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El Papa, el arzobispo asesinado, Dalton y la beatificación

Fuentes: Rebelión

En memoria y honor de Roque Dalton   «El Papa levanta el veto para la beatificación del arzobispo Romero, asesinado en El Salvador» es el título de un artículo que el global-imperial publicó el pasado miércoles [1]. Su autor: Juan José Dalton [JJD]. ¿Dalton, el hijo de Roque Dalton? ¿Se les ha colocado un Dalton […]

En memoria y honor de Roque Dalton

 

«El Papa levanta el veto para la beatificación del arzobispo Romero, asesinado en El Salvador» es el título de un artículo que el global-imperial publicó el pasado miércoles [1]. Su autor: Juan José Dalton [JJD]. ¿Dalton, el hijo de Roque Dalton? ¿Se les ha colocado un Dalton en El País?

Pues no es imposible que sea el caso por lo que se afirma, informa y argumenta en el escrito.

El resumen del texto: el Papa Francisco ha abierto la vía para la beatificación del asesinado arzobispo salvadoreño Óscar Arnulfo Romero , tras asegurar que no hay impedimentos en su caso y que el proceso está ‘en un camino normal». ¡Abramos todas las botellas de vino, con o sin alcohol, que estén a nuestro alcance! ¡Por fin! ¡Cantemos, alegría!

JJD explica así lo sucedido hace ahora 34 años: Óscar Romero, el San Romero de América, uno de los principales representantes de la Teología de la Liberación, «una interpretación de la fe cristiana desde la perspectiva de los pobres» [2]), incansable activista en la denuncia de la criminal represión militar salvadoreña, » fue asesinado en marzo de 1980 de un balazo , mientras oficiaba misa en la capilla del Hospital La Divina Providencia para enfermos de cáncer». Sin piedad, sin compasión, con balas ordenadas desde despachos de «supuestos y ejemplares ciudadanos cristianos»

Un francotirador, señala JJD, «ejecutó una conspiración encabezada por el mayor de inteligencia Roberto D’Aubuisson «, el mismo que tres años después, en 1983, fundó el partido de derecha extrema, Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), un horror cívico, social y democrático. Lo peor de lo peor. Estuvo en el poder por 20 años.

Nadie fue condenado por ese crimen imborrable recuerda oportunamente JJD. Nadie es nadie. Como en tanto otros casos.

Pues bien, en una conferencia de prensa al regreso de su viaje por Corea del Sur , el Papa Francisco, que da señales que deberían transformarse en actos, ha asegurado que el arzobispo Romero era «un hombre de Dios» y que el proceso de su beatificación estaba actualmente en manos de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Añadió que estaba «bloqueado por prudencia» y que ahora había pasado a la Congregación para los Santos y, con ello, estaba siguiendo el camino normal como cualquier otro proceso (no es imposible que Francisco sea más que generoso en su observación: habla probablemente para convencer a los de la propia casa).

JJD recuerda que para que una persona pueda ser beatificado es necesario que se le reconozca el martirio o que se le atribuya un milagro. Pero que «Los mártires pueden alcanzar el primer paso previo a la santidad sin que se les atribuya un milagro. Pero éste sí es necesario para la canonización». Por tanto, no hay problemas para la santidad y de hecho tampoco la canonización. ¡Romero hizo tantos «milagros» reales! No habrá, no debería haber problema en ese nudo.

«Lo que me gustaría es que aclarasen cuándo hay un martirio por confesar la fe -odium fidei-, y cuándo por trabajar para el prójimo como ordena Jesús. Este es un trabajo de los teólogos, porque detrás de él hay una larga lista. Tenemos que seguir el proceso y el Señor tiene que dar una señal. Ahora, los postuladores deben moverse, porque ya no hay impedimentos» son palabras de Francisco. Seguro que los postuladores se mueven y el Señor de los pobres envía varias señales.

Es muy probable que muchos de nosotros estemos alejados de estos temas de beatificación (algunas de ellas, insultos y ofensas a miles y miles de ciudadanos) y canonización pero, en este caso, sirviendo o no de precedente, no tenemos ninguna objeción a ese reconocimiento. Todo lo contrario. El compañero arzobispo Óscar Romero también era de los nuestros.

Como también lo fue -y sigue siéndolo- Roque Dalton, cuyo asesinato golpea incesantemente en lo peor, más oscuro, más dogmatico-cerril y más criminal de nuestras propias tradiciones revolucionarias. Nunca más y en serio.

Me olvidaba: una propuesta: ¿por qué no celebramos como fiesta ciudadana en la futura España Republicana el día de San Óscar Romero? Podemos sustituir, por ejemplo, el 8 de diciembre, el contradictorio día de la Inmaculada Concepción. Otro candidato: el 12 de octubre, el ex día de la Raza.

PS: Un apunte biográfico sucinto de Óscar Romero tomado también del artículo:

«Romero nació el 15 de agosto de 1917 en el municipio de Ciudad Barrios, al oriente de El Salvador. Era el segundo de ocho hermanos. Su padre, Santos Romero, era el telegrafista y empleado de correos. Fue nombrado arzobispo de San Salvador, el 3 de febrero de 1977. A finales de la década de 1970 Romero desde su púlpito denunciaba las graves violaciones a los derechos humanos que cometía el ejército salvadoreño.

Un día antes de ser asesinado, el arzobispo pidió al ejército no continuar con las masacres: «Yo quisiera hacer un llamamiento, de manera especial, a los hombres del ejército. Hermanos, ustedes son de nuestro mismo pueblo. Matan a sus mismos hermanos campesinos. Y ante una orden de matar que dé un hombre, debe prevalecer la ley de Dios que dice: No matar. […] Queremos que el Gobierno tome en serio que de nada sirven las reformas si van teñidas con tanta sangre. En nombre de Dios y en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios que cese la represión».

No cesó. Acabaron con su vida. «Realismo sucio» parece que comentó el mayor de inteligencia Roberto d’Aubuisson (Por cierto, ¿ha habido alguna condena hasta el momento de los servicios y gobiernos usamericanos que más que probablemente supieron lo que se estaba cocinando en el criminal infierno de la extrema derecha golpista salvadoreña?

Notas:

[1] http://internacional.elpais.com/internacional/2014/08/19/actualidad/1408483365_818743.html

[2] Vean las «reflexiones» que escribe Gabriel Andrade sobre los teólogos de la liberación en su libro sobre la teología publicado en Laetoli, en la colección: «!Vaya timo!».

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.