El Papa Pío XII decretó hace 64 años, el 23 de junio de 1949, la excomunión de todos los comunistas italianos y de sus simpatizantes, como años después la de Juan Perón, pero se negó a hacer lo mismo con Benito Mussolini y con Adolfo Hitler durante la segunda guerra mundial. Según el punto de […]
El Papa Pío XII decretó hace 64 años, el 23 de junio de 1949, la excomunión de todos los comunistas italianos y de sus simpatizantes, como años después la de Juan Perón, pero se negó a hacer lo mismo con Benito Mussolini y con Adolfo Hitler durante la segunda guerra mundial.
Según el punto de vista pontificio de entonces, los comunistas y Perón no podían permanecer entre los fieles católicos debido a la perversidad de su conducta, pero Hitler y Mussolini sí podían hacerlo quizá porque sus pecados no eran tan graves para el gusto católico, ya que no se debe sospechar que una medida de esta índole esté influenciada por factores de poder mundanos.
El Papa fue acusado de no expedirse sobre la matanza de judíos que estaban perpetrando los nazis en Europa a pesar de conocerla, pero ser mucho más perceptivo y sensible ante las faltas de los comunistas. Contra la causa de éstos se sumó a los fascistas, que eran tan «anticomunistas» como el Pontífice.
El papa no excomulgó a los comunistas italianos hasta que tuvieron la posibilidad cierta de hacerse con el poder en Italia en eleccciones, tratando de influir de modo decisivo en los electores católicos. Tras la campaña electoral que llevó a cabo la Iglesia, según denuncias con dinero proporcionado por la CIA a todos los adversarios de los comunistas, el Partido Demócrata Cristiano llegó al poder por mayoría absoluta.
El crecimiento del comunismo en Italia preocupaba a los gobiernos de los Estados Unidos, que incluso trazaron un plan para establecer dictaduras «preventivas» por ejemplo en Sudamérica, temiendo lo que designaban como «efecto dominó» en que un país tras otro, siguiendo el ejemplo de Italia, caería en poder de los comunistas considerados como «intrínsecamente perversos» de acuerdo con la definición pontificia.
Antes de excomulgar a los comunistas, Pío XII había señalado en su correspondencia con el presidente norteamericano Franklin Delano Roosevelt el peligro que la iglesia veía en la expansión de la Unión Soviética, y había combatido su ideología. Después de la guerra, el Santo Oficio condenó el comunismo marxista el 1 de julio de 1949 y excomulgó a sus seguidores. En la misma línea insistió en el deber de los cristianos de dar su voto a personas de segura fe católica.
El papa Pacelli, nacido en una familia italiana acomodada de la llamada «nobleza negra», próxima al papado, tuvo siempre una actitud franca y abiertamente anticomunista, que se acentuaron después del fin de la segunda guerra mundial.
En 1948 declaró que cualquier italiano católico que apoyara a los candidatos comunistas en las elecciones parlamentarias de ese año sería excomulgado e instó a la Acción Católica a apoyar al Partido Demócrata Cristiano Italiano. En 1949, autorizó a la Congregación para la Doctrina de la Fe a excomulgar a cualquier católico que militara o apoyara al Partido Comunista.
Durante la guerra fría optó claramente por el capitalismo contra el socialismo y se aproximó a la nueva potencia emergente, los Estados Unidos.
Terminada la guerra Pío XII instó a la clemencia y al perdón de todas las personas que participaron en la guerra, incluyendo a los criminales de guerra. Intercedió para que los Estados Unidos conmutaran las sentencias de los nazis convictos por las autoridades de ocupación en Alemania.
Reconoció explícitamente el régimen fascista establecido en España como consecuencia de la guerra civil que derrocó a la República. En 1953 firmó con el generalísimo Francisco Franco, «caudillo de España por la gracia de Dios» un concordato que daba base jurídica al llamado «Nacional-catolicismo» español. La iglesia legitimaba el falangismo franquista a cambio de notables ventajas en España.
Pío XII también firmó un concordato con el dictador Rafael «El Tacho» Trujillo de la República Dominicana en 1954, debido que el dictador había atropellado algunos derechos de la Iglesia. Pio XII excomulgó a Juan Perón en 1955, debido al enfrentamiento que se había producido entre el gobierno argentino y la iglesia.
Fue poco antes de la caída del peronismo víctima de su propia impotencia y del contragolpe oligárquico en que tuvieron participación destacada sectores de la iglesia católica.
Fuente: http://www.aimdigital.com.ar/aim/2013/06/23/papa-pio-xii-el-comunismo-es-intrinsicamente-perverso/