Las fotos de las fastuosas celebraciones de Thadingyut que han aparecido recientemente en los periódicos de propaganda de la junta militar no reflejan en absoluto la realidad.
El Thadingyut, o Festival de la Luz, es una de las fiestas más populares de Myanmar. Es tiempo de reuniones familiares, cuando muchas personas regresan a sus aldeas ancestrales para pasar unos días con sus familias, mientras que la gente más joven presenta sus respetos a padres, madres, profesores y parientes más ancianos.
Esta tradición consagrada que reúne a familias, amistades y seres queridos se mantiene, pero los combates entre la junta y las fuerzas de la resistencia desde el golpe de Estado de 2021 han separado a muchas familias y desplazado a millones. Muchas personas han perdido a seres queridos que nunca volverán a casa por Thadingyut. Otras, ya no tienen hogares a los que regresar. Algunas están en el exilio o escondidas, mientras que otras están en la cárcel.
¿Qué sentido tiene el Thadingyut cuando tus seres queridos no vienen o no pueden venir a casa a verte? ¿Qué sentido tiene volver a una casa donde no hay nadie esperando?
Las noches del Thadingyut estaban antaño llenas de vibrantes celebraciones, luces y procesiones. Las casas y las calles se adornaban con luces de colores para celebrar el descenso de Buda del cielo.
Pero la economía se ha desplomado desde el golpe, lo que ha provocado una elevada inflación y el aumento de los precios de alimentos. Muchas personas luchan por llegar a fin de mes. Aunque les gustaría iluminar sus hogares para esta ocasión especial, el elevado precio de las velas y la subida reciente de los precios de la electricidad por parte del régimen han disuadido a muchas de hacerlo.
Aunque algunos barrios puedan permitirse iluminar sus calles, no hay garantías de que las luces funcionen, debido a los apagones continuos que han asolado Myanmar desde el golpe.
Tradicionalmente, la gente ofrece frutas y flores a Buda durante este festival, pero los altos precios obligan a reducir las ofrendas. «Sabemos que los precios no son razonables, pero este es nuestro medio de vida y no tenemos elección», afirma una persona vendedora de flores.
Thadingyut es también el momento para expresar gratitud, cuando la gente homenajea a sus padres y mayores. Pero preparar ofrendas presentables para las personas ancianas con un presupuesto ajustado es todo un reto.
La ropa está cara, y el coste de regalos populares, como suplementos vitamínicos, es desorbitado. Hay quien se decanta por latas de galletas, pero sus precios aumentan, e incluso el aceite de cocina tiene un coste elevado.
En Rangún, las amas de casa dan vueltas y vueltas por los centros comerciales en busca de regalos apropiados que se ajusten a su presupuesto, y pueden tardar mucho tiempo en decidirse.
El dinero en efectivo es otra opción, pero entregar un sobre delgado hace sentir mal, y el valor del kyat ha caído en picado desde el golpe.
Tengo amigos que dicen que pospondrán sus respetos hasta Tazaungdaing.
Mis hermanas pequeñas ya se han ido a Tailandia para trabajar y evitar el servicio militar obligatorio. Mientras estén ausentes, no quiero hacer esperar por mí a mis padres y parientes.
También me desanima el coste de coger un taxi para visitar a cada pariente y persona mayor, ahora que los altos precios del combustible han hecho subir sus tarifas.
Es cierto que las pagodas siguen abarrotándose de personas devotas, como informan los medios oficiales, el día de la Luna Llena de Thadingyut.
Pero los hogares de los barrios de Rangún ya no están espectacularmente iluminados, y las multitudes bulliciosas en las calles son cosa del pasado.
En cambio, el jueves, día de la Luna Llena, se colgaron pancartas con lemas contra el régimen en la pagoda de Shwedagon, el lugar de culto más sagrado de Myanmar. Abajo la dictadura, decían, y Que triunfe la revolución. Quizás estos son los deseos más desesperados de la ciudadanía de Myanmar.
Fuente original en inglés: https://www.irrawaddy.com/opinion/commentary/myanmars-people-have-little-to-celebrate-this-thadingyut.html