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La covid aumenta sufrimiento infantil en territorios en conflicto

Fuentes: IPS

La actual pandemia de coronavirus está teniendo un profundo efecto en los niños que viven en zonas de conflicto, y las niñas están especialmente en riesgo de sufrir violencia y problemas de salud sexual.

«Específicamente, para las adolescentes, estas interrupciones pueden tener profundas consecuencias, incluido el aumento de las tasas de embarazo y matrimonio infantil, precoz y forzado», dijo Shannon Kowalski, directora de defensa y política de la Coalición Internacional para la Salud de la Mujer (IWHC, en inglés).

Kowalski compartió con IPS su preocupación después de un debate realizado el martes 23 sobre los niños y los conflictos armados en las Naciones Unidas, donde los expertos analizaron el progreso realizado en los esfuerzos para sacar a la población infantil de los escenarios de conflicto, así como medidas para que la pandemia no empeore su situación.

Virginia Gamba, representante especial del secretario general de la ONU para la infancia y los conflictos armados, dijo que su equipo había documentado 25.000 violaciones graves contra niños y niños en territorios en esa situación.

Henrietta Fore, directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), expresó durante el encuentro que su organización había rescatado a casi 37.000 niños y niñas en los últimos tres años en áreas en conflicto. Pero añadió que se mantiene la alarma sobre la gran población infantil que aún se encuentran en situaciones difíciles.

La agencia para la infancia de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) documentó en los últimos 15 años un total de 250.000 casos de violaciones graves contra niños y niñas en conflictos armados, que incluyen:

  • el reclutamiento y uso de más de 77.000 niños;
  • asesinato y mutilación de más de 100.000 niños;
  • violación y violencia sexual contra más de 15.000 niños;
  • secuestro de más de 25.000 niños; y
  • casi 17.000 ataques a escuelas y hospitales.

Hechos recientes avalan la realidad de esas cifras. El 12 de mayo, los terroristas volaron un hospital en Kabul, la capital afgana, matando a 24 personas, incluidos dos bebés. Desde entonces, Médicos Sin Fronteras se retiró del hospital por razones de seguridad.

Esto solo profundiza el problema para las poblaciones marginadas en esa y otras zonas de conflicto, como son las mujeres y los niños.

Fore dijo que los niños en zonas de conflicto que ahora están atrapados en la pandemia están en «doble desventaja», dado que probablemente se encuentren en «un mayor riesgo de violencia, abuso, matrimonio infantil y reclutamiento forzado por grupos armados».

Los conflictos aumentan

Los expertos dicen que ha habido un incremento general de la violencia organizada en varias partes del mundo bajo la pandemia.

Sam Jones, gerente de comunicaciones del Proyecto de Datos de Eventos y Ubicación de Conflictos Armados (Acled, en inglés), un proyecto de recopilación de datos y mapeo de crisis, dijo a IPS que han documentado la represión de los Estados y la consecuente violencia en algunos lugares bajo la pandemia. En otros casos, añadió, “las partes beligerantes han utilizado la pandemia como una oportunidad para escalar sus campañas o lograr una ventaja».

La preocupación de Jones coincidió con la que expresó Fore, la responsable de Unicef, el 23 de junio, en que señaló que cuando los estados manipulan este tipo de crisis, son los niños los más afectados.

«Con demasiada frecuencia, las partes en conflicto están utilizando la pandemia y la necesidad de lograr alivios para los niños… para obtener ventajas políticas», dijo. «Los niños no son peones ni fichas de negociación, esto debe detenerse», criticó.

Jones destacó que el mayor aumento de la violencia organizada desde que la crisis del coronavirus se convirtió en una pandemia, en marzo, se ha producido en Libia, Yemen, India, Malí y Uganda.

En esos países, excepto en Uganda, se trató de una intensificación de la violencia ya existente. Pero en Uganda la violencia se materializó en forma de restricciones gubernamentales.

«A mediados de abril, Acled ya había registrado más de 1.000 muertes por conflictos en Malí. Durante los primeros tres meses del año, registramos casi 300 muertes civiles específicamente, un aumento de 90 por ciento en comparación con el trimestre anterior», dijo.

«En el mejor de los casos, la violencia ha continuado a pesar de la pandemia, mientras que en el peor de los casos, tanto los grupos armados como las fuerzas estatales podrían estar utilizándola como una oportunidad para aumentar la actividad y atacar a los civiles», agregó.

Cómo el conflicto afecta a los niños y las niñas

La crisis en Malí es especialmente importante ya que los defensores de los derechos humanos emitieron una declaración de preocupación justo un día después de la sesión informativa en la ONU, sobre el fracaso de Malí para frenar la mutilación genital femenina (MGF).

La Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) alertó sobre el informe publicado por el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, que destacó que desde 2015 en ese país africano a más de 75 por ciento de las niñas menores de 14 años se las había sometido a esa práctica.

Entre otros hallazgos, el comité encontró que el gobierno maliense «no ha garantizado a las víctimas de mutilación genital femenina el acceso a una atención médica adecuada y asequible, incluida la atención de salud sexual y reproductiva».

Las preocupaciones planteadas por especialistas, como Fore y Kowalski, cuando se colocan junto a los datos sobre el conflicto interno y la alta prevalencia de la mutilación genital femenina en Malí, crean una imagen preocupante para la nación del África occidental.

El informe del comité encontró que esos elementos agravan una situación en que las mujeres y las niñas malienses ya tenían acceso limitado a la salud sexual y reproductiva.

Mientras tanto, la directora ejecutiva de Unicef señaló que la pandemia ha exacerbado la falta de acceso a la salud sexual y reproductiva para mujeres y niñas en países que como Malí ya tenían dificultades en obtener ese derecho.

Añadió que la pandemia actual agrega más capas a la crisis que rodea a los niños y las niñas que viven en medio de conflictos armados.

«A medida que la pandemia se extiende, las instalaciones de atención médica han sido dañadas o destruidas por el conflicto, los servicios han sido suspendidos, los niños no reciben atención sanitaria básica, incluida la vacunación y el agua; los sistemas sanitarios han sido dañados o destruidos por completo, haciendo imposible que los niños se laven sus manos», desgranó.

Por su parte, Kowalski, de IWHC expresó su preocupación por la reciente decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de retirarle los fondos a la Organización Mundial de la Salud, y lo que eso significa para las niñas atrapadas en un conflicto.

«Además, en la mayoría de los países afectados por la covid estamos experimentando aumentos en la violencia de género, acceso reducido a anticoncepción, aborto y otros servicios de salud reproductiva, y una disminución en la calidad de la atención de la salud materna, todo lo cual es se intensificó para las mujeres y niñas en conflicto «, dijo.

Gamba, la representante especial, subrayó por su parte que “detrás de estas cifras hay niños y niñas con infancia robada y sueños destrozados, y hay familias y comunidades destrozadas por la violencia y el sufrimiento».

«Lo único que los niños y las comunidades tienen en común hoy es su esperanza de paz, una vida mejor y un futuro mejor. Debemos elevar nuestras miras para cumplir esa expectativa», demandó.

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2020/06/la-covid-aumenta-sufrimiento-infantil-territorios-conflicto/