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Myanmar – Birmania

Los cimientos del poder dictatorial

Fuentes: A l’encontre / Justice for Myanmar

El lunes 8 de febrero por la mañana, por tercer día consecutivo, decenas de miles de personas se reunieron en Naypyidaw (capital política) en un movimiento de huelga. Según la BBC birmana, en otras ciudades como Mandalay y Yangon (antes Yangon), un número significativo de personas se manifestaban en las calles.

Entre las y los manifestantes hay maestros, abogados, agentes bancarios y empleados del gobierno. Un médico -que no quería que se publicara su nombre- le dijo a la BBC: «Hoy, los profesionales -especialmente funcionarios públicos como médicos, ingenieros y maestros- salimos a mostrar que estamos todos juntos en este asunto. Nuestro objetivo es el mismo: derrocar la dictadura».

En Internet se hicieron llamamientos para pedir a las y los trabajadores que dejaran sus trabajos para protestar. «Es un día laborable, pero no trabajaremos aunque nuestro salario se reduzca», dijo a AFP un manifestante, Hnin Thazin, de 28 años, trabajador de una fábrica de prendas de vestir.

Otra manifestante, Hnin Hayman Soe, dijo a la BBC que se había unido a la manifestación junto con sus hijos, sobrinas y sobrinos. «Podemos ver que muchos jóvenes no pueden aceptar la Junta militar. Vemos que hay adolescentes también en la manifestación».

El general en jefe Min Aung Hlaing habló por la televisión oficial. Su discurso se centró en primer lugar en las razones del golpe. Dijo que la comisión electoral no había investigado las irregularidades relativas a las listas electorales durante las elecciones de noviembre de 2020. Sin embargo, la comisión había declarado que no había pruebas que apoyaran las acusaciones de fraude generalizado.

En su discurso, el general Min Aung Hlaing prometió nuevas elecciones y entregar el poder al ganador. Una nueva comisión electoral «reformada» sería responsable de supervisar todo. También habló de lograr una «democracia verdadera y disciplinada», una expresión que despertó inmediatamente la ira y el desprecio en las redes sociales de los opositores al golpe de Estado.

Min Aung Hlaing también pidió a las y los ciudadanos que «sigan los hechos reales y no sigan sus propios sentimientos». No hizo amenazas directas a las y los manifestantes, diciendo solo que «nadie estaba por encima de la ley».

La policía usó el lunes cañones de agua en Naypyidaw, atacando de cerca a las y los manifestantes. Y en algunas ciudades, se han iniciado medidas de represión, como por ejemplo en la ciudad de Mandalay. En otras ciudades, el toque de queda se decreta de las 20h. a las 4h. y las manifestaciones se limitan a grupos de cinco personas o menos. Esto indica la orientación efectiva del poder militar. Un poder cuya interrelación entre lo militar y lo económico está simbolizada por el reino familiar del general en jefe Min Aung Hlaing. Sus misterios son descritos por la estructura militante birmana Justicia para Myanmar en un texto publicado el 30 de enero, dos días antes del golpe de Estado declarado el 1 de febrero. Ni las características ni dinámicas particulares del golpe de Estado ni las líneas de fuerza de la llamada «transición» se pueden comprender sin tener la radiografía de este poder. (Redacción A l´encontre)

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El imperio económico-militar del general Min Aung Hlaing, su familia y sus afiliados

En los últimos días [es decir, con el proclamado golpe de Estado del 1 de febrero], una demostración de fuerza del ejército de Myanmar, dirigido por su comandante en jefe, el general Min Aung Hlaing, ha causado una crisis política que amenaza la democracia «disciplinada» que los propios militares habían establecido. Los rumores de un golpe de Estado del ejército, asociados con el desfile de tanques que patrullan las principales ciudades, han causado miedo y ansiedad entre la población, cuando ésta está  luchando contra una ola de Covid-19 y una crisis económica.

Haciéndose eco de las persistentes afirmaciones del partido por procuración del Ejército de Myanmar, el Partido de Solidaridad y Desarrollo de la Unión (Union Solidarity and Development Party, USDP), de que las elecciones generales de noviembre de 2020 se vieron empañadas por el fraude, el general Min Aung Hlaing plantea preguntas sobre las irregularidades electorales y plantea mantener la Constitución redactada por el ejército. La Constitución garantiza el papel de los militares en la política, con el 25% de los escaños en el Parlamento, la autonomía respecto a la vigilancia civil y el control de los ministerios del Interior, Fronteras y Defensa.

El poder político y los intereses económicos del general Min Aung Hlaing están en juego a medida que se acerca rápidamente la fecha de su jubilación. A medida que se acerca junio de 2021, cuando el general Min Aung Hlaing tendrá que transferir el poder a un nuevo comandante en jefe, sus intereses financieros tendrán que ser considerados como un motivo para amenazar con un golpe de Estado. El general Min Aung Hlaing y su familia tienen mucho que perder después de acumular riqueza personal abusando de su posición pública al frente del ejército.

El papel del general en Jefe Min Aung Hlaing en los asuntos militares

El general Min Aung Hlaing tiene autoridad suprema sobre los dos conglomerados militares de Myanmar, la Corporación Económica de Myanmar (Myanmar Economic Corporation-MEC) y Myanma Economic Holdings Limited (MEHL). Es el jefe del grupo de patrocinio del MEHL y uno de sus principales accionistas, controlando los intereses comerciales en todo Myanmar. Estos negocios se crearon gracias a la corrupción sistémica de la dictadura militar y el robo de bienes públicos que se desarrolló bajo el liderazgo del general Min Aung Hlaing.

Las empresas que supervisa el general Min Aung Hlaing incluyen activos estratégicos externalizados a reconocidas filiales internacionales y empresas a través de acuerdos de corrupción que el general ha celebrado. Por ejemplo, en 2013, el MEHL tomó el control del puerto de Bo Aung Kyaw [puerto de Yangón], transferido de la Autoridad Portuaria de Myanmar, una agencia gubernamental civil encabezada por un ex oficial militar y director del MEHL. En 2016, el puerto fue arrendado al conglomerado del Grupo KT [número uno de la exportación de arroz] en virtud de un acuerdo de construcción-explotación-transferencia de 50 años, que aporta a MEHL 3 millones de dólares al año, revisables cada cinco años, según un informe de Myanmar Now. Del mismo modo, MEC controla una franja de tierra ribereña en el municipio de Ahlone, que ha alquilado a Asia World [empresa clave en las áreas de autopistas, aeropuertos, compañías de electricidad, telecomunicaciones], Adani Ports & SEZ [la mayor empresa económica de la India activa en el sector portuario y zonas económicas especiales] para la construcción y operación de puertos privados.

En el sector minero, bajo el liderazgo del general Min Aung Hlaing, el MEHL controla el mayor número de derechos de jade y rubí en sitios lucrativos, algunos de los cuales han sido alquilados a filiales mineras del conglomerado bancario privado KBZ, como se indica en el informe de la Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas de Myanmar (Myanmar Extractive Industries Transparency Initiative). En la región de Khamti, el MEHL otorga derechos de operación a la subsidiaria de jade de KBZ, gracias a los cuales se extrajeron 24.230 kg de jade solo en el año fiscal 2015-16, pagando tasas mínimas al gobierno.

Ever Flow River Group (EFR) se ha asociado con el MEHL para controlar las actividades de Hlaing Dry Port e Inland Container Depot en tierras controladas por el MEHL. Mientras que el EFR contribuye con el 100% de la inversión para este proyecto estratégico, el MEHL posee el 51% de las acciones, el general Min Aung Hlaing se beneficia personalmente.

Wanbao Mining [con sede en Beijing] y Myanmar Yang Tse, subsidiarias del fabricante de armas chino NORINCO, operan minas de cobre en Sagaing tristemente célebres, que han causado destrucción ambiental e inmenso sufrimiento a las comunidades locales. Según datos revelados por el MEHL, la inversión total de la mina Sabae Taung & Kyay Sin Taung es de 398,56 millones de dólares, con el 100% del capital proporcionado por Yang Tse. En Letpadaung, el 100% de la inversión de 997 millones de dólares de la mina es proporcionada por Wanbao. Wanbao Mining y Myanmar Yang Tse son responsables de la gran mayoría de la mano de obra. El general Min Aung Hlaing había aceptado una participación en los beneficios del 51% para ambas minas, aunque el MEHL no invirtió capital.

Estos acuerdos producto de la corrupción aportan ganancias significativas al general Min Aung Hlaing y consolidan sus relaciones con sus fieles, que por lo tanto están en deuda con él, en un sistema que continúa concentrando la riqueza dentro de un grupo estrechamente relacionado de generales y sus asociados. Estas relaciones son corruptas sistemáticamente, lo que permite al general Min Aung Hlaing beneficiarse del acceso militar a la propiedad estatal, a las concesiones y a la contratación pública.

Empresas familiares del general en jefe Min Aung Hlaing

El general en jefe Min Aung Hlaing también abusó de su poder en beneficio de su familia que aprovechó su acceso a los recursos estatales y la total impunidad de los militares.

Aung Pyae Sone, hijo del General Min Aung Hlaing, administra una serie de empresas conocidas. Su compañía de suministros médicos, A&M Mahar, vende autorizaciones de fabricación de la Administración de Alimentos y Medicamentos e intermediaciones en importaciones, así como de comercio y de comercialización de productos farmacéuticos y tecnologías médicas.

En 2019, Aung Pyae Sone fue objeto de una investigación pública por su título de propiedad del Restaurante Yangon y de la Galería Yangon en el Parque del Pueblo, adyacente a la Pagoda Shwedagon [el primer centro religioso de Myanmar]. Obtuvo un arrendamiento de tierras artificialmente bajo del Gobierno Regional de Yangon y sirve alcohol en violación de una prohibición al Comité de Desarrollo de la Ciudad de Yangon.

Aung Pyae Sone también es el propietario del Azura Beach Resort, que se presenta como el «complejo hotelero más grande de Chaung Tha

[en el Golfo de Bengala]

«. Poco después de la victoria de la Liga Nacional para la Democracia-NDL en 2015, la Comisión de Inversiones de Myanmar, bajo los auspicios del gobierno liderado por el USDP, concedió a Sky One Construction un permiso para construir un complejo turístico en 22,22 acres de tierra arrendada al gobierno, lo que se refiere a un conflicto de intereses sistémico. Sky One Construction es propiedad de Aung Pyae Sone.

En 2016, Winning Star, una empresa propiedad del socio comercial de Aung Pyae Sone en Sky One Construction, que anteriormente operaba en la misma dirección, ganó un contrato de 250 millones de kyats del Ministerio de Hostelería y Turismo para desarrollar el hotel Mrauk-U. Mrauk-U es la antigua capital del estado de Rakhine (Arakan), donde tuvieron lugar intensos combates entre el Ejército de Myanmar y el Ejército de Rakhine.

La esposa de Aung Pyae Sone, Myo Yadanar Htaik, también está en el negocio, especialmente como directora de la Nyein Chan Pyae Sone Manufacturing & Trading Company con su marido. Hasta hace poco, era directora de Apower, una subsidiaria de la compañía Aung Myin Thu Group, activa en bienes raíces en el distrito de Mingaladon de Yangon.

La hija de Min Aung Hlaing, Khin Thiri Thet Mon, es propietaria de Seventh Sense, una compañía de producción medática que hace películas de gran presupuesto y tiene contratos exclusivos con Nay Toe y Wut Hmone Shwe Yi. Nay Toe juega un papel importante en la comercialización de Mytel, el operador de telefonía móvil que el general Min Aung Hlaing creó con la Corporación Económica de Myanmar (MEC), que obtuvo la participación del gobierno en esta compañía. Khin Thiri Thet Mon también es el propietario de Everfit, una cadena de gimnasios de lujo.

Estos intereses comerciales familiares son probablemente solo la punta del iceberg. Mientras el ejército permanezca fuera del control democrático y el general Min Aung Hlaing pueda seguir abusando de su poder para obtener ganancias personales, no es posible evaluar la verdadera riqueza y los activos de la familia.

¿Quién se beneficia de un golpe de Estado?

Si bien el general Min Aung Hlaing amenaza [a finales de enero] con un golpe de Estado para supuestamente preservar la integridad del proceso electoral en Myanmar, es importante examinar sus intereses económicos, como jefe de los conglomerados económicos del ejército, y los intereses comerciales de su familia. Sus actividades económicas son objeto de crecientes críticas nacionales e internacionales, lo que pone en peligro la reputación de los socios comerciales internacionales del ejército, como Kirin Holdings [una importante empresa japonesa que opera con bebidas y es parte del «keiretsu» Mitsubishi] y Pan Pacific [Singapur].

Desde 2019, los intereses económicos del general Min Aung Hlaing y del Ejército de Myanmar han estado sujetos a una mayor vigilancia, tras la publicación por la misión de investigación de las Naciones Unidas de un informe que involucra a empresas militares en actos de genocidio [contra los Rhingyas], en crímenes de guerra y en crímenes de lesa humanidad. Además, el general Min Aung Hlaing está en el centro de los esfuerzos internacionales para que los responsables de genocidio, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad respondan por sus actos.

El pueblo de Myanmar y  las y los militares de base siguen sufriendo por la corrupción desenfrenada y los conflictos de intereses sistémicos bajo el liderazgo del General Min Aung Hlaing. Si la democratización de Myanmar progresa y los responsables de sus actos criminales son obligados a rendir cuentas, él y su familia corren el riesgo de perder sus fuentes de ingresos.

La propiedad pública robada por el general Min Aung Hlaing y su familia debe ser devuelta a la población. Sin la acción de un gobierno elegido democráticamente, existe un alto riesgo de que el general Min Aung Hlaing trate de aferrarse al poder como comandante en jefe y usarlo para continuar acumulando riqueza a través de conglomerados militares y empresas familiares, mientras que la mayoría de la población de Myanmar y de las bases del ejército viven en la pobreza.

La amenaza de un golpe no beneficia al pueblo de Myanmar ni a las bases del ejército que el general Min Aung Hlaing es responsable de dirigir. Además, tratar de hacerlo al final de su mandato como jefe del ejército, al que utilizó para enriquecerse a sí mismo y a su familia, indica un motivo financiero, además de su deseo de aferrarse al poder político. ¿Quién se beneficia, realmente, de un golpe?

Fuente: Artículo publicado en el sitio web Justice for Myanmar, en enero de 2021.

Traducción de Faustino Eguberri – Viento Sur