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Obreros y campesinos, columna vertebral del nuevo movimiento. Jóvenes y mujeres, frescura e inspiración

EZLN : La Otra Campaña para escuchar, hablar y acordar desde abajo y por la izquierda

Fuentes: Rebelión

La Otra Campaña arrancó. Miles de mujeres y hombres, jóvenes en su mayoría, con el rostro cubierto por pasamontañas, tomaron la plaza de San Cristóbal, espacio legendario de manifestaciones indígenas pacíficas y lugar donde exactamente 12 años atrás una generación de zapatistas, armados de verdad y fuego, lanzaban su manifiesto a la nación por libertad, […]

La Otra Campaña arrancó. Miles de mujeres y hombres, jóvenes en su mayoría, con el rostro cubierto por pasamontañas, tomaron la plaza de San Cristóbal, espacio legendario de manifestaciones indígenas pacíficas y lugar donde exactamente 12 años atrás una generación de zapatistas, armados de verdad y fuego, lanzaban su manifiesto a la nación por libertad, democracia y justicia.

La historia es sabia y, de nuevo, a los más pequeños, los indígenas del estado de Chiapas, los pone en un nuevo derrotero: La esperanza ante el futuro negado, la rebeldía insurrecta en el sendero estrecho de la «cladestinidad pacífica», fuera del circuito de la clase política, pero ejerciendo el derecho a la libre organización, asociación y autodeterminación. Ahora no van solos como en aquél amancer de 1994, sino que van acompañados de organizaciones políticas de izquierda, sociales y populares para andar en un mismo paso, abajo y a la izquierda.

En un contexto de disputa y competencia entre los candidatos de los partidos políticos oficiales hacia la contienda electoral por la presidencia de la República en el mes de julio próximo, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), por medio del delegado Zero, el subcomandante Marcos, inició formalmente su recorrido por todo el país en una primera etapa, de diágnostico, de reconocimiento, de medir el pulso sobre la situación precaria de la mayoría de la población mexicana, pero también para conocer de sus luchas y sus saberes colectivos.

Remar contra corriente se han propuesto los indígenas insurgentes y, ante todos los pronósticos pesimistas del sistema, se conforman como alternativa sin proponérselo. Creen en la gente y por ello van a buscarla fuera del calendario electoral, las campañas políticas y los eventos magnánimos de los políticos profesionales.

Acogidos por miles de indígenas de las zonas de Los Altos, Selva y Norte de Chiapas, la comisión de dirigentes de la agrupación rebelde reiteró sus críticas a todos los partidos políticos y dijeron que su iniciativa, la llamada Otra Campaña, contenida en la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, pretende impulsar a que los mexicanos escuchen, hablen y acuerden un Programa Nacional de Lucha que materialice la organización social, civil y pacífica hacia el cambio radical en los ámbitos político y económico, por democracia y justicia social.

En el acto político de inicio a la iniciativa de izquierda y anticapitalista, los comandantes y las comandantes del EZLN expresaron su sentir y esperanzas, indicando que han puesto su vida en la madrugada de enero de 1994 y que ahora lo vuelven a hacer por el cambio profundo en el país, reto gigante para un ejército de soñadores que optan por el trabajo de base, por escuchar y acturar con la única satisfacción del deber cumplido.

El comadante Tacho inició los discursos que en cascada fueron inundando la plaza, las conciencias de miles de personas de México y el mundo, quienes atendieron al llamado de la selva, convocatoria variopinta por definición.

«Hermanos y hermanas obreros y obreras, campesinos y campesinas de todo Mexico: Hermanos: El día de hoy queremos decirles que la situación de los trabajadores del campo y de la ciudad son cada día más graves y más difíciles, pero aún los campesinos y los obreros somos la parte más importante del pueblo mexicano en cuanto a la producción y la mano de obra barata; somos indispensables para nuestro país, pero somos los más desposeídos en cuanto a derechos que nos corresponden…»

Indicó que los gobiernos que han pasado a lo largo del tiempo se han dedicado a la destrucción del campo nacional que ha afectado a las familias campesinas y obligado a emigrar a miles de personas por el desempleo y el nulo apoyo a las actividades agropecuarias. El dirigente rebelde indicó que aún rige la dramática pulverización del agro, resultado de las políticas neoliberales y de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio.

Asimismo, sostuvo que los obreros son la sustancia que han hecho posible la construcción de una nación, pero a los cuales no se les da reconocimiento alguno.

«Sabemos de la difícil situación que ustedes viven en las fábricas. Enfrentan cada día, cada hora, al patrón y a los capataces. Sabemos que las condiciones de vida son parecidas a las de nosotros los campesinos que como los obreros no tienen un empleo seguro, son amenazados con despidos por defender sus derechos, no están protegidos por las leyes de los gobiernos, mucho menos por parte de los patrones porque si reclaman justicia social o aumento salarial, seguro de vida o pleno empleo, seguro son despedidos injustificadamente.»

Subrayó que el pueblo trabajador debe organizarse desde su lugar de trabajo y, de manera colectiva, cambiar su situación. «Ya llegó el tiempo de decir juntos Ya Basta porque a los explotadores nadie los detendrá, si no es por nosotros mismos… Hoy inicia nuestra Otra Campaña para escuchar sus pensamientos, sus palabras y saber si están de acuerdo que los privatizadores nos chinguen… Nosotros los zapatistas no estamos de acuerdo que nos chinguen, no estamos de acuerdo que nos sigan explotando, ustedes dirán hermanos trabajadores y trabajadoras…»

Por su parte, la comandanta Kelly reiteró que la lucha zapatista incluye de manera fundamental a las mujeres. «Invitamos a todas las mujeres, a todas las amas de casa y trabajadoras de nuestro país que se llama México, a que se adhieran a la Sexta y a la otra campaña y que así les mostremos a los hombre machitos que sí podemos y también tenemos la obligación de luchar y participar por nuestros derechos, porque ahora ya no debemos ser lo que ya se acabó, porque también como mujeres que somos no sólo somos de la cama o de la casa nada más, no sólo obedecemos y hacemos lo que digan los hombres…, hoy también empezamos con la Sexta y con la Otra Campaña…»

Adelante en su discurso, encargó al pueblo de México cuidar al delegado Zero en su camino por los senderos, peñascos, avenidas, carreteras, fábricas, ejidos, campos, rutas olvidas donde viven los pobres. «Les decimos que lo cuiden mucho, mucho; estaremos pendientes para cuando nos indiquen a donde nos toca ir y escuchar, juntar nuestras palabras con las de todos ustedes, unidas juntas con los compañeros a hacer más grande nuestras palabras en un Programa Nacional de Lucha, de izquierda y anticapitalista».

En su turno, la comandanta Hortensia también se refirió a la lucha de las mujeres: «Campesinas, obreras, artesanas, maestras, estudiantes, amas de casas, enfermeras, religiosas, artistas, mujeres profesionistas y a todas las mujeres en general…, queremos decirles que se cumplen doce años, aquí en Chiapas, de nuestro levantamiento armado, cuando las mujeres de diferentes zonas y municipios de este estado del sureste mexicano, que junto a los compañeros, demostramos nuestro valor y nuestro coraje en contra del mal gobierno, en contra el ejército mexicano, en contra de las injusticias que sufrimos las mujeres de nuestro país y, sobre todo, como mujeres indígenas.

Ese primero de enero de 1994, cientos de mujeres milicianas nos levantamos en armas… dispuestas a pelear por defender sus pueblos y sus derechos y dignidad, como mujeres… vamos a seguir luchando para conquistar el lugar y el derecho que tenemos.»

Seguió el turno de los comandantes. David recordó lo que significa para los pueblos zapatistas otro año de lucha y resistencia: «Al cumplir 12 años del levantamiento armado, contra el olvido, contra la humillación, contra el desprecio y contra toda clase de injusticias que sufrimos los pueblos indígenas y los pueblos de México, les decimos que aquí estamos, aquí estaremos y también en todas partes, por eso hoy, primero de enero de 2006, nos hemos encontrado otra vez en esta misma ciudad de San Cristóbal…, pero hoy estamos muchos miles de bases de apoyo… para dar inicio formal al siguiente paso que hemos decidido como EZLN junto con cientos de miles de compañeros y compañeras de México y el mundo, los que han hecho suya la llamada Sexta Declaración y la Otra Campana… para abrir pasos, para abrir puertas y tocarles el corazón de otros hermanos indígenas y no indígenas, pobres como nosotros, y a todos aquellos y aquellas que quieren el cambio real en nuestro país y construir una verdadera sociedad donde se pueda vivir una verdadera democracia, con libertad y justicia para todos… Sabemos que esta inicitiva que se ha tomado está llena de riesgos y peligros porque los que no tienen la razón ni hablan con la verdad tienen miedo de la verdad y de la justicia, por eso solo piensan en la maldad y en traiciones o como quieran… como zapatistas tenemos que cumplir nuestra palabra, pase lo que pase y encontrarse con todos nuestros hermanos pobres.»

El comandante Zebedeo reconoció que la frescura de la juventud es indispensable para la lucha y llamó a los jóvenes de México y el mundo a unir sus esperanzas y resistencias, desde donde estén, para el cambio de giro al que ha impuesto la globalización: «Buenas noches México, Buenas noches mundo, esta delegación les deseamos feliz año nuevo… Especialmente a los jóvenes y jovenas de nuestro país y el mundo: muchos de ustedes los jóvenes y jovenas en el año 1994, año de inicio de lucha zapatista, estaban tan niñas y niños cuando nosotros estábamos enfrentando la muerte para manifestar y pedir en demanda como son la libertad, justicia, democracia, techo, trabajo, salud, educación, paz y dignidad, derecho de la mujer y el reconocimiento constitucional de los derechos de la cultura indígena. Estas demandas siguen en pie y siguen sin cumplir el mal gobierno, en él nada esperamos… Estos doce años de lucha nos han enseñado que la esperanza de futuro depende de todos nosotros los jóvenes del campo y de la ciudad, por eso reiteramos nuestro llamado que no permitamos más la humillación y la exclusión… les invitamos que no se distraigan con los discursos maquillados de los malos gobiernos…

«Nos hemos dado cuenta que ustedes son muy buenos portadores de playeras con el rostro del Che y que bonitos y que bonitas se ven cuando en el pecho llevan ese rostro de un luchador de nuestra América, y como tan bonitos se ven queremos invitarlos e invitarlas no sólo para presumir, seamos un poco realistas y encaminemos juntos con ánimo con la Otra Campaña y adherirse a ella… Los queremos ver con su rebeldía en este gran recorrido de la Comisión Zero y sólo no se olviden de que esta campaña nazca de sus corazones y les decimos que les enseñará a usar la conciencia y quizás pueda ser bueno para sus escuelas, para sufrir, arriesgar con la entrega total para el bien de los pobres desposeídos y excluidos de esta patria mexicana.»

Como último horador, el subcomandante Marcos tomó la palabra. Tras reconocer al comandante German, el arquitecto Fernando Yañez, como inspirador del movimiento, se dirigió en sus primeras palabras al EZLN: «Bases de apoyo, responsables locales y regionales, autoridades autónomas, milicianos y milicianas, insurgentes e insurgentas, mandos militares y comandantes y comandantas del Comité Clandestino Revolucionario Indígena- Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional: Vamos a empezar a caminar para cumplir nuestra palabra de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona…»

«A mí me toca salir primero para ver cómo es el camino que vamos a andar y ver si hay peligros y aprender a conocer el rostro y la palabra del que es compañero y compañera, pero tiene otro modo. Para unir nuestra lucha zapatista con la lucha de los trabajadores del campo y de la ciudad de nuestro país que se llama México.

«Si algo malo me pasa sepan que ha sido un orgullo el luchar a su lado, ustedes han sido los mejores maestros y dirigentes y estoy seguro que seguirán llevando por buen camino nuestra lucha, enseñándonos a todos a ser mejores con la palabra dignidad. Somos viento, no tememos morir en la lucha. La buena palabra ha sido ya sembrada en buena tierra, esta buena tierra es su corazón de ustedes y en él florece ya la dignidad zapatista. Gracias compañeros y compañeras del Ejército Zapatista de Liberación Nacional que vinieron a acompañarnos…»