Roger Wicker, Senador republicano por el Estado de Mississippi, que prestó servicio activo en la Fuerza Aérea de EEUU, de la que se retiró con el grado de teniente coronel, y a quien, aparentemente, sólo le faltan alas para volar hasta el cielo, pues tiene muchos méritos más como ser el miembro de mayor rango del Comité de Servicios Armados del Senado y del Comité Senatorial de Comercio, Ciencia y Transporte, explica cómo resolvería la crisis de Ucrania.
Envalentonado por sus preseas, dice que la flota de Estados Unidos en el Mar Negro debe realizar acciones que causen daño a la capacidad militar de Rusia y de los actos bélicos que habla no excluye la movilización terrestre de tropas ni tampoco el uso de armas atómicas. No piensa que eso se dé, pero dice que si se quiere tener un posición de fuerza en una negociación, no se debe excluir que los eventos se desarrollen en esa dirección.
Y cualquiera se pregunta: ¿cómo así alguien que ve factible el desarrollo de la historia en una dirección tan tremebunda puede opinar sobre el diálogo político entre los dirigentes de las dos mayores potencias atómicas del mundo? ¿Ignora que una guerra nuclear entre EEUU y Rusia no sólo eliminaría a rusos y al resto del género humano sino también a estadounidenses? ¿De qué manicomio escapó? ¿Cómo pudo alcanzar el grado de teniente coronel? ¿A qué secta diabólica pertenece, para llegar a tener el poder de desatar el apocalipsis? ¿Por qué la prensa calla y no lo manda a la punta de un cuerno? ¿Será que se siente representada por él?
Lo terrorífico es que tontos de capirote con una retórica semejante pululan tanto en el partido demócrata como en el republicano y pretenden representar al “país de la libertad”, que en realidad mancillan. Si se toma en cuenta que el Presidente Biden está cercado por gente de la calaña de Roger Wicker, se puede afirmar que fue exitosa la reunión con su homólogo Putin, pues su resultado debilita la posición belicista de algunos grupos políticos de Washington.
El porqué el Presidente Putin exige la elaboración de acuerdos jurídicos vinculantes, que excluyan cualquier nuevo avance de la OTAN hacia el este y el despliegue de armas en estados vecinos, principalmente en Ucrania, que amenacen a Rusia, tiene un antecedente histórico. George Bush, James Baker y Helmut Kohl prometieron a Gorbachov en 1990, que sí permitía la unificación de Alemania, la OTAN no se expandiría ni una pulgada hacia el Este. Desde entonces sucedió lo contrario; por eso no confía en Occidente y le preocupa el posible ingreso de Ucrania a la OTAN, cuyos primeros pasos fueron la entrega de armas, la construcción de bases militares y los simulacros militares conjuntos, que son una amenaza para la seguridad de Rusia.
El Presidente Putin rechaza las maniobras navales en el mar Negro y los ejercicios aéreos de los bombarderos estratégicos de EEUU y la OTAN a pocos Km. de la frontera rusa. Expresó que a Rusia le preocupa lo que pasa con Ucrania, “no pensar en ello sería simplemente una inacción criminal de nuestra parte, quedarnos de brazos cruzados y no ver lo que allí ocurre. No podemos dejar de estar preocupados por la perspectiva de la posible admisión de Ucrania en la OTAN, porque a ello seguirá, sin duda, el despliegue de los correspondientes contingentes militares, bases y armas, que supondrían una amenaza para nosotros”.
Dijo que su país responderá simétricamente al emplazamiento de armas en Ucrania, como es el posible despliegue de misiles, que podrían llegar a Moscú en poco tiempo. “Si en el territorio de Ucrania aparecen armas de ataque que lleguen a Moscú en 7-10 minutos, y en 5 minutos en el caso de las armas hipersónicas, tendremos que crear algo similar contra los que nos amenacen” e informó que Rusia tiene la capacidad para neutralizar ese peligro, que calificó de línea roja; confía que en Occidente prevalezca el sentido común y esto no suceda.
Pese a que el Presidente Biden dijo a la prensa que no aceptaba líneas rojas de nadie, parece estar consciente de la capacidad militar rusa, por lo que, luego de obtener la garantía de que las Fuerzas Armadas de Rusia no invadirían Ucrania, se comprometió a organizar una reunión multilateral, con la participación de cuatro de sus principales aliados, para que respondan al Presidente Putin sobre las inquietudes de Rusia acerca de la expansión de la OTAN, y así bajar la tensión en el Frente Este.
Biden es un político con mucha experiencia, sabe bien que no se debe permitir que una crisis se agrave, porque puede volverse irresoluble. Además, indicó que EEUU no utilizará de manera unilateral la fuerza para enfrentar a Rusia en el caso de una invasión a Ucrania; tal vez comprende que esa confrontación militar no la ganaría EEUU, una derrota inaceptable para ellos. Explicó que las obligaciones jurídicas y morales de su país atañen únicamente a los miembros de la OTAN, si son agredidos, y Ucrania no lo es. Pero advirtió que en caso de una invasión rusa habría fuertes medidas económicas, de consecuencias terribles para Rusia. ¿Sus palabras son una táctica para derrotar a sus enemigos, o piensa que carece de sentido ir a la guerra por Ucrania, o reflejan un progreso en la posición de EEUU, o son las tres cosas a la vez?
Por su parte, Victoria Nuland dijo en el Congreso de Washington que es muy poco lo que EEUU podría hacer en el plano militar para contrarrestar una invasión a Ucrania por parte de Rusia, lo que es saber valorar la situación real, por lo que amenazó con sanciones infernales, que van a afectar a todo el pueblo ruso. Por lo visto, la estrategia global de EEUU no ha cambiado y no va a cambiar.
No se debe menospreciar su amenaza, pero tampoco agigantar sus consecuencias contraproducentes, porque también afectarían la economía de los que van a aplicarlas. Rusia produce energía, factor indispensable para el desarrollo de cualquier país, lo que imposibilita boicotear su comercio, pues muchos compradores, como China, India, Irán… no siguen las órdenes emanadas desde la Casa Blanca, razón por la que la conminación de Victoria Nuland está destinada al fracaso.
La hipotética invasión rusa es un bodrio creado por la prensa amarilla, que silencia el hecho de que las tropas rusas, que están situadas en territorio ruso, no son suficientes para invadir Ucrania, pero sí para disuadir a Kiev si su camarilla, que de forma deliberada agrava con la connivencia de algunos países occidentales la situación en la línea de contacto en el Donbass, decide eliminar a los gobiernos de esta región. En este caso, ¿podrá Rusia permanecer en calma mientras los fascistas de Ucrania masacran a millones de rusos del Donbass? No, eso nunca va a pasar, tendría que reconocer la independencia de Lugansk y Donetsk, cuyos territorios se llaman el Donbass, prestarles apoyo militar y económico, sin que le importe el costo político de ese paso. Ojalá que esto sea entendido por el Presidente Biden y su equipo.
Vale la pena recordar que en esa zona, a partir del 12 de abril de 2014, se desarrolla “La guerra del Donbass”, enfrentamiento armado que es una reacción al golpe de Estado de Euromaidán, que condujo a la declaración de independencia de Donetsk y Lugansk. El 5 de septiembre de 2014 se suscribió el Protocolo de Minsk, que establece la hoja de ruta para la resolución política del conflicto del Donbass, y fue firmado por representantes de Ucrania, la República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk, con las garantías de Francia, Alemania y la Federación Rusa, bajo el auspicio de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa.
Sobre la acusación de que Rusia ha acumulado tropas cerca de la frontera con Ucrania, el General Valeri Gerásimov, Jefe del Estado Mayor de Rusia, dijo que el movimiento de tropas dentro de su propio territorio es una práctica de rutina para las FFAA de todo Estado, pero que el suministro de armamento letal a Ucrania por parte de la OTAN podría impulsar a Kiev a tomar medidas drásticas y peligrosas, e hizo un llamado para que se cumpla los acuerdos de Minsk; advirtió que será reprimido cualquier intento del gobierno ucraniano de doblegar por la fuerza a las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk. Más claro no canta un gallo.
Sin embargo, que Rusia defienda la vida de los rusos del Donbass podría ser tomado por el gobierno de Biden como la invasión rusa a Ucrania y que, en consecuencia, tome medidas severas como desconectar al Sistema Financiero Ruso del SWIFT, que permite a sus miembros realizar operaciones financieras de manera rápida, segura y fiable. ¿Qué pasaría entonces? No se sabe, ya que se trata de una declaración de guerra contra Rusia. Es de esperar que Moscú, teniendo en cuenta esta posibilidad, conserve para su defensa contramedidas sorpresivas y efectivas que eviten la Tercera Guerra Mundial, que eliminaría todo lo vivo.
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