El papa Francisco aterrizó este jueves en Bangkok para dar comienzo a una visita de tres días en Tailandia, la primera vez que un sumo pontífice viaja al país asiático desde que lo hiciera Juan Pablo II hace 35 años. El papa aterrizó en un avión de Alitalia en el aeropuerto de la Fuerza Aérea […]
El papa Francisco aterrizó este jueves en Bangkok para dar comienzo a una visita de tres días en Tailandia, la primera vez que un sumo pontífice viaja al país asiático desde que lo hiciera Juan Pablo II hace 35 años.
El papa aterrizó en un avión de Alitalia en el aeropuerto de la Fuerza Aérea tailandesa en Don Mueang, en las afueras de la capital, a las 12 del mediodía, 5:00 GMT, y fue recibido por dignatarios del gobierno tailandés y la jerarquía católica en Tailandia, además de por varias salvas de cañones.
Sin embargo, la primera persona que recibió y saludó a Francisco al bajar de las escalerillas del avión fue su prima Ana Rosa Sivori, monja de 77 años que vive en Tailandia desde hace 53 años, habla la lengua local e inmediatamente comenzó a cumplir con las autoridades presentes su cometido de traductora del sumo pontífice durante la visita al país.
Jorge Bergoglio, de 82 años, no tiene prevista ninguna actividad pública para el día de su llegada, pero el jueves será recibido oficialmente por el primer ministro tailandés, el general golpista Prayut Chan-ocha, se reunirá con el patriarca supremo budista y el rey Vajiralongkorn de Tailandia y celebrará una multitudinaria misa en el Estadio Nacional de Bangkok.
El viernes, celebrará otra misa en la catedral de la Asunción y se reunirá con curas y jerarcas de la Iglesia católica tailandesa, antes de partir el sábado por la mañana con rumbo a Japón en una gira que supone su viaje internacional número 32 desde que inició su papado en 2013 y el cuarto a Asia.
Tailandia, un país de 69 millones de habitantes predominantemente budista, cuenta con una pequeña comunidad católica de unos 388.000 fieles, un 0,58 por ciento de la población total.
La visita de Francisco también conmemora el 350 aniversario de la primera misión dependiente directamente del Vaticano bajo el papa Clemente IX en 1669.