Traducido para Rebelión por Germán Leyens
En 1986, el ministro de defensa de Egipto, el mariscal de campo Abd al-Halim Abu Ghazala, se quejó de que 1.300 millones de dólares de ayuda militar de EE.UU. ya no eran suficientes y se comprometió a pedir a los funcionarios estadounidenses un aumento de varios cientos de millones de dólares. Egipto había comenzado a recibir ese monto anual de ayuda a la seguridad siete años antes, después de firmar el tratado de paz de 1979 con Israel, y Abu Ghazala explicó que los precios globales de las armas habían aumentado desde entonces [i]. En los años ochenta, Abu Ghazala obtuvo aviones caza F-16 que costaron cada uno unos 36 millones de dólares [ii]. Si estuviera vivo actualmente, se espantaría al saber que cada uno de esos aviones cuesta ahora 125 millones de dólares.
La semana pasada un artículo del Washington Post se quejó de que los generales egipcios han «ignorado» a Washington y sus consejos políticos durante los últimos dos años y lo calificaron de «colapso del prestigio y la influencia en El Cairo». El artículo criticó al gobierno de Obama de no utilizar la influencia de la ayuda militar de EE.UU. y la amenaza de suspenderla. Ayer, el presidente Obama y el Pentágono respondieron a muchos llamados semejantes en Washington retardando el envío de cazas F-16 a Egipto. La mala noticia para los funcionarios estadounidenses es que la ayuda militar estadounidense a Egipto, que no se ha movido de 1.300 millones de dólares en los últimos 34 años, ha perdido gran parte de su valor.
Hablando en general, el pueblo egipcio sabe muy poco del equipamiento militar estadounidense adquirido por el gobierno, porque semejante información es normalmente confidencial. Pero las masas civiles egipcias están ahora muy familiarizadas con tres selectos productos para la defensa hechos en EE.UU., que han aparecido frecuentemente en la plaza de Tahrir y sus alrededores en los dos últimos años y medio. Muchos egipcios han tomado fotografías de los tanques M1A1 o han dirigido sus rayos de láser verdes a helicópteros Apache sobrevolando por la noche las grandes manifestaciones. Además, residentes de El Cairo de todas las clases sociales oyen frecuentemente el ruido ensordecedor de los cazas F-16 que vuelan bajo sobre áreas residenciales, presumiblemente para disuadir a los disidentes.
Cuando el paquete de ayuda militar estadounidense comenzó, hace tres décadas, los precios de los aparatos mencionados eran considerablemente más bajos que ahora. Como explico a continuación, la ayuda militar de EE.UU. perdió valor significativamente en las tres últimas décadas.
En 1979, los funcionarios estadounidenses presentaron algunas razones buenas, y otras absurdas, para lanzar el paquete de ayuda a Egipto bajo el manto del programa de Financiamiento Militar Exterior (FMF). El secretario adjunto de Estado para asuntos de Medio Oriente indicó que el programa de seguridad de Egipto ayudaría a reemplazar equipamiento soviético obsoleto y a modernizar el ejército y, lo que es más importante, capacitaría al presidente Anwar al-Sadat «para reducir el tamaño de sus fuerzas» [iii]. En respuesta a la preocupación de algunos funcionarios por la transferencia de tecnología avanzada a los egipcios, el director de la agencia de seguridad de la ayuda del Departamento de Defensa afirmó que el proceso también permitiría al ejército de EE.UU. un acceso muy necesario a los oficiales egipcios. «Esas ventas y las operaciones de entrenamiento relacionadas darán a EE.UU. mayor acceso a los oficiales egipcios. El gobierno egipcio ha limitado los contactos en el pasado» [iv]. Una revisión de inteligencia presentada en el Congreso agregó que otra razón de la ayuda era reducir la dimensión del ejército egipcio a dos pequeñas divisiones, cada una con unos pocos miles de oficiales. Esas divisiones actuarían como «fuerzas de ataque» para servir objetivos específicos de seguridad por cuenta de la OTAN especialmente en el Golfo Árabe, productor de petróleo. Pero había preocupaciones de que esto podría convertir al ejército egipcio en mercenarios:
El punto crucial del tratado de Camp David es el establecimiento del poder militar egipcio e israelí como «fuerzas de ataque» regionales para penetrar en regiones productoras de petróleo a pedido de la OTAN. Para lograrlo, los dos países recibirán masivas series de ayuda financiera dirigida a fines militares… El factor crucial en Egipto debe ser la transformación del ejército ciudadano-republicano de ese país en una fuerza partida en dos divisiones de «elite» que cuenten con 5.000 hombres cada una, para servir como unidades de intervención en la región de una «fuerza de ataque». Según una importante fuente del lobby sionista con amplias conexiones en el Pentágono, «Egipto no necesita un gran ejército, y en todo caso no hay modo de que los egipcios puedan manejar logísticamente grandes operaciones militares. En este momento, lo único útil es que pensemos en crear divisiones especiales que puedan utilizarse en acciones en África y en el Golfo Árabe [v].
Bajo Abu Ghazala en 1984, el presupuesto militar egipcio era de 1.800 millones de dólares en un presupuesto estatal total de 15.000 millones de dólares. Esto significaba que la ayuda estadounidense equivalía a más de un 70% del presupuesto militar y casi un 9% del presupuesto estatal [vi]. Bajo el general Abd al-Fattah al-Sisi, en la actualidad, el presupuesto militar es de casi 4.000 millones de dólares, con un presupuesto estatal total de cerca de 95.000 millones de dólares. Esto significa que la ayuda militar de EE.UU. ha disminuido a cerca del 30% del presupuesto militar oficial y al 1,3% del presupuesto estatal [vii]. Lo que es más importante, los militares egipcios obtienen anualmente cientos de millones de dólares de ingresos fuera de presupuesto gracias a su vasto imperio empresarial en el sector civil. Por ejemplo, se sabe que hace poco los militares pudieron prestar al Estado hasta 2.000 millones de dólares.
Según un informe de la Oficina de Contabilización del Gobierno de EE.UU., hasta 2005 Egipto recibió 880 tanques M1A1, 36 helicópteros Apache y 220 aviones F-16 [viii]. Los precios de esos aparatos han aumentado considerablemente en los últimos treinta años.
Ubicada en un populoso vecindario en el sur de El Cairo, Helwan, la Fábrica Militar-200 ha estado coproduciendo orgullosamente tanques de guerra Abrams M1A1 en colaboración con EE.UU. desde su fundación a finales de los años 80. Con la empresa General Dynamics Land Systems de Sterling Heights de Michigan como principal contratista, Egipto monta y fabrica partes del tanque M1A1. Las condiciones de la ayuda requieren que Egipto contrate compañías navieras estadounidenses para transportar los componentes [ix].
El precio del M1A1 se duplicó en las tres últimas décadas. En los primeros años de su coproducción, el coste de un M1A1, incluyendo la construcción de la fábrica Helwan, se calculó en un máximo de seis millones de dólares [x]. En 2011, el precio se casi duplicó a 10,6 millones de dólares, menos el coste de la infraestructura de producción ya construida. Como hemos mencionado, Egipto produjo hasta ahora 880 tanques con el antiguo precio cambiante. Ha solicitado 125 tanques adicionales al nuevo coste a través de General Dynamics de Michigan, y debe recibirlos este año, a menos que se suspenda la entrega.
En el caso de los aviones F-16, el precio ha aumentado considerablemente. Durante las primeras etapas de la cooperación entre EE.UU. y Egipto en defensa, los egipcios prefirieron el F-4E Phantom II jet, que había causado importantes pérdidas a Egipto durante las guerras de Desgaste y de 1973. Por lo tanto, Egipto ordenó treinta y cinco jets Phantom, cada uno a un coste de no más de 17 millones de dólares [xi]. Pero como Israel ya estaba recibiendo los más avanzados F-16 a través de su propio paquete de ayuda de EE.UU., Egipto pronto cambió de interés y pidió los mismos aviones en 1980.
Egipto recibió el primer embarque de F-16 en 1982 a un coste estimado por unidad de unos 25 millones de dólares, 36 millones de dólares si se incluye el precio de los repuestos y el coste del entrenamiento [xii]. Hace algunas semanas, Egipto comenzó a recibir un nuevo lote de veinte jets, a un precio por unidad significativamente superior a 125 millones de dólares, incluyendo armas asociadas y repuestos. Este lote recibió la aprobación del Congreso en 2009 y Lockheed Martin Company, con base en Maryland, es la principal proveedora [xiii]. Este lote se debería añadir a la gran flota de F-16 Fighting Falcons de las Fuerzas Armadas egipcias para llegar a 240 jets, pero ayer, debido a consideraciones políticas, se pospuso la entrega sine die.
En cuanto al helicóptero Apache, su precio aumentó casi siete veces durante los últimos veinte años. En 1995, Egipto comenzó a comprar el helicóptero Apache-64 (AH-64) de Boeing. Entonces, el precio de un AH-64A se calculó en 11 millones de dólares. En el año 2000, Egipto modernizó su flota de 35 Apaches de AH-64A a AH-64D a un precio por unidad de 11,4 millones de dólares [xiv]. En 2009, el precio de un AH-64D era de 68 millones de dólares.
Como la ayuda que reciben los generales egipcios de EE.UU. ya no es suficiente para diversas adquisiciones, ahora se basan en sus propios ingresos, fuera del presupuesto, de sus vastas empresas económicas para comprar armas de otros proveedores de Europa y Asia. Un reciente informe del Congreso afirma que el 80% de las adquisiciones egipcias procede de EE.UU., lo que probablemente era correcto hace tres décadas. Los grandes ingresos del ejército egipcio por su lucrativa producción civil y la naturaleza secreta de sus transacciones sugieren que esta cifra no es exacta actualmente. Por ejemplo, hay por lo menos una cierta discusión en el Congreso sobre las grandes compras egipcias a China y Rusia. Igualmente, un informe del Congreso de 2011 indicó que «Egipto compró armas a China por importe de 800 millones desde 2003 y por 600 millones de dólares a Rusia».
El mundo actual es muy diferente al de hace treinta años cuando EE.UU. inició su paquete anual de ayuda a Egipto. En el contexto global de la Guerra Fría, EE.UU. era un creciente imperio que finalmente logró derrotar a su enemigo nuclear. Hoy EE.UU., como argumentarían muchos historiadores, es un imperio en decadencia que sufre una crisis financiera y feroz la competencia de economías en rápido ascenso. Desde los sucesos del 30 de junio en Egipto, cuando los militares ayudaron a derrocar al presidente Mohamed Mursi, muchas voces en Washington propusieron el recorte de la ayuda militar para castigar a los generales egipcios por el golpe. La disminución del valor del paquete de ayuda de EE.UU. a Egipto sugiere que la actual controversia de cómo podría Washington presionar a los generales de Egipto para que acepten los consejos de EE.UU. sobrevalora la influencia estadounidense sobre los militares del país. Ahora no se puede considerar segura la expectativa de que los generales sigan las indicaciones de Washington.
Notas
[i] Al-Mushir Abu Ghazala wa-al-Sahafa (Entrevistas con el ministro de Defensa y de producción militar Abu Ghazala) (El Cairo:1996), 250.
[ii] El cálculo de 36 millones de dólares se basa en un coste oficial de una venta a Israel presentada al Congreso en 1983, e incluía repuestos, equipo de apoyo y entrenamiento. Hearing and Markup Before the Subcommittee on Europe and the Middle East of the Committee of Foreign Affairs of House of Representatives. Economic and Military Aid Programs in Europe and the Middle East (Washington, D.C.: US Government Printing office, 1983), 45. Para el precio actual de 125 millones vea: http://www.fas.org/sgp/crs/mideast/RL33003.pdf, 11.
[iii] «Supplemental 1979 Middle East Aid Package for Israel and Egypt. Hearing and Markup before the Committee on Foreign Affairs» (Washington, DC: US Government Printing Office, 1979), 3.
[iv] Ibíd., 115.
[v] Ibíd., 236-237.
[vi] Al-Mushir Abu Ghazala wa-al-Sahafa, 211.
[vii] Vea el presupuesto estatal egipcio del año financiero 2012-2013. Los gastos militares en Egipto entre 1979 y principios de los años 80 solo se triplicaron. Vea «Hearing and Markup Before the Subcommittee on Europe and the Middle East», 1983, 75.
[viii] United States Government Accountability Office, «Report to the Committee on International Relations, House of Representative». Security Assistance, April 2006, 2.
[ix] Jeremy M. Sharp, «Egypt: Background and US Relations», Congressional Research Service Report to the Congress (Washington DC, 27 June 2013), 10.
[x] United States General Accountability Office, National Security and International Affairs Division, «To Subcommittee on Foreign Operations, Export Financing and Related Programs», July 1993, 4.
[xi] El precio cubre una cantidad de misiles asociados.
[xii] Los 25 millones de dólares es un cálculo mencionado por el Washington Post en 1989, y este precio incluye equipos de apoyo y no incluye entrenamiento. «Pakistan to Get 60 F-16 Fighters At Estimated Cost of $1.5 Billion», Washington Post, 12 July 1989: A3. 36 millones de dólares fue un precio ofrecido a Israel en 1983. «Hearing and Markup Before the Subcommittee on Europe and the Middle East of the Committee of Foreign Affairs of House of Representatives». Economic and Military Aid Programs in Europe and the Middle East, 1983, 45.
[xiii] Vea Jeremy M. Sharp, «Egypt: Background and US Relations, 11.
[xiv] El precio incluye repuestos y entrenamiento.
Publicado originalmente en Jadaliyya
Fuente: http://www.globalresearch.ca/us-military-aid-to-egypt/5344115
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