaticano

Fuentes: Agencias

Los religiosos han podido ver un video con el testimonio en primera persona de cinco víctimas de Europa, Estados Unidos, África, Sudamérica y Asia

«Lo primero que hicieron fue tratarme de mentiroso«, es una de las denuncias incluidas en los vídeos con los testimonios de víctimas de abusos que ayer escuchó la jerarquía de la Iglesia católica reunida en el Vaticano para abordar los casos de pederastia en el clero.

Los 190 representantes de la jerarquía de la iglesia católica presentes, entre ellos 114 presidentes o vicepresidentes de las conferencias episcopales, pudieron ver cinco vídeos con los testimonios de víctimas violadas por curas durante su infancia y de las que se ignoraron sus denuncias.

Lo primero que hicieron fue tratarme de mentiroso, darme la espalda y decir que yo y otros, éramos enemigos de la Iglesia», explicó una víctima chilena, según la transcripción proporcionada por el Vaticano.

Yo sé que están allí hablando, sobre cómo terminar y cómo empezar de nuevo y cómo reparar todo este daño. Primero, perdones falsos, perdones obligados ya no funcionan. A las víctimas hay que creerles, respetarlas, cuidarlas y repararlas. Hay que reparar a las víctimas, hay que estar con ellos, hay que creerles, hay que acompañarlas», dijo.

Pidió que «oigan a lo que el Santo Padre quiere hacer, no asientan con la cabeza y después hagan otra cosa».

Una mujer africana relató que desde que tenía quince años fue obligada a mantener relaciones sexuales con un sacerdote. Unos abusos que duraron 13 años: «Estuve embarazada tres veces, él me hizo abortar tres veces. Simplemente porque él no quería utilizar el preservativo ni ningún método anticonceptivo».

«Al principio tenía tanta confianza en él, que no sabía que podía abusar de mí. Tenía miedo de él. Y cada vez que me negaba a tener relaciones. Él me golpeaba. Como dependía financieramente de él sufrí todas sus humillaciones», se escuchó en la sala donde se reúnen los obispos. La mujer afirmó que su vida ha quedado «arruinada» y pidió a la Iglesia «comportarse con responsabilidad, como personas sensatas».