Un total de 64 civiles murieron en bombardeos de las tropas de ocupación bajo mando estadunidense en el este de Afganistán, el 4 y el 6 de julio, en tanto que concluyeron hoy dos comisiones encargadas de realizar la investigación por órdenes del jefe de Estado, Hamid Karzai, a quien le exigieron hablar con esas […]
Un total de 64 civiles murieron en bombardeos de las tropas de ocupación bajo mando estadunidense en el este de Afganistán, el 4 y el 6 de julio, en tanto que concluyeron hoy dos comisiones encargadas de realizar la investigación por órdenes del jefe de Estado, Hamid Karzai, a quien le exigieron hablar con esas tropas para poner fin a los ataques.
Un primer ataque aéreo del 4 de julio fue perpetrado en el distrito de Waygal, en la provincia de Nuristán, que causó 17 muertos y nueve heridos, todos civiles.
A ese ataque siguió el bombardeo del 6 de julio, en que murieron 47 personas que asistían a una boda en la provincia de Nangarhar, en la frontera con Pakistán, precisaron las comisiones.
«Hemos descubierto que 47 civiles, en su mayoría mujeres y niños, murieron en un ataque aéreo, y que nueve personas resultaron heridas» en la provincia de Nangarhar, dijo a la prensa el responsable de la comisión sobre hechos del 6 de julio y vicepresidente del Senado, Burhanulá Shinwari.
«Las víctimas eran todos civiles y no tenían vínculo con los talibanes o Al Qaeda», destacó antes de precisar que las familias de las víctimas les mostraron las ropas manchadas de sangre.
«Si continúan ocurriendo cosas como ésta, la población se distanciará del gobierno», advirtió, a la vez que hizo un llamado a la calma a las fuerzas extranjeras.
Desde la coalición internacional bajo mando estadunidense, el teniente coronel Rumi Nielson Green declaró que «cada vez que mueren civiles es una tragedia. No nos dirigimos nunca a los no combatientes. Hacemos importantes esfuerzos para evitar víctimas civiles», luego de que en su momento esas fuerzas afirmaron que bombardeos habían dejado decenas de bajas a los talibanes.
«El incidente del 6 de julio está siendo investigado por la coalición. Nada puedo decir mientras se lleve a cabo la investigación», agregó el militar del ataque aéreo estadunidense en que el objetivo real fueron personas que asistían a una boda matando a 47 civiles, entre ellos 39 niños y mujeres.
Respecto del 4 de julio, el general Mohammad Amin, de la segunda comisión, dijo que «descubrimos que 17 personas murieron y otras nueve resultaron heridas en el bombardeo, todas civiles».
La coalición de fuerzas estadunidenses y europeas de ocupación aseguró en el caso que sólo combatientes habían sido eliminados.
Las fuerzas de Estados Unidos y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) cuentan con unos 70 mil soldados en Afganistán, donde a menudo provocan la muerte de civiles durante sus combates o bombardeos.
Sólo en el primer semestre de 2008 unos 700 civiles murieron en actos violentos, 255 de ellos en ataques de esas fuerzas, de acuerdo con Naciones Unidas.
Entre tanto, se reportó que dos soldados murieron y otro resultó herido de las tropas de la OTAN, en un atentado con bomba al paso de una patrulla en la provincia de Paktika, con lo que suman 120 militares de esa organización abatidos este año en Afganistán.
En paralelo, nueve soldados británicos resultaron heridos en la convulsa provincia afgana de Helmand, durante un ataque efectuado por un helicóptero de su propia fuerza aérea del tipo Apache al «confundir» a esos militares con combatientes de la resistencia talibán, se informó en Londres.