La difteria es una enfermedad de otra época capaz de causar la muerte en pocos días. En la actualidad, se puede prevenir de manera eficaz y se puede tratar. Sin embargo, en varios lugares del mundo está repuntando… Hace casi tres años que comenzó la guerra civil en Yemen, un conflicto que ha asolado el […]
La difteria es una enfermedad de otra época capaz de causar la muerte en pocos días. En la actualidad, se puede prevenir de manera eficaz y se puede tratar. Sin embargo, en varios lugares del mundo está repuntando…
Hace casi tres años que comenzó la guerra civil en Yemen, un conflicto que ha asolado el país y que ha dañado gravemente sus estructuras sanitarias. A la epidemia de cólera que sufre Yemen desde la primavera del año pasado se ha sumado un brote de difteria.
Según datos del Ministerio de Salud Pública y Población de ese país africano, desde el mes de agosto de 2017, se han detectado 716 casos y 52 muertes por difteria allí . Los niños son los más perjudicados. De hecho, Save the Children subraya que el 90% de las víctimas mortales tienen menos de 15 años.
ENFERMEDAD MUY CONTAGIOSA
«Es una enfermedad muy contagiosa y ahora hay tan poca ayuda que las familias tienen que recorrer cientos de kilómetros junto a sus hijos para llegar hasta nosotros. Pero llegan demasiado tarde e infectan a otras personas durante el trayecto. Ayer lloré con una madre que perdió a su hija. Cuando llegaron aquí no pudimos hacer nada por ella», relata Mariam Aldogani, coordinadora de campo de Save the Children en Al Hudayda.
«La mayoría de las personas no han sido vacunadas y no tenemos la reserva de vacunas que necesitamos para un brote de este tipo. El bloqueo hace que sea imposible traer especialistas, medicamentos o materiales esenciales para mantener con vida a los niños enfermos. A menos que haya medidas urgentes, no podremos detener la propagación de la difteria», alerta la doctora Aldogani.
Asimismo, en Bangladesh, los refugiados rohingya que han huido de Birmania se enfrentan a un brote de difteria. La mayor parte de la población de esta etnia no está vacunada contra esta enfermedad y en la actualidad estas personas viven en asentamientos precarios e hiperpoblados.
«Lo más triste es que una población tan vulnerable como los rohingya, que ya ha pasado por el gran trauma de tener que huir de sus hogares, que ha sido objeto de violencia y que vive en terribles condiciones, está siendo golpeada además por una enfermedad totalmente prevenible con un mínimo acceso a la sanidad y a una vacunación rutinaria que se inventó hace 90 años», manifiesta la doctora Nina Goldman, de Médicos Sin Fronteras.
En Venezuela también se han reportado casos de difteria en distintas regiones desde 2016. «La difteria ha vuelto a aparecer luego de 24 años sin ser diagnosticada en el país», manifiesta el Observatorio Venezolano de la Salud.
«La difteria es una enfermedad respiratoria contagiosa, con frecuencia mortal, debida a la infección por una bacteria, el bacilo Corynebacterium diphtheriae, que provoca una afectación muy grave de las vías respiratorias altas (garganta y nariz), llegando a producir la asfixia en quien la padece. Este germen produce también una toxina que ataca el corazón y el cerebro», explican los especialistas de la Asociación Española de Pediatría.
«A menudo se presentan de modo gradual, empezando por dolor de garganta y fiebre. En los casos de gravedad, la bacteria genera un producto tóxico (toxina) que da lugar a una espesa placa gris o blanca en el fondo de la garganta, placa que a veces, al bloquear las vías respiratorias, dificulta la respiración o la deglución y también puede provocar una tos seca», describe.
SE TRANSMITE CON FACILIDAD
Esta entidad advierte que la difteria se transmite con facilidad de una persona a otra «ya sea por contacto directo o por vía aérea, a través de las gotículas respiratorias emitidas, por ejemplo, al toser o estornudar. También puede diseminarse a través de tejidos u objetos contaminados».
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) indican que alrededor de una de cada diez personas que contraen la difteria muere. «En niños menores de cinco años, hasta uno de cada cinco que contraen difteria muere», apuntan.
No obstante, existe un tratamiento para combatir la enfermedad. «Para tratar esta infección se administra una solución de antitoxina diftérica por inyección intravenosa o intramuscular. También se administran antibióticos para eliminar la bacteria, poner fin a la producción de toxina e impedir el contagio de otras personas», explica la OMS.
Asimismo, la OMS hace hincapié en la importancia de la vacunación. «Todos los niños del mundo deberían estar inmunizados contra la difteria. Una ronda básica de tres dosis, administradas en el curso del primer año de vida, sienta las bases para adquirir inmunidad vitalicia. Los programas de inmunización deben asegurarse de que más adelante, durante la niñez o adolescencia, cada cual reciba otras tres dosis de refuerzo», manifiesta.
«A cualquier edad, toda persona que no esté vacunada contra la difteria, o que lo esté solo parcialmente, debe recibir las dosis necesarias para completar la vacunación», añade.
«La vacuna de la difteria es una vacuna inactivada (no es una vacuna viva) y contiene la toxina que fabrica la bacteria, pero desprovista totalmente de su toxicidad (se llama toxoide), de forma que, una vez inyectada, no puede producir la enfermedad, pero sí mantiene su capacidad de estimular la producción de defensas contra ella», detallan los especialistas de la Asociación Española de Pediatría.
«Los brotes de difteria surgidos últimamente en varios países atestiguan una insuficiente cobertura de vacunación y han demostrado la importancia de mantener elevados niveles de cobertura en los programas de inmunización infantil», subraya la OMS.
En este sentido, indica que sean cuales sean las circunstancias externas, toda persona no inmunizada se encuentra en situación de riesgo.
«Se calcula que un 86% de los niños del mundo reciben las 3 dosis recomendadas de vacuna antidiftérica durante la lactancia, lo que supone que hay un 14% sin cobertura, o con cobertura parcial», advierte.
Fuente: http://www.efedocanalisis.com/noticia/resurgir-la-difteria/