Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
JUDY WOODRUFF: Después de cinco meses trabajando para el Departamento de Estado en Afganistán, Matthew Hoh se convirtió en el primer funcionario de EE.UU. del que se sabe que ha renunciado en protesta por las políticas estadounidenses en ese país.
En su carta de renuncia del 10 de septiembre, revelada esta semana en The Washington Post, el ex capitán de los marines dijo: «No logro ver el valor de más bajas o gastos de recursos en apoyo del gobierno afgano en lo que es, verdaderamente, una guerra civil de 35 años.»
La renuncia de Hoh fue recibida con más pesar que enojo por el enviado especial del Departamento de Estado, Richard Holbrooke, quien dijo – cito – «tomamos su carta muy en serio porque fue un buen funcionario.»
El señor Hoh ha venido a hablar con nosotros.
MATTHEW HOH: Gracias.
JUDY WOODRUFF: Gracias a usted por estar aquí.
¿De modo que usted piensa que EE.UU. debería simplemente irse de Afganistán?
MATTHEW HOH: Evidentemente es imposible mover una varita mágica e irse. Sin embargo, creo que estamos involucrados en una guerra civil de 35 años.
Creo que no somos el protagonista principal en esa guerra, y que es un conflicto interno. Creo que 60.000 soldados en Afganistán no sirven para derrotar a al Qaeda y no sirven para estabilizar al gobierno de Pakistán.
JUDY WOODRUFF: ¿De dónde ha sacado la confianza para saberlo? ¿Qué vio en Afganistán?
MATTHEW HOH: Por cierto.
Bueno, antes de ir, estudié bastante al respecto. Leí mucho sobre su historia, especialmente sobre los finales de los años setenta y la guerra soviético-afgana. Además, tengo muchos amigos y colegas que han servido en Afganistán.
Fui a ese país con algunas ideas de que no me sentía bien por lo que estábamos haciendo allí, pero quería contribuir. Cuando llegué, sin embargo, sirviendo en el este y en el sur, las similitudes eran las mismas.
Lo que descubrí es que estábamos combatiendo a gente que sólo luchaba contra nosotros porque los estamos ocupando o porque apoyamos a un gobierno central al que consideran ocupante.
Más importante es que pienso que escuché a la mayor cantidad posible de afganos porque mi papel como asesor político era trabajar con ellos.
¿Espectadores en una guerra civil?
JUDY WOODRUFF: Usted dice, Matthew Hoh, que lo que usted ve es una guerra civil; que EE.UU. es un espectador. Pero lo que parece a muchos estadounidenses, al contemplarla, es que el gobierno afgano está siendo atacado, que el pueblo afgano está siendo atacado por los talibanes, por elementos de al Qaeda. ¿Cómo podemos estar seguros de quién tiene la razón?
MATTHEW HOH: Por cierto.
Ante todo, al Qaeda no existe en Afganistán. Creo que existe bastante evidencia de ese hecho. Y según el modo como funciona el país, todo está tan localizado. Es lo que yo y otra gente llamamos ‘vallismo’. Están preocupados por su…
JUDY WOODRUFF: ¿’Vallismo’?
MATTHEW HOH: ‘Vallismo’ sí, si uno toma la idea de nacionalismo, y la reduce a un ámbito mucho más pequeño.
Son gente que vive en comunidades entre 100 y 500 personas. Y eso es – no quiero decir que ahí es donde termina su mundo, pero eso es lo que los preocupa. Y nunca han tenido un gobierno central que haya hecho algo bueno, que les haya suministrado algún servicio. Y nunca han tenido un gobierno central que les haya dado algo. Sólo se ha llevado.
Y por lo tanto, para ellos, hayan sido Najibullah, Rabbani, los talibanes, o el gobierno de Karzai, todos son lo mismo. Y particularmente en el este, donde nos están combatiendo y en el sur, donde nos están combatiendo, esa gente no tiene que ver con los que forman el gobierno central.
JUDY WOODRUFF: Pero, como usted sabe, el argumento del general Stanley McChrystal, quien está allí a cargo de los militares, de John McCain, quien está muy a favor de que EE.UU. se quede, es que si EE.UU. se va, los talibanes tomarán el poder y al Qaeda volverá.
MATTHEW HOH: No creo que al Qaeda vuelva.
Creo que al Qaeda ha evolucionado desde 2001. Se ha convertido, como me gusta decir, en una nube ideológica que existe en Internet y recluta en todo el mundo. Si uno considera los ataques en los que al Qaeda ha tenido éxito durante los últimos siete, ocho años, incluidos los ataques del 11-S, se da cuenta de que no fueron realizados por afganos o paquistaníes.
Y gran parte de la preparación y del entrenamiento tuvo lugar en Europa Occidental o incluso aquí en EE.UU. Por lo tanto no pienso que al Qaeda tenga algún interés en volver a vincularse a una frontera geográfica o política. Pienso que están contentos de existir tal como han evolucionado. Y que son una amenaza, y deberían ser nuestra prioridad. Tenemos que derrotarlos.
Pero, de nuevo, 60.000 soldados en Afganistán no derrotan a al Qaeda.
JUDY WOODRUFF: ¿Y los talibanes?
MATTHEW HOH: A los talibanes, los expulsamos del poder en 2001, como debíamos hacer correctamente.
Sin embargo, lo que está en Quetta ahora, creo, son sólo los residuos de eso. Y aunque Quetta Shura Taliban, como nos referimos a ellos, son una amenaza, y son una amenaza para el gobierno de Karzai, no creo que sean una amenaza para EE.UU.
Y, además, no creo que sean capaces de recuperar Kabul, particularmente si aseguramos que no tengan apoyo paquistaní cuando nos hayamos ido de Afganistán.
Los riesgos de más fuerzas estadounidenses
JUDY WOODRUFF: ¿Qué piensa que pasaría, sin embargo, si el presidente Obama diera al general McChrystal las tropas que quiere o un aumento significativo en la cantidad de soldados?
MATTHEW HOH:
Creo que sólo va a nutrir a la insurgencia. Sólo va a reforzar las afirmaciones de nuestros enemigos de que somos una potencia ocupante, porque somos una potencia ocupante.
Y eso sólo llevará a más gente a combatirnos o a que los que ya nos están combatiendo lo sigan haciendo.
JUDY WOODRUFF: Usted no piensa que exista algún argumento que EE.UU. pueda presentar al pueblo afgano de que estamos allí para – como lo hemos estado, para promover la democracia, que podría cambiar su punto de vista sobre lo que usted dice…
MATTHEW HOH: Por cierto
JUDY WOODRUFF: … – ¿que somos una fuerza ocupante?
MATTHEW HOH: Estuve en el este del país, en Kunar y en las áreas de Nuristán, donde perdimos a ocho soldados hace algunas semanas.
El equipo de la brigada de combate estuvo allí durante un año. En un año, lanzaron cerca de 250.000 kilos de munición desde aviones, y dispararon cerca de 50.000 balas de fuego indirecto y artillería.
Ahora, por otra parte, gastaron probablemente entre 160 y 180 millones de dólares en dinero para el desarrollo durante un año. Esto es en un área de 4,5 millones de personas. Si, después de ocho años de guerra, se ha hecho este tipo de cosas, y no se convence a la gente, no creo que se llegue a convencerla algún día.
Pienso que tenemos que comprender que, a veces, no gustamos a la gente y no quiere ser como nosotros. Y tenemos que aceptarlo. Y entonces tenemos que abrirnos políticamente y trabajar con ellos de esa manera.
Corrupción en Afganistán
JUDY WOODRUFF: Otro aspecto que usted señala. Matthew Hoh, tiene que ver con la corrupción en el gobierno de Karzai. Usted fue muy directo al escribir que Karzai es asesorado por señores de la droga. Y entró en algunos detalles al respecto.
El otro argumento, sin embargo, sobre ese tema es que es simplemente endémico en esa cultura, que EE.UU. tiene que estar preparado a aceptar una cierta proporción de corrupción cuando trata con gente semejante.
MATTHEW HOH: Pienso que sería verdad si no estuviésemos sacrificando a nuestros y nuestras jóvenes para apoyar ese régimen.
La idea de que perdamos al hijo de alguien o que el esposo de alguien muera para apoyar a un régimen que se está beneficiando con el dinero de nuestra ayuda es criminal. Es erróneo. Y además conozco a mucha gente que habla de que los talibanes reciben financiamiento mediante el opio y todo eso. Hay muchos de nosotros que creemos que reciben la misma cantidad de dinero a través de nuestro propio dinero para el desarrollo que estamos gastando en ese país.
JUDY WOODRUFF: Lo último que quiero preguntarle es que todo suena muy bien, pero usted sólo estuvo en Afganistán durante cinco meses. Usted es relativamente joven, ¿cuánto, 37 años?
MATTHEW HOH: Treinta y seis.
JUDY WOODRUFF: Treinta y seis años.
MATTHEW HOH: Sí.
JUDY WOODRUFF: ¿Quién es usted para decir lo que debería hacer EE.UU., cuando hay otros que han estado allí más tiempo, que lo han estudiado durante años, etc.?
MATTHEW HOH: Por cierto. Y yo desearía que refutaran lo que estoy diciendo. He visto esa crítica, pero no he visto a nadie que me diga por qué no se trata de una guerra civil.
No he oído a nadie que me diga por qué estabilizar el gobierno afgano va a derrotar a al Qaeda. No he oído a nadie que me diga cómo mantener a 60.000, 80.000 100.000 soldados en Afganistán va a estabilizar Pakistán. De modo que, no he oído las respuestas a esas preguntas.
En cuanto a las críticas sobre mi edad o que estuve allí sólo durante cinco meses. Estuve allí durante cinco meses. Estuve en dos partes del país. Trabajé con la mayor cantidad posible de gente del lugar. Y escuché lo más posible.
Hablando de eso, lo que escribí – ante todo, lo que escribí en mi carta de renuncia, no hay un solo pensamiento nuevo o único en todo eso. Son pensamientos compartidos por oficiales militares y funcionarios del Departamento de Estado. Mi preocupación no es cómo estamos librando esa guerra, sino por qué estamos librando esa guerra.
JUDY WOODRUFF: Matthew Hoh, muchas gracias por venir a hablar con nosotros. Se lo agradecemos.
MATTHEW HOH: Gracias, Judy.
Fuente: http://www.pbs.org/newshour/