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Relaciones Corea del Norte/EEUU

Neoconservadores derrotados

Fuentes: IPS

Al acceder a los reclamos de desarme nuclear a cambio de concesiones políticas y económicas, Corea del Norte le anotó una victoria al sector «realista» del gobierno de Estados Unidos. En otras palabras, una derrota al ala neoconservadora. El régimen de Kim Jong Il, tras soportar la presión de representantes de cinco países, entre ellos […]

Al acceder a los reclamos de desarme nuclear a cambio de concesiones políticas y económicas, Corea del Norte le anotó una victoria al sector «realista» del gobierno de Estados Unidos. En otras palabras, una derrota al ala neoconservadora.

El régimen de Kim Jong Il, tras soportar la presión de representantes de cinco países, entre ellos Estados Unidos, aceptó en Beijing este martes tomar los primeros pasos concretos hacia el desarme nuclear a cambio de asistencia económica y normalización de relaciones diplomáticas.

El acuerdo fue anunciado este martes, luego de varios días de negociaciones. Los neoconservadores que dominaron la política exterior estadounidense en la primera presidencia de George W. Busn (2001-2005) lo consideraron una derrota para el país.

Esa fue, al menos, la interpretación del ex embajador de Estados Unidos en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), John Bolton, figura cercana al vicepresidente Dick Cheney.

El acuerdo «envía exactamente la señal equivocada a los aspirantes a ‘proliferadores’ (de armas) de todo el mundo», dijo Bolton, entrevistado por la cadena televisiva CNN.

«Contradice las premisas fundamentales de la política que ha seguido el presidente en los últimos seis años» y muestra «al gobierno muy débil en momentos» en que «necesita lucir fuerte» por la situación en Iraq, agregó.

Pero la declaración oficial de la Casa Blanca eliminó toda sombra de duda: el presidente Bush apoya el acuerdo.

«Me complace el acuerdo alcanzado hoy en las conversaciones de seis partes en Beijing», indica el comunicado emitido en nombre del mandatario. «Estas conversaciones representan la mejor oportunidad de usar la diplomacia en relación con los programas nucleares de Corea del Norte.»

El acuerdo detalla pasos que deberán tomar en los próximos 60 días todos los gobiernos que intervienen en las negociaciones desde 1994: Corea del Norte, Corea del Sur, China, Estados Unidos, Japón y Rusia.

Aún está por verse si esta última ronda de diálogo, iniciada la semana pasada, podría ser el precedente de negociaciones directas entre Estados Unidos e Irán, el miembro supérstite del «eje del mal» enunciado en 2002 por Bush, también incluía a Corea del Norte e Iraq.

Los neoconservadores intentaron impedir que el principal negociador estadounidense con Corea del Norte, el secretario de Estado adjunto Christopher Hill, se involucrara en negociaciones directas con su contraparte norcoreano, Kim Kye-gwan, fuera del marco de las negociaciones de seis partes.

Pero en los últimos ocho meses se sucedieron los ensayos con misiles balísticos de Corea del Norte –el 4 de julio, día de la independencia estadounidense– y una detonación nuclear subterránea a modo de prueba.

Bush aceptó entonces las sugerencias de la secretaria de Estado (canciller) Condoleezza Rice de admitir una reunión entre Hill y Kim en Berlín, la cual se celebró en enero y en la que se delinearon los elementos básicos del acuerdo anunciado este martes.

«Este acuerdo pudo haberse logrado hace mucho tiempo, con una buena posibilidad de impedir la adquisición de material físil y la prueba de un arma nuclear por parte de Corea del Norte», dijo el experto en cuestiones de la península coreana Don Oberdofer.

«Sólo ahora el gobierno de Bush está dispuesto a negociar con ellos en serio», evaluó Oberdofer, de la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad Johns Hopkins.

El acuerdo de este martes obliga a Corea del Norte a cerrar su reactor nuclear en Yongbyon, volver a aceptar las inspecciones de la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA) para que fiscalicen el cumplimiento del pacto y preparar una lista «completa» de todos los restantes programas e instalaciones nucleares en dos meses.

Y en 30 días, el Departamento del Tesoro (ministerio de hacienda) de Estados Unidos deberá revisar y levantar parcialmente las sanciones económicas impuestas a Corea del Norte a fines de 2005 por supuestas actividades financieras ilícitas, entre ellas falsificación.

Washington también deberá ayudar a financiar un embarque inicial de 50.000 toneladas de combustible pesado a Pyongyang e iniciar el proceso hacia la remoción de ese país de su lista de estados patrocinadores del terrorismo.

Además, las seis partes deberán crear cinco grupos de trabajo para atender las cuestiones pendientes con Corea del Norte.

Entre ellas figuran su total desnuclearización como condición para el envío de asistencia, la normalización de las relaciones diplomáticas con Japón y Estados Unidos y un acuerdo de paz que ponga fin formalmente a la guerra de Corea de los años 50, por la que nunca se firmó un armisticio.

En caso de que se hayan registrado avances satisfactorios para las partes en 60 días, se celebrará una reunión de cancilleres que lanzará la segunda fase del proceso, que incluiría un suministro continuo de combustible pesado a Corea del Norte a cambio del desmantelamiento total de sus instalaciones nucleares.

«Esto es el primer cuarto», dijo Rice a la prensa, en un parangón deportivo. «Todavía queda mucho para hacer, pero las seis partes han tomado un paso promisorio en la dirección correcta.»

Analistas tanto de derecha –como Bolton– como de izquierda advierten similitudes entre el acuerdo de este martes y el Acuerdo Marco de 1994, propiciado por el entonces presidente estadounidense Bill Clinton.

Aquel convenio establecía el suministro de combustible pesado y otros mecanismos de asistencia en materia de energía, como la instalación de dos reactores nucleares de agua liviana a cargo de Japón y Corea del Sur, a condición del congelamiento permanente del programa de plutonio en Yongbyon.

Pero el gobierno de Bush acusó en 2002 al régimen de Kim Jong Il de violar ese acuerdo al implementar un programa secreto que incluía el procesamiento de uranio altamente enriquecido con fines armamentísticos.

Washington se basó para eso en las investigaciones sobre la red de comercio de insumos nucleares que dirigía el científico pakistaní A. W. Khan. Pero Pyongyang se apresuró a negar la existencia de tal programa.

Más tarde, en 2005, Corea del Norte se comprometió ante sus cinco contrapartes a completar un proceso de desnuclearización.

El acuerdo de este martes no especifica el destino del plutonio hasta ahora producido en Yongyon, suficiente, según fuentes de inteligencia estadounidenses, para producir hasta ocho bombas nucleares. Tampoco dice nada sobre el programa de misiles balísticos norcoreano. Eso vuelve al convenio vulnerable a ataques, en particular por parte de los halcones que, si bien simpatizan y colaboran con el gobierno de Bush, aseguran que Kim Jong Il no es un líder confiable y que no tiene intenciones de renunciar a su arsenal, del cual, advierten, depende la supervivencia de su régimen.

http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=40122