El papa Francisco celebró misa el martes para la pequeña comunidad católica de Suecia, compuesta por muchos refugiados e inmigrantes, elogiando como «bendecidos» a los habitantes del país mayoritariamente laico que reciben a quienes buscan asilo. El propósito principal del viaje de dos días del Papa era participar en una conmemoración conjunta con los luteranos […]
El papa Francisco celebró misa el martes para la pequeña comunidad católica de Suecia, compuesta por muchos refugiados e inmigrantes, elogiando como «bendecidos» a los habitantes del país mayoritariamente laico que reciben a quienes buscan asilo.
El propósito principal del viaje de dos días del Papa era participar en una conmemoración conjunta con los luteranos por el aniversario número 500 del comienzo de la Reforma.
Tras una histórica ceremonia interreligiosa el lunes, Francisco volcó su atención al hecho de que Suecia, un país principalmente laico, acogiese el año pasado a decenas de miles de solicitantes de asilo, en contraste a muchas otras naciones europeas.
En un estadio de fútbol con unos 15.000 espectadores, Francisco dedicó su homilía al sermón de Jesús en la montaña, que enumera las bienaventuranzas, pero agregó algunos cambios modernos.
«Bienaventurados son aquellos que miran a los ojos de los abandonados y marginados y les muestran su cercanía», declaró el Sumo Pontífice, nacido en Argentina. «Bienaventurados son aquellos que renuncian a su comodidad personal para ayudar a otros», agregó.
Los comentarios del Papa tuvieron un simbolismo especial en Malmö, que en los últimos años se ha convertido en una puerta de entrada para miles de inmigrantes que huyen de guerras en Oriente Próximo.
En Suecia residen muchos inmigrantes de América Latina, Oriente Próximo y Asia y sus descendientes nacidos en el país europeo. El año pasado recibió a 163.000 refugiados, más que cualquier otra nación de la Unión Europea en proporción a su población. Su reputación de tolerancia y estabilidad lo han convertido en un destino de refugiados durante décadas.
Sondeos muestran que Suecia es uno de los países más irreligiosos del mundo. En una encuesta de WIN-Gallup del año pasado, cerca de ocho de cada 10 suecos dijeron que eran «no religiosos» o «ateos convencidos». Otros sondeos muestran que los suecos confían más en instituciones como la agencia tributaria que en la Iglesia Luterana.
Pese a eso, han aceptado más a los refugiados e inmigrantes que países católicos como Polonia y Hungría.