Con miles de velas encendidas, visitas a las fosas comunes donde se almacenaron miles de cadáveres sin nombre, y dos minutos de silencio en recuerdo de las víctimas revive hoy el sureste asiático la ola gigante de agua que hace exactamente dos años arrasó sus costas y causó la muerte a cerca de 230.000 personas. […]
Con miles de velas encendidas, visitas a las fosas comunes donde se almacenaron miles de cadáveres sin nombre, y dos minutos de silencio en recuerdo de las víctimas revive hoy el sureste asiático la ola gigante de agua que hace exactamente dos años arrasó sus costas y causó la muerte a cerca de 230.000 personas. La catástrofe provocó la mayor reacción de solidaridad de los últimos tiempos, aunque ONG y autoridades sospechan que la mayor parte del dinero recaudado acabó en manos de quién no debía.
El 26 de diciembre de 2004 murieron (o sencillamente desaparecieron de la faz de la tierra) 229.361 personas, 169.000 de ellas en Indonesia; de ellos, 2.672 eran extranjeros de visita en aquella zona. Hubo 13 países afectados: Indonesia, Sri Lanka, India, Tailandia, Madagascar, Maldivas, Malaysia, Myanmar, las islas
Seychelles, Somalia, Tanzania, Kenia y Bangladesh. Además, cerca de 2,1 millones de personas se quedaron sin hogar y 1,5 millones perdieron su forma de ganarse la vida.
Entre ayudas oficiales y de ciudadanos e instituciones privadas se recaudaron 13.600 millones de dólares (10.365 millones de euros), dinero más que suficiente para reconstruir las zonas afectadas (los daños se cifrane en 10.730 millones, el coste de reconstrucción en 10.375 millones). Y sin embargo, más de la mitad de los afectados sigue sin tener casa, y sobrevive en campos de refugiados o en las viviendas de amigos y familiares, según informa la ONG Ayuda en Acción.
Estados Unidos y otros seis países occidentales (Reino Unido, Finlandia, Francia, Alemania, Suecia y Holanda) han solicitado que se abra una investigación ante las denuncias de malversación de cientos de miles de euros recaudados para las víctimas, según han informado fuentes de la Casa Blanca.
Estos siete gobiernos han mandado una carta a las autoridades tailandesas para que realicen una auditoría, pues temen que hasta el 60% del dinero enviado a ese país para destinarlo al Centro para la Identificación de Víctimas del Tsunami haya sido malversado. «Para ser francos, alguien ha robado el dinero de los ciudadanos», ha desvelado una fuente diplomática al diario tailandés La Nación. En ese país murieron 5.395 personas por el desastre, la mitad de ellos extranjeros de visita turística.