Estamos asistiendo poco a poco el surgimiento de un nuevo orden mundial. Estados Unidos lleva años de decaimiento como potencia hegemónica y ha dejado de ser el guardián del orden mundial. Por otro lado, podemos comprobar cómo se está desplazando el eje socio-económico desde la vieja Europa hacia Asia. Estados Unidos había diseñado una nueva […]
Estamos asistiendo poco a poco el surgimiento de un nuevo orden mundial. Estados Unidos lleva años de decaimiento como potencia hegemónica y ha dejado de ser el guardián del orden mundial. Por otro lado, podemos comprobar cómo se está desplazando el eje socio-económico desde la vieja Europa hacia Asia.
Estados Unidos había diseñado una nueva guerra fría, con la finalidad de atraer a sus viejos aliados y así impedir su debilitamiento como potencia hegemónica. Por otro lado, dentro de su política mundial, busca terminar con el problema del Oriente Medio. Acabando con la cuestión nuclear iraní. Planteando una paz judeo-palestina y el equilibrio entre el mundo suni y chiita, como forma de terne calmada la situación.
Al mismo tiempo, en el intento de debilitar a Rusia, socio fundamental de China potencia emergente, está el error de los sucesos de Ucrania, donde no se esperaba una reacción como la que ha tenido Putin.
China se presenta como el rival que puede sustituir la hegemonía norteamericana. La señalan todos los analistas internacionales y así es también considerado desde la Casa Blanca. Personalmente tengo mis dudas, pues el sistema chino actual es insostenible en el tiempo, tanto a nivel social, como económico y con una situación medioambiental apocalíptica, con más de un millón de muertos anuales debido a la contaminación. La escasez de agua en todo el norte del país es alarmante y ya irreversible, empeorando esta situación su actual modelo de desarrollo urbano
Es cierto que China se ha extendido por todo el mundo, principalmente en África y América latina. Además en el año 2001 creó la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) que la forman Rusia, China, Kazajstán, Kirguizistán, Tayikistán y Uzbekistán. Recientemente se ha incorporado India y han solicitado su ingreso Pakistán e Irán que son actualmente observadores.
La OCS es el mayor desafío al poder norteamericano en los últimos años y cuya influencia en la zona asiática es cada vez menor. Estados Unidos se apoya en Australia, Nueva Zelanda, Japón, Brunei, Malasia, Singapur y Vietnam. En la actualidad internacional, vemos como los movimientos políticos de China desestabilizan la política norteamericana.
En el actual momento político observamos como la política exterior norteamericana está desestabilizada por los movimientos políticos chinos. La consolidación de la alianza ruso-china no solo en el campo miliar sino económico y energético, deja en fuera de juego parte de la política estadounidense. La reciente alianza entre China e India, los dos países más poblados del mundo, se basa en la coincidencia de intereses y en tener enemigos comunes.
Estados Unidos lleva años intentando cercar económicamente a China sobre todo a nivel marítimo. Sin embargo, los chinos se han reinventado una nueva Ruta de la Seda que uniría los centros industriales de Chongqing con el Ruhr alemán, pasando por Kazajstán, Rusia y Bielorrusia.
Al mismo tiempo, los chinos están diseñando una nueva Ruta de la Seda marítima con los puertos indios y el de Gwadar en Pakistán jugarían un papel fundamental en el abastecimiento energético chino.
En el conflicto de Ucrania, la intervención norteamericana es evidente, forzando la caída de un presidente elegido por elecciones. Para su derrocamiento los norteamericanos contaron con el apoyo de las organizaciones nazis ucranianas. El objetivo norteamericano en Ucrania era intentar aislar a Rusia de Europa, para así intentar frenar la nueva Ruta de la Seda terrestre china.
Resulta paradójico, que tanto Estados Unidos como la Unión Europea condenan la intervención rusa en Ucrania, y sin embargo, bombardean un país soberano como es Siria, sin ningún mandato jurídico internacional, con la excusa de luchar contra el Estado Islámico. De la creación del Estado Islámico son responsables tanto los norteamericanos y europeos como también lo fueron de Osama Bin Laden, recuerden cuando era miembro de la CIA.
La Unión Europea está desaparecida del tablero internacional por una incompetencia total. Su máxima potencia que es Alemania destaca por su corta visión internacional y por su provincianismo no pasando nunca de mirarse el ombligo.
La próxima batalla, que ya se está desarrollando, pasa por debilitar el dólar como moneda única en el mercado internacional. Este dominio del dólar le ha dado un poder a los norteamericano casi omnímodo durante décadas. La aparición del banco de los BRICS va en ese camino. Se está creando cestas de monedas como sustitutivas del dólar para la realización del mercado internacional (compra de petróleo, gas….), de esta forma se debilita y quita a Estados Unidos un arma fundamental en su poder que es el dólar como moneda única.
Al mismo tiempo que Estados Unidos pretende aislar a China, es su rehén a través de las reservas chinas que tiene unos cuatro billones de dólares, que puede hacer temblar a la economía norteamericana cuando quieran los chinos.
Lean la prensa, no sólo la occidental (basada en el eurocentrismo), sino de otros países emergentes porque si no perdemos el criterio de lo que realmente sucede en el mundo actual. En esta batalla de poder por la hegemonía mundial, poco podemos hacer, salvo reclamar a la Unión Europea una política clara e independiente del seguidismo norteamericano, así como volver a recuperar los valores europeos, la defensa de los valores sociales, de los derechos humanos totalmente perdidos actualmente y que puedan ser bandera para un nuevo mundo basado en los derechos sociales universales como seres humanos.
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