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Fragmentos de la realidad

Fuentes: Rebelión

Podría decirse que la campaña electoral y un presidente a la defensiva tras la publicación de unas burlas a las tropas caídas en la guerra han salvado del cierre al periódico de corte militar fundado en 1861 Stars and Stripes.

A última hora del viernes y contradiciendo a su secretario de Defensa sin previo aviso, Donald Trump anunció su determinación de revertir la decisión tomada por el Pentágono de reducir costes y dejar de publicar el último día de este mes de septiembre la publicación en papel y cerrar la información online de un medio que desde que lo fundaron soldados de la Unión durante la Guerra Civil norteamericana ha cumplido la labor de informar a las tropas sobre las tropas. A pesar de que Trump había dicho con anterioridad que la publicación “se estaba muriendo”, su necesidad de acallar la información -desmentida por la Casa Blanca- de que los soldados caídos en el frente de batalla eran “perdedores” por haberse dejado matar, le ha llevado a declarar que Stars and Stripes “continuará siendo una maravillosa fuente de información para nuestro gran Ejército”.[1]

La CNN publico el 8 de septiembre un artículo de Barbara Starr y Ryan Browne, indicando que el presidente Trump había lanzado un ataque sin precedentes contra los líderes militares de Estados Unidos, al señalar que los mismos quieren guerras para satisfacer interés de las compañías manufactureras de defensa. A ello debemos unirle otros elementos que he mencionado en mis artículos, y lo que evidencia las desavenencias de Trump con el estamento militar.

Donald Trump se refirió al tema de la vacuna norteamericana contra la Covid-19, en dos ocasiones diferentes durante su esperado discurso ante la Convención Republicana el 27 de agosto. «Produciremos una vacuna antes de fin de año, o quizás incluso más pronto». «Normalmente serían años, y lo hicimos en pocos meses», dijo como si ya se hubiese logrado ese objetivo. «La estamos produciendo con anticipación para que cientos de millones de dosis estén disponibles rápidamente. Tendremos una vacuna segura y eficaz este año y juntos aplastaremos el virus»[2].

Coincidencia o no, ese mismo día la administración de Trump envió una carta a los 50 estados del país pidiendo prepararse para distribuir la vacuna a fines de octubre o principios de noviembre. Todo esto confirmó para muchos las sospechas de que Trump busca presentar una vacuna contra el virus como carta de última hora antes de las elecciones del 3 de noviembre [3]. Por su lado, Anthony Fauci, el mayor experto en enfermedades infecciosas de EE.UU., sostuvo que los reguladores «son independientes y están muy comprometidos en asegurar que prevalezca la ciencia y no la política» en la distribución de una vacuna. En este espinoso tema, me remito a un famoso comentarista cubanos que dice: saque usted, sus propias conclusiones.

El repunte de la economía mundial tras la fase más aguda de la crisis del coronavirus «se está desvaneciendo», lo que dibuja «un final incierto» para el 2020, sostiene Bloomberg, que recoge en un nuevo artículo las preocupaciones de expertos ante una nueva ola del virus, ante el inminente fin de las medidas de apoyo de los Gobiernos o ante una escalada de las tensiones entre EE.UU. y China en vísperas de las elecciones presidenciales de noviembre, lo que podría socavar la confianza empresarial.

«Hemos visto un repunte máximo», declaró a Bloomberg Televisión Joachim Fels, asesor económico global de Pacific Investment Management Co., que vaticina que a partir de ahora el impulso se irá «desvaneciendo un poco»[4].

A pesar de los esfuerzos y los avances de los gobiernos —que han inyectado casi 20 billones de dólares de apoyo fiscal y monetario para lograr que la economía vuelva a la normalidad en la medida de lo posible— mantener el impulso en todos los frentes «no será fácil» y es probable que se requiera que las autoridades «aumenten sus esfuerzos de estímulo, en un momento en el que algunos buscan recortarlos», estima el medio. Si bien la ayuda gubernamental ayudó a impulsar un repunte inicial en los mercados laborales, el siguiente paso será «el largo y duro trabajo de reestructurar las empresas, reasignar recursos y volver a capacitar a los trabajadores en industrias que ya no son viables», lo que podría durar algún tiempo, señala el artículo. Por de pronto, este mes algunas de las marcas industriales más conocidas del mundo han advertido que se avecinan recortes de empleo.

Sin embargo, todos estos factores quedan eclipsados por la continua propagación del virus, con brotes en todo el mundo. Incluso cuando se diseñe una vacuna, hacerla disponible en la escala necesaria a nivel global llevará tiempo, advierte Warwick McKibbin, de la Brookings Institution y la Universidad Nacional de Australia. Sus modelos sugieren que el virus podría costarle a la economía mundial unos 35 billones de dólares hasta el 2025. «Hay que vacunar a una gran parte de la población antes de que los costos económicos comiencen a bajar», asevera McKibbin.

El periódico New York Times ha publicado lo siguiente: ¨Después de casi cuatro años en la presidencia, Trump aborda la campaña de otoño con una mezcla asombrosa de fanfarronerías y lamentos, un hombre dado a los extremos que en un momento dado asegura haber logrado más cosas que prácticamente todos los demás presidentes y al instante siguiente se queja de que también ha sufrido más que todos ellos. Vive en un mundo que él mismo se ha fabricado, a veces desconectado de la realidad que reconocen los demás. Y ha impuesto su voluntad a Washington y al mundo como ningún otro mandatario. Si gana, es posible que su agenda esté marcada en gran medida por fuerzas externas. Se enfrenta a tres crisis que están golpeando simultáneamente Estados Unidos: la pandemia, que aún mata aproximadamente a mil personas diarias, la desaceleración económica derivada de ella, que la semana pasada llevó al paro a otro millón de personas, y el malestar creado por una serie de incidentes de disparos de agentes de policía contra afroamericanos, el más reciente en Kenosha, Wisconsin. Trump, en la práctica, se ha olvidado ya de la pandemia, y dice que es el más capacitado para reconstruir la economía. Ante el debate sobre la justicia racial ha tenido una reacción típica de él, buscando el enfrentamiento en vez de la calma, denigrando el movimiento Black Lives Matter (las vidas negras importan), culpando de la violencia callejera [5] a los que denomina demócratas radicales y presentándose como defensor incondicional de la policía¨[6].

Directivos del Partido Demócrata temen un potencial caos en las elecciones del 3 de noviembre próximo, ante las reiteradas advertencias del presidente estadounidense, Donald Trump, sobre un posible fraude electoral, señala hoy un experto en el tema.

La afluencia esperada de votos de personas ausentes puede provocar «una lucha amarga y prolongada por los resultados de los comicios», afirma este lunes Max Greenwood, en un artículo en el diario The Hill.

A esto se suma la preocupación por los esfuerzos del jefe de la Casa Blanca por sembrar dudas en el voto por correo y en ausencia en medio de la pandemia de la Covid-19, alerta el especialista.

Pero otros acontecimientos de esta semana renovaron y agravaron esos temores, después que una importante firma digital demócrata advirtió sobre un potencial «espejismo rojo» en la noche de las elecciones.

Eso se debe a que los recuentos de votos en persona pudieran mostrar a Trump a la cabeza hasta que las boletas por correo se contabilicen después del 3 de noviembre.

Directivos de la campaña demócrata refuerzan su preocupación por la posibilidad de que los partidarios de Trump intenten votar dos veces, por correo y en persona, como sugirió el mandatario recientemente, lo que según Greenwood, haría que estas elecciones estén sumidas en la confusión y la incertidumbre.

A ese criterio se suma Guy Cecil, presidente del principal comité de acción política del Partido Demócrata, Priorities USA, quien señaló esta semana en un video que la gente «no comprende del todo lo difícil y desafiante que la campaña de Trump va a intentar imponer a la dirección de estos comicios.

Y en ese incierto y contradictorio panorama, la popularidad del candidato presidencial Donald Trump se debe al miedo y es el resultado de una «sociedad quebrada» por el neoliberalismo, asegura el célebre politólogo Noam Chomsky. Las personas se sienten aisladas, desamparados y victimas de fuerzas más poderosas, a las que no entienden ni pueden influenciar, dijo [7].

Notas:

[1] Yolanda Monge. elpais.com. 7/9/2020.

[2] Las principales empresas farmacéuticas inmersas en la carrera contra el covid-19 lanzan un compromiso conjunto para «defender la integridad del proceso científico» y los «altos estándares éticos» de los ensayos clínicos. Este manifiesto, lanzado tan solo unas horas antes de que Oxford anunciara el parón de su vacuna estrella, implica que los desarrolladores de las vacunas se comprometen a tirar adelante sus proyectos solo si logran todas las pruebas de eficacia y seguridad necesarias. Así lo aseguran GlaxoSmithKline, AstraZeneca, BioNTech, Sanofi, Moderna, Novavax, Pfizer, Johnson & Johnson y Merck… las farmacéuticas se comprometen a seguir cuatro principios. Primero, priorizar la seguridad y el bienestar de las personas vacunadas. Segundo, seguir cumpliendo los estándares científicos y éticos tanto en los ensayos como en el proceso de fabricación. Tercero, pedir solo la autorización de las fórmulas que demuestren su seguridad y eficacia en la fase 3 de los ensayos clínicos. Y cuarto, garantizar el suministro global de vacunas cuando por fin se logre su aprobación

[3] Gerardo Lissardy BBC News Mundo, Nueva York, 7 septiembre 2020.

[4] RT Actualidad. El «incierto final» de 2020: ¿Qué más problemas podría afrontar la economía mundial este año? Publicado: 7 sep 2020 00:58 GMT.

[5] ACLED es dirigido por el Prof. Clionadh Raleigh y es operado por el gerente de investigación de alto nivel Caitriona Dowd, tanto afiliado a la Universidad de Sussex, mientras que la recolección de datos implica varios investigadores. El conjunto de datos fue introducido por Raleigh y coautores en un documento de 2010 en el Journal of Peace Research. ACLED fue originalmente presentado por la Paz Instituto de Investigación de Oslo (pero era, incluso en el momento, distinta de la UCDP / PRIO conjunto de datos los conflictos armados), pero más tarde se trasladó a un hogar independiente. ACLED ahora está registrado como una organización independiente, no gubernamental en los Estados Unidos. Según ACLED, una organización no gubernamental que monitorea los conflictos en todo el mundo, es un proyecto que recopila datos sobre la violencia política en los estados en vías de desarrollo, desde 1997 hasta la actualidad. ACLED señala que desde mayo, se han producido 10 600 demostraciones populares en Estados Unidos, el 73 % asociadas al movimiento Black Lives Matter, aunque con una significativa participación de otros grupos sociales estadounidenses, en especial jóvenes blancos. El 95 % de estas manifestaciones tuvieron un carácter pacífico, pero el 54 % fue reprimida por la policía. También se produjeron 360 manifestaciones en contra, entre ellas unas cien por parte de grupos supremacistas blancos, incluyendo a milicias armadas y el KKK, que generaron los mayores niveles de violencia.

[6] PETER BAKER ©the New York Times. 05 SEP 2020 – 22:30 GMT.

[7] HispanTV, 21 de marzo de 2017.

Las principales empresas farmacéuticas inmersas en la carrera contra el covid-19 lanzan un compromiso conjunto para «defender la integridad del proceso científico» y los «altos estándares éticos» de los ensayos clínicos. Este manifiesto, lanzado tan solo unas horas antes de que Oxford anunciara el parón de su vacuna estrella, implica que los desarrolladores de las vacunas se comprometen a tirar adelante sus proyectos solo si logran todas las pruebas de eficacia y seguridad necesarias. Así lo aseguran GlaxoSmithKline, AstraZeneca, BioNTech, Sanofi, Moderna, Novavax, Pfizer, Johnson & Johnson y Merck…las farmacéuticas se comprometen a seguir cuatro principios. Primero, priorizar la seguridad y el bienestar de las personas vacunadas. Segundo, seguir cumpliendo los estándares científicos y éticos tanto en los ensayos como en el proceso de fabricación. Tercero, pedir solo la autorización de las fórmulas que demuestren su seguridad y eficacia en la fase 3 de los ensayos clínicos. Y cuarto, garantizar el suministro global de vacunas cuando por fin se logre su aprobación.