Una escena que se repite por miles, cada día, en los países del llamado Primer Mundo, es la detención de inmigrantes y la expulsión a sus países de origen. El día 19 de junio uno de estos inmigrantes, el cubano Noel Esteban Toro, residente en Berango, en el País Vasco, trataba de hacer frente […]
Para ello, convocó a los medios de comunicación, y una cámara del periódico El Correo, perteneciente al grupo Vocento, acudió al lugar (2). La policía activó el dispositivo habitual para los casos de intento de suicidio, lo que dio aún mayor eco mediático al suceso. En declaraciones a los medios, el protagonista declaró que es espiado, que le han intentado envenenar, y que en Cuba era perseguido y acusado por delitos que no había cometido. Incluso, que si regresa a Cuba, será fusilado. Todo ello, porque -como en la película de Alfred Hitchock- es un «hombre que sabe demasiado»: «Soy testigo -fílmalo- de fusilamiento de jóvenes militares en Cuba. (…) Cuando estuve en la mili (servicio militar) fui testigo de fusilamiento de jóvenes cubanos. Cuando el Mariel, en el 80, solo por querer salir del país el gobierno los fusiló».
Por supuesto, a este ciudadano -si finalmente es obligado por las leyes españolas a regresar a Cuba- ni le van a fusilar ni le va a ocurrir absolutamente nada. Pero es que, además, en el episodio que menciona, la emigración masiva de 100.000 personas desde Cuba a EEUU a través del puerto de Mariel, en 1980, no hubo ningun fusilamiento (3). Su argumento es esperpéntico porque afirma que el gobierno cubano fusilaba a jóvenes por querer huir del país, cuando fue el propio Fidel Castro el que permitió la entrada al Puerto de Mariel a centenares de embarcaciones norteamericanas que recogieron a toda aquella persona que deseaba emigrar a EEUU. Para poner el necesario contexto a esta noticia, hay que recordar que en EEUU, los cubanos emigrados por cualquier vía cuentan con la protección de la Ley de Ajuste Cubano, que les privilegia frente a cualquier inmigrante latinoamericano, que sí es expulsado automáticamente (4). En Europa, esta figura legal que privilegia a la inmigración cubana no existe, pero algunas personas siguen argumentando una supuesta persecución política como argucia para conseguir el asilo y, finalmente, la residencia. El propio Noel Esteban reconocía que lleva 3 años solicitando el asilo político.
Es evidente, para cualquiera con un mínimo sentido común, que éste es un caso grotesco de utilización de las habituales mentiras mediáticas contra Cuba como un intento de resolver una situación migratoria personal. Pero lo más penoso no es la actuación de este ciudadano, sino su utilización por parte de algunos medios para seguir tergiversando la realidad de Cuba. Uno de los ejemplos más lamentables es la crónica de Jorge Barbó en los diarios del grupo Vocento El Correo y El Diario Vasco, los periódicos de mayor tirada en el País Vasco, que llega a calificar a Noel Esteban Toro de «disidente» (5) (6).
Mientras, miles de trabajadores inmigrantes son detenidos y expulsados de Europa, sin que los citados diarios les dediquen la más mínima atención informativa. Quiza porque los maltratos y vejaciones que reciben y que denuncian los informes de organizaciones como Amnistía Internacional no son suficientes para ser calificados como «disidentes» (7).
(2) http://www.youtube.com/watch?v=TrLeadXpGtU
(3) http://www.cubaminrex.cu/Enfoques/lac_la%20emigracion%20cubana%20hacia%20estados%20unidos_tc.htm
(4) http://www.icap.cu/medidas/ajuste_cubano.html
(5) http://www.diariovasco.com/v/20100620/al-dia-sociedad/desesperado-quedarse-20100620.html
(6) http://www.elcorreo.com/vizcaya/v/20100620/vizcaya/desesperado-quedarse-20100620.html