Narendra Modi alardeaba de que su partido ganaría una supermayoría en el parlamento indio, pero perdió la apuesta y ha tenido que constituir un gobierno de coalición para mantenerse en el poder. El sorprendente revés sufrido por Modi crea una oportunidad para hacer retroceder su proyecto autoritario.
Una observación más bien graciosa sobre los resultados electorales en India es que para uno de los bandos, la victoria parecía una derrota, mientras que para el otro, la derrota parecía una victoria. Una manera más precisa de resumir el impacto político de estas elecciones sería la siguiente: mientras que el Bharatiya Janata Party (BJP) y la ideología hindutva de Narendra Modi no están en entredicho, ni mucho menos han sido objeto de rechazo, y las posibilidades de las fuerzas de la hindutva para mantener o ampliar su hegemonía política mediante una forma de hacer política basada ante todo en esta ideología chocan con poderosas limitaciones.
Antes de examinar estas limitaciones, veamos los datos básicos que se derivan de los resultados.
Se quedó corto
El BJP obtuvo 240 de un total de 543 escaños en la Lok Sabha [cámara baja del parlamento indio]. Junto con sus socios de coalición en la Alianza Nacional Democrática (NDA), obtuvo 293 escaños, superando el umbral de los 272 escaños que da paso a la mayoría parlamentaria absoluta.
Esto significa que el BJP formará gobierno para un tercer mandato consecutivo. Sin embargo, a diferencia de las dos ocasiones anteriores, en que se aseguró la mayoría absoluta en solitario, esta vez el partido dependerá decisivamente de dos aliados políticos para formar gobierno y mantenerlo durante toda la legislatura, aliados que tienen un historial de operar ora a favor, ora en contra del BJP. El Telegu Desam Party (TDP) de Andhra Pradesh (AP), encabezado por Chandrababu Naidu, cuenta con 16 escaños, mientras que el Janata Dal (Unidos), o JD(U), de Bihar, cuyo líder es Nitish Kumar, cuenta con 12.
Modi declaró repetidamente, durante la campaña, que el BJP por sí solo superaría el listón de la mayoría de dos tercios (alrededor de 370 escaños) en la cámara baja. Ahora no solo ha recibido una cura de humildad, sino que ha de hacer concesiones significativas a estos dos partidos, a los que el bloque de oposición, la Alianza Nacional India por el Desarrollo Inclusivo (en inglés, INDIA), también tratará de seducir.
A pesar de que el porcentaje de votos del BJP a escala nacional, de alrededor del 37 %, es más o menos el mismo que el que obtuvo en 2019, el partido ha perdido 63 escaños. Ha ganado terreno en el este, en el Estado de Orissa, donde ha dado un salto significativo en términos de popularidad, y ha visto incrementarse un poco el modesto porcentaje de votos obtenido en el sur, en los Estados de Kerala y Tamil Nadu.
Lo que ha causado el descenso del partido de Modi ha sido su fracaso en determinados Estados clave del corazón del territorio hindiparlante, particularmente en el Estado más grande y más poblado, Uttar Pradesh (UP, que con una población de unos 240 millones sería el quinto país más poblado del mundo si fuera un Estado independiente). El BJP fue predominante en UP en las dos elecciones anteriores y se esperaba que esta vez ganara por goleada.
Este Estado es uno de los bastiones fundamentales de las fuerzas de la hindutva, desde quienes pertenecen a la familia política encabezada por la Rashtriya Swayamsevak Sangh (RSS, Asociación Patriótica Nacional) hasta otros grupos más fieles al predicador hindú y actual ministro jefe Yogi Adityanath. Sin embargo, el bloque INDIA ha obtenido más escaños que la NDA en UP, ya que el Congreso Nacional Indio (INC) ha obtenido seis y el Partido Samajwadi (SP) 37 de un total de 80 escaños.
Unidad de la oposición
Los otros dos Estados grandes de fuera del territorio central hindiparlante en que el BJP esperaba mejorar sus resultados anteriores son Maharashtra y Bengala Occidental. En este último, el Congreso Trinamul (TMC), que controla el gobierno del Estado, ha obtenido 29 de los 42 escaños, mientras que el BJP se ha hecho con una docena. En el primero, el INC y los partidos regionales integrados en la oposición han superado al BJP y sus aliados locales.
En contraste con las dos elecciones anteriores, esta vez los partidos de oposición forjaron una alianza antes de los comicios. Aunque no hubo entre ellos ningún consenso significativo o unidad sobre una base programática, suscribieron un acuerdo básico sobre la manera de repartir los escaños entre sus respectivos candidatos. Esto ha dado lugar a una transferencia efectiva de votos entre sus respectivas bases sociales. Del total de escaños obtenidos por INDIA ‒234 escaños‒, el INC ha acaparado un centenar, frente a los 52 que logró en las elecciones anteriores. La izquierda establecida, representada principalmente por los partidos comunistas indios, solo ha obtenido colectivamente nueve escaños, frente a los seis de la vez anterior. Esto significa que la capacidad de la izquierda para influir en el bloque de INDIA con respecto a las cuestiones a abordar conjuntamente y la forma de luchar por ellas será muy limitada.
Con todas sus insuficiencias ‒la negativa a rechazar los legados del estalinismo y del maoísmo es un obstáculo para la formación de sus cuadros‒, estos partidos de izquierda tienen una orientación económica más socialdemócrata que las demás fuerzas de oposición, aunque no dejan de hacer concesiones a las prácticas neoliberales. Tampoco bailan al son de una hindutva descafeinada como hacen el INC y otros partidos. Su resultado electoral revela que la izquierda india necesita un proceso de introspección.
Lo que ha demostrado esta elección es que existen tres obstáculos importantes al tan cacareado avance político y electoral de Modi y su partido gobernante. Estos obstáculos son de naturaleza económica, federal y social.
Barreras que frenan la hindutva
Tal vez alrededor del 20 al 25 % de la población hindú ha sido objeto de un adoctrinamiento tan fuerte a lo largo de las últimas décadas que ahora es absolutamente leal al BJP, la RSS y otras fuerzas de la hindutva sin distinción. Este es el sector del que proceden los cuadros y activistas de este movimiento, pero este tiene enormes dificultades para crear un bloque hindú mucho más amplio y homogéneos con fines políticos.
Un sentimiento muy extendido de descontento económico, en particular ante la falta de oportunidades de empleo y de puestos de trabajo más o menos bien pagados, ha afectado negativamente al BJP. El desempleo juvenil crece de modo constante y empeora a medida que se asciende en la escala educativa. La proporción de jóvenes con una licencia universitaria que están en el paro es de alrededor del 42 %.
Las diversas dádivas repartidas por el gobierno de Modi, como las modestas transferencias monetarias a mujeres, la distribución de paquetes de cereales gratuitos y estandarizados, el suministro gratuito de gas, electricidad subsidiada, etc., forman parte de una política económica global que podemos calificar de neoliberalismo compensatorio. Esta política ha incrementado las desigualdades de renta y de riqueza hasta unos niveles obscenos. El 1 % más rico de la población acapara más del 22 % de la renta total, y la distribución de la riqueza es todavía más escandalosa.
Según el estudio Income and Wealth Inequality in India, 1922–2023, de Thomas Piketty y sus colegas, menos de 10.000 personas acaparan un patrimonio total que es casi tres veces mayor que el del 50 % más pobre de la población. Con un total actual de 271 milmillonarios en dólares (94 de los cuales surgieron tan solo en 2023), India ocupa ahora el tercer lugar en el mundo, tan solo por detrás de China y EE UU, por el tamaño de su clase milmillonaria.
En el plano social, la división en castas sigue siendo un problema enorme para el BJP y la hindutva. Han tratado de prestigiar culturalmente a miembros de las castas inferiores mediante absorción, promoción y celebración de sus deidades y rituales dentro de una comprensión más laxa, más acomodaticia, del hinduismo, pero que no deja de estar brahmanizada. Este enfoque ha dado algún fruto, pero no ha sido suficiente. Hay sectores de los dalits, las demás clases atrasadas (OBC, o castas intermedias) e indígenas que se han unido al BJP y permanecen en él. Sin embargo, otros están bien dispuestos a cambiar de alianzas políticas y electorales si piensan que esto les beneficiará en el plano local y regional. Esto explica por qué el Partido Samajwadi obtuvo un resultado tan bueno en UP.
Entre las castas inferiores, los problemas materiales básicos harán que prioricen en mayor medida sus estrictas lealtades de casta por encima de sus afiliaciones religiosas más amplias. Dichos problemas promueven asimismo formas de colaboración político-electoral no declaradas, de base clasista. Después de todo, las personas que pertenecen a una casta inferior también suelen hacerlo a una clase baja. Además, la población musulmana vota en bloque por los partidos de oposición que considera que perjudicarán más al BJP. Este último recibe el apoyo más sólido de las castas superiores, y esto ha vuelto a suceder en la elección de este año. El BJP tiene un problema intrínseco: saber hasta qué punto puede retener esta lealtad de las castas superiores y al mismo tiempo ampliar y estabilizar duraderamente el grado de influencia que tiene en las castas inferiores.
Diversidad federal
En lo que respecta a la dimensión federal, acabamos de asistir a una afirmación decisiva de su importancia. El tamaño de India y sus diferentes historias espaciales y geográficas, así como sus diversidades étnicas, lingüísticas, culturales y sociales, hacen que las formaciones políticas regionales mantengan su influencia. El BJP tiene un proyecto a largo plazo de eliminar o subordinar a todos los competidores electorales, siendo el INC y los principales partidos de izquierda sus objetivos primordiales, pues evidentemente nunca se pondrán de su lado. A lo largo de las últimas décadas, el BJP parecía avanzar en este proyecto al convertirse en fuera dominante en cada vez más Estados.
Muchos partidos regionales que colaboraban con el de Modi veían cómo iban debilitándose a medida que el BJP canibalizaba su base social y electoral y muchos de sus antiguos líderes desertaban a favor de un partido más poderoso (y mucho más rico). Estos partidos se han percatado de que su supervivencia como fuerzas regionales con peso significativo exige que eviten sucumbir al abrazo del BJP. Es esta idea, más que unas diferencias ideológicas o políticas serias, la que explica sobre todo la presión que les lleva a alejarse del BJP.
Al colaborar con estos partidos y concederles un estatuto de primacía en los Estados en que eran más fuertes, el INC ha salido beneficiado globalmente. El INC presentó candidaturas en muchas menos circunscripciones que en la elección anterior y solo ha visto crecer un poco su porcentaje de votos, pero su porcentaje de escaños ha aumentado drásticamente de 52 en 2019 a un centenar actualmente. El INC dirigirá ahora la oposición en el parlamento, donde el BJP tendrá más dificultades para hacer aprobar todas las leyes y medidas que quisiera. Ya no podrá saltarse a la torera los debidos procedimientos parlamentarios de la manera en que lo hacía hasta ahora.
¿Y ahora qué?
En cuestiones de política exterior, el BJP continuará decidiendo la orientación, de modo que dejaremos este tema de lado. Es sumamente importante que estemos atentos a los asuntos del interior. Modi tiene que consolidar la NDA, lo que implica que deberá conceder importantes puestos en el gobierno al JD(U) y al TDP, si bien el BJP ocupará los cuatro principales ministerios: Defensa, Interior, Hacienda y Asuntos Exteriores. La relación con los aliados regionales del BJP será complicada de gestionar cuando estos presionen para obtener ciertas dádivas especiales del gobierno central a los Estados de Bihar y Andhra Pradesh. Es probable que esto provoque cierto grado de contestación, ya que otros gobiernos estatales formados por partidos alineados con el bloque de INDIA (o incluso con la NDA) no verán con buenos ojos este favoritismo.
A su vez, el bloque de INDIA tratará de mantenerse unido, lo cual tampoco será fácil. La principal argamasa que cohesiona la alianza ha sido y sigue siendo la hostilidad hacia el BJP, pero esa hostilidad es más fuerte como factor de cohesión durante los preparativos para un proceso electoral que una vez efectuada la votación. Mientras que el peso del BJP dentro de la NDA es de alrededor de cuatro quintos, el del INC en INDIA es de unos dos quintos. Además, el INC no puede aprovechar recursos del gobierno para convencer a sus aliados, y ningún partido de la oposición se acerca siquiera a las disponibilidades financieras de BJP, ya sea por separado o en combinación con otros.
Modi tendrá más dificultades para atraer o dividir a partidos de oposición mediante deserciones masivas, pero sí puede contentarse con hacer tratos bajo mano con partidos regionales con los que impedir que la alianza de oposición organice sistemáticamente el tipo de resistencia unida que haría falta. Hay tres importantes elecciones parlamentarias previstas este año en Maharashtra y Haryana ‒dos Estados en los que el BJP obtuvo un mal resultado‒, así como en Jharkhand, donde su resultado fue bueno. En función de los resultados de estos comicios, la unidad de uno u otro bloque recibirá un fuerte estímulo.
El periodo de los próximos seis meses a un año será sumamente importante. Habrá batallas políticas cuya magnitud, profundidad y resultado final no podemos predecir ahora, pero también se abrirá camino otra dinámica. Modi es una personalidad extremadamente autocrática que nunca ha mostrado (ni ha tenido que mostrar) habilidades de gestión de una coalición o de negociación de compromisos, ni siquiera en cuestiones de política interior. Durante su época de primer ministro del Estados de Gujarat, donde el BJP tenía mayoría absoluta, pudo gobernar a su aire. Como primer ministro de India, no tuvo en cuenta realmente a los demás partidos de la NDA, ya que el BJP también tenía la mayoría como tal.
Además, aunque está absolutamente comprometido con el proyecto de hindutva, siempre se ha colocado por encima de la RSS como organización, pese a ser esta el órgano del que emana toda la red de organizaciones de constituyen la Sangh Parivar, incluido el BJP. Modi ha tratado deliberadamente de que le dirección suprema de la RSS dependa más y esté subordinada a su persona y a su segundo de a bordo, el ministro de Interior Amit Shah, quien también tiene sus propias ambiciones. A partir de ahora aumentarán las tensiones entre la RSS y el BJP, así como en el interior del propio BJP, entre quienes son totalmente leales a Modi y quienes no lo son. Está por ver cuál será el resultado duradero de estas varias interacciones en el interior del BJP y de la NDA, así como los efectos en uno u otro sentido de las contestaciones en el ámbito político más amplio.
El programa de la hindutva
¿Qué medidas cabe esperar que impulse el gobierno a corto y medio plazo y con qué grado de agresividad lo hará? ¿Qué medidas piensa implementar de manera más prudente o a fuego lento, o tal vez aplazar indefinidamente, hasta que considere que las circunstancias son más favorables? Podemos resumir los objetivos que presiden el proyecto de hindutvadel BJP del modo siguiente:
1) Eliminar y subordinar a todos los competidores electorales
2) Vaciar las estructuras de la democracia y el federalismo
3) Restringir el espacio de la disensión y la disposición a disentir
4) Homogeneizar ideológicamente los medios y la educación para que el nacionalismo hindú pase a ser el sentido común público
5) Aterrorizar y guetoizar a la población musulmana y convertirla en ciudadanía de segunda clase políticamente sumisa
El primer objetivo ha sufrido ahora un serio revés. Esto significa, naturalmente, que el BJP lo tendrá más difícil seguir vaciando el federalismo indio más allá de lo que ha logrado hasta ahora. Algunas otras ambiciones del BJP han quedado ahora significativamente atascadas. Con un número de escaños insuficiente a su disposición en las dos cámaras parlamentarias, no es probable que en la actual legislatura el gobierno de Modi consiga implementar su proyecto de Una Nación, Una Elección (One Nation, One Poll, ONOP), que implicaría simultanear las elecciones parlamentarias centrales y estatales.
Está pendiente de realización un censo de población, aplazado durante mucho tiempo, pero el proyecto de llevar a cabo al mismo tiempo un Registro Nacional de Población (NPR), con el fin de recoger datos personales detallados, chocará con mayor resistencia. Se pretende que el NPR, una vez realizado, desemboque en la creación de un Registro Nacional de Ciudadanos (NRC), destinado básicamente a crear una categoría de ciudadanos dudosos, personas que carecen de una prueba documental suficiente de su condición y que en una proporción elevada serían sin duda musulmanas.
Un proceso ulterior de atribución determinaría entonces quiénes son las personas ilegales, que serian inhabilitadas para votar e internadas en campamentos en que podrían tener que someterse a trabajos forzados. En la legislatura anterior ya comenzó el trabajo previo de preparación de toda esta estructura, incluidas las primeras fases de construcción de diversos campos de internamiento. Sin embargo, ahora lo más probable es que este proceso se frene o se suspenda durante algún tiempo, vista la oposición declarada por muchos gobiernos estatales no controlados por el BJP, que se verá reforzada tras las elecciones.
En cuanto al proceso de vaciado de las principales instituciones de gobernanza democrática, a lo largo de la última década el BJP ha socavado gravemente el sistema de controles y equilibrios que se apoya en los poderes relativamente independientes de las diversas estructuras y aparatos de Estado de India. Ha logrado sustancialmente someter al Tribunal Supremo (TS), la Comisión Electoral (que ha actuado de una manera vergonzosamente partidista en los últimos comicios) y los altos cargos de la burocracia de los departamentos centrales.
La mayoría de partidos regionales, con sus perspectivas geográficas más estrechas, no se manifestaron seriamente en contra de lo que estaba ocurriendo en estos frentes. Con diferentes grados de entusiasmo, el INC y otros partidos han aceptado (y no cuestionarán) cambios inconstitucionales que han alterado drásticamente el sistema gubernamental indio. Estos cambios son: la anulación del artículo 370 sobre el estatuto de Cachemira; la sentencia del TS que aprueba la destrucción de [la gran mezquita de] Babri Masjid y la construcción en su lugar del [templo hindú de] Ram Mandir; y la Ley de modificación de la ciudadanía (CAA), que por primera vez introdujo el principio de discriminación religiosa (en detrimento de la población musulmana) en el derecho de ciudadanía.
Conformidad ideológica
En lo que respecta al tercer punto del programa de la hindutva, se ha impulsado una politización sistemática de la policía y otras agencias de seguridad e investigación. El gobierno las ha utilizado para perseguir a sus oponentes, desde dirigentes de partidos hasta organizaciones de la sociedad civil y grupos críticos con las políticas gubernamentales, así como las personas disidentes. No hay ningún motivo particular por el que este proceso no debiera continuar. A partir del mes de julio entran en vigor nuevas leyes penales que convierten el país cada vez más en un Estado policial. Los nuevos socios del BJP no se opondrán a estas leyes. Habrá que ver si el bloque INDIA, dirigido por el INC, tratará de impulsar movilizaciones de masas y resistencia pública frente a ellas.
En el ámbito de los medios de comunicación, aparte de los que son propiedad y están directamente controlados por el gobierno, se impone el dominio de unas pocas editoras muy grandes, que disponen de numerosos canales de televisión e importantes cabeceras de prensa. Las grandes en este terreno son cercanas al gobierno de Modi por razones económicas y de otro tipo. Mientras, los pequeños propietarios capitalistas de periódicos y publicaciones digitales se percatan de los importancia que tiene la publicidad institucional para ellos. Los partidos regionales desean controlar los medios regionales y a sus propietarias, pero ¿qué cantidades pueden ofrecerles?
Con respecto a la transformación de los planes de estudios en las escuelas y universidades en línea con los preceptos de la hindutva, los sindicatos de izquierda de estudiantes y enseñantes han protagonizado la resistencia. Dada su posición favorable a una hindutva blanda, los sindicatos dirigidos por el INC han sido mucho menos contundentes y mucho más esporádicos en sus resistencia a las medidas del gobierno. Los campus universitarios, con muy pocas excepciones, no cuentan con grupos de estudiantes dalits de cierto tamaño e influencia. En el plano nacional, las federaciones de estudiantes y enseñantes controladas por el RSS y el BJP son de lejos las más grandes y fuertes. El nuevo gobierno de coalición no alterará realmente la orientación política vigente en el frente educativo.
Minorías religiosas
Desde que Modi es primer ministro, el BJP ha evitado los grandes disturbios contra la población musulmana o cristiana. La excepción a esta regla es el Estado nororiental de Manipur, donde tanto el gobierno central como el regional han respaldado los brutales ataques físicos de hindúes y grupos étnicos meiteis no cristianos contra la población tribal kuki-zo de mayoría cristiana. Esta violencia está motivada por el propósito de apropiarse de más tierras para la construcción de viviendas y la explotación agraria, forestal y minera. Sin embargo, estas tribus tienen relaciones de parentesco con los cercanos Estados de mayoría cristiana en India y al otro lado de la frontera con Myanmar, y han contraatacado hasta crear una especie de impasse político. No es extraño que aquí ganara el INC en las dos circunscripciones electorales. La cuestión de Manipur está por estabilizar de una manera u otra, bien mediante una represión masiva exitosa, bien mediante concesiones y pactos por parte del centro.
La violencia masiva contra la población musulmana en los Estados gobernados por el BJP ha sido sustituida en gran parte por actos rutinarios de violencia de bajo nivel y de acoso, que ocasionalmente producen estallidos de intensidad un poco mayor. Las autoridades entonces intervienen para restablecer una calma tensa, adoptando medidas encaminadas más a satisfacer a las bandas culpables que a proteger a las víctimas. Este patrón genera un clima general de temor perpetuo entre la población musulmana local que ayuda a mantenerla bajo control. Las organizaciones de la RSS mantendrán esta práctica ya habitual.
Sin embargo, el voto musulmán en bloque en contra del BJP ha afectado visiblemente al resultado de las elecciones. El BJP está dispuesto a desentenderse permanentemente de la población musulmana y dejará de buscar su voto; en efecto, la esencia de su ideología así lo garantiza, si bien no es esta la actitud de sus nuevos socios regionales. Tampoco lo es la posición de los partidos del bloque de INDIA, que tratará de equilibrar la hindutva blanda con garantías de protección y apoyo a la población musulmana. La nueva correlación de fuerzas entre el BJP y la oposición comportará cierto alivio para la comunidad musulmana incluso en los Estados mayoritariamente hindiparlantes.
Resistencia popular
El factor clave que supone la mayor amenaza para la hegemonía de la RSS y los planes políticos del BJP es intangible. ¿Cuánta resistencia popular independiente habrá frente al nuevo gobierno? Decimos “independiente” porque los partidos de oposición, que en general están divididos en función de sus diversos intereses electorales y ambiciones políticas, tendrán muchas dificultades para desentenderse de campañas públicas que no sean obra de ningún partido en particular y no puedan ser ignoradas ni condenadas como tales por el gobierno dirigido por el BJP. ¿Se producirán estas revueltas más a menudo y a escala más amplia?
Una garantía de que habrá un gran descontento público y erupciones de protesta es el estado de la economía india. Aunque es probable que Modi reparta más dádivas, las deficiencias estructurales persistirán. Si las urnas hubieran dado la mayoría al BJP, este habría puesto en marcha las políticas que la agitación campesina de 2011 había bloqueado, esta vez de una manera más gradual. Esto supondría promover la polarización de las explotaciones para facilitar una mayor contractualización y corporatización de la producción, el procesado y la distribución agrícola. Ahora le será mucho más difícil imponer esos cambios, sobre todo a corto y medio plazo.
Este planteamiento nunca resolverá el problema fundamental de la economía india, a saber, el dilema que supone un sector agrícola que genera el 14 % del PIB, pero ocupa a más de la mitad de la fuerza de trabajo total y su principal fuente de ingresos. No está claro cómo cualquier reforma capitalista podría resolver esta cuestión. India sigue siendo el país con el mayor número absoluto de personas desnutridas y malnutridas.
En el frente democrático, con toda la importancia que tiene, podemos concebir cierto optimismo por el hecho de que la marcha adelante de la hindutva ha perdido su anterior sentido de inevitabilidad. Si bien la sombra política general de intimidación y miedo a sufrir acoso y castigo judicial para quienes desean oponerse al gobierno de Modi no ha desaparecido, ni mucho menos, sí que se ha aclarado. La constante dinámica autoritaria que conduce a la erosión creciente de las libertades civiles se ha detenido temporalmente. Ahora hay una oportunidad de ampliar el espacio liberal-democrático, una oportunidad que podemos y debemos aprovechar. Cuanto antes se dé este impulso, tanto mayores serán las posibilidades de ir reforzando progresivamente la resiliencia del entramado institucional indio frente a su enemiga de extrema derecha más peligrosa, la Sangh Parivar.
Texto original: Jacobin. Traducción: viento sur
Achin Vanaik es escritor y activista social, exprofesor de la Universidad de Delhi y miembro residente en Delhi del Instituto Internacional de Ámsterdam.
Fuente:https://vientosur.info/narendra-modi-ha-perdido-su-aura-de-invencibilidad/