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Reiner Braun habla sobre la Conferencia del movimiento para la paz que se celebra en Hannover

«La ocupación militar es la razón de que la guerra continúe en Afganistán»

Fuentes: Neues Deutschland

Traducción Luis Montilla

 

Reiner Braun, uno de los organizadores del Congreso sobre Afganistán que se celebra este fin de semana, es el director de la Asociación Internacional de Juristas contra las Armas Atómicas y por las Soluciones Civiles de los Conflictos (IALANA) y portavoz de la Coordinación para la Paz. 

ND: El Congreso sobre Afganistán en Hannover se presenta con el lema «Una oportunidad a la paz – Tropas fuera de Afganistán». Tras la retirada del ejército soviético, Afganistán estuvo sólo una vez sin tropas extranjeras, con desastrosas consecuencias. ¿Se puede hacer esta reclamación sin dudar al respecto?

Sin reparos no se puede hacer, porque el conjunto de la situación en Afganistán es más que grave. La cuestión es, cómo puede salvarse esta situación. Ahí tenemos dos principios básicos. El primero está relacionado con el Derecho Romano: nadie está obligado a pagar más de lo que puede. Cuando reconocemos esto, la retirada de todas las tropas de ocupación es una condición para facilitar el proceso de paz. Estas tropas de ocupación son cada vez más y más odiadas en el país, y son la razón de que la guerra continúe, de los ataques terroristas y de los ataques antiterroristas. Impiden la reasignación de los recursos financieros para objetivos civiles, impiden el trabajo de las organizaciones humanitarias y sirven a otros objetivos totalmente distintos de los que afirman: sirven a los intereses estratégicos imperialistas. Esto significa cualquier otra cosa menos la búsqueda de la paz.

Las tropas son vistas, cada vez por una mayor parte de la opinión pública, como lo contrario a una fuerza de estabilización.

Estabilizar, sí que lo hacen: estabilizan el poder de los señores de la guerra, el de los criminales que se benefician de ésta y de que las tropas estén allí, unas tropas que sin embargo al mismo tiempo impiden un desarrollo emancipatorio y pacífico en Afganistán. Exactamente por eso se puede y se debe pedir la retirada de las tropas, no sin crear dudas, sino como una petición que debe generar debate.

¿Tiene el movimiento de la paz algo como lo que los militares llaman «estrategia de salida»?

Hay en el movimiento por la paz muchas ideas para la «estrategia de salida». Las vamos a presentar en el Congreso. Una prevención del conflicto de manera civil, evitar los conflictos con soluciones no militares o estrategias de solución del conflicto también de forma civil, todas estas estrategias las discutimos con gran controversia y esa controversia está estampada en el Congreso. Sin embargo, la base es la afirmación de que los militares en Afganistán no solucionan ningún problema, sino, como se ha demostrado siempre en los últimos 30 años, el problema sólo se agrava y recrudece.

¿Qué alternativas ofrecen ustedes a los afganos?

Las alternativas se dirigen a que primero debe crearse un ambiente en el que se pueda respirar. Para esto, la retirada de las tropas es necesaria. Las alternativas no van a poder realizarse inmediatamente, necesitan un proceso largo. Una condición es el claro reajuste financiero de lo militar a lo civil. De este tipo son las acertadas peticiones de las organizaciones no gubernamentales y de las estructuras civiles, una ayuda al desarrollo descentralizada que no alcance sólo Kabul y que promuevan únicamente al gigante de Kabul con sus estructuras dominantes. Estas peticiones también abarcan una concentración sobre las zonas rurales, las necesidades de la agricultura, y un aspecto muy determinante, la finalización del saqueo neoliberal del país.

Afganistán está inundado de productos baratos procedentes de los EE.UU., Europa y China, ya que la infraestructura afgana y el suministro social del país fueron completamente destruidos. Este país necesita una cierta protección para poder desarrollarse. 

¿Tienen ustedes para este concepto también aliados en el mismo Afganistán?

Este concepto tiene aliados hasta dentro del parlamento afgano, en las distintas instituciones del país, en las organizaciones de mujeres, en las cooperativas agrícolas. No estamos solos sino que nos sentimos muy unidos a muchos afganos, también a los afganos que viven en Alemania. Por eso tenemos seis invitados afganos en nuestro Congreso, de los que dos vienen directamente de Afganistán.

Seguramente no hayamos encontrado la piedra filosofal pero queremos dar un impulso y que este Congreso sirva para presentarlo y discutirlo.

¿Con quién, además de con los invitados afganos, quieren debatir?

Europa está siempre implicada profundamente en ese pantano de la guerra en Afganistán. Por un lado, Europa es sin duda necesaria para buscar una solución y por otra parte es también una parte del problema. El ejemplo más destacable es el compromiso de Francia: Nicolas Sarkozy hizo la campaña electoral con la afirmación de que traería de vuelta a las tropas francesas en Afganistán. Pero tras su elección ha reforzado el contingente francés con 1000 hombres, lo que le ha provocado oposición incluso dentro de su propio partido.

Por eso hemos invitado a representantes de los países europeos con tropas en Afganistán como Francia, pero también Bélgica, Suecia o Dinamarca. Y esperamos con este Congreso lograr una mejor unidad internacional de las actividades por la paz en Afganistán.

Alemania es urgida de nuevo por sus aliados a aumentar las dimensiones actuales de la misión de su ejército. Hace poco ha sido rechazada con una gran mayoría en el parlamento la petición de Die Linke de retirar los soldados alemanes desplazados en la ciudad del sur de Afganistán de Kandahar. Verdaderamente, la lucha es sólo una cuestión de tiempo. ¿Creen ustedes tener alguna influencia al respecto?

Nosotros esperamos ante todo poder llevar con más fuerza a la opinión pública el tema de las tropas alemanas en Afganistán. No se celebra nuestro congreso en Hannover de manera casual. Aquí está estacionada la 1ª División de Blindados, algo así como la punta de lanza de las tropas alemanas en Afganistán. Y esperamos poder ampliar claramente los votos de rechazo en el parlamento antes del próximo otoño. Las dudas en las que muchos parlamentarios dentro de la posición conservadora han caído, deberían reflejarse también en votos reales de No.

Para eso, seguramente es necesaria más presión sobre la opinión pública. A ellos debe servir nuestro Congreso, así como a ellos deben servir las acciones planteadas para el otoño, incluida una gran manifestación en Berlín.

http://www.neues-deutschland.de/artikel/129981.militaer-loest-kein-problem-am-hindukusch.html

  Se puede encontrar más información en Internet en www.afghanistan-kongress.de