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Nueva oportunidad para paz en Aceh

Fuentes: Radio Nederland

Nunca hubo una mejor oportunidad para poner fin al sangriento conflicto en la provincia indonesia Aceh. Casi un millón de habitantes de Aceh depende de la ayuda humanitaria. En vez de lucha armada, la traumatizada población necesita vivienda y paz. El presidente indonesio, Susilo Bambang Yudhoyono, se ha declarado dispuesto a negociar con los rebeldes […]

Nunca hubo una mejor oportunidad para poner fin al sangriento conflicto en la provincia indonesia Aceh. Casi un millón de habitantes de Aceh depende de la ayuda humanitaria. En vez de lucha armada, la traumatizada población necesita vivienda y paz.

Aceh-Yudhoyono.jpgEl presidente indonesio, Susilo Bambang Yudhoyono, se ha declarado dispuesto a negociar con los rebeldes del Movimiento para un Aceh Libre, GAM. Al parecer, se celebrarían negociaciones secretas, pero no con la dirección de GAM en Suecia, a la que el presidente indonesio no acepta como interlocutor, sino con los dirigentes en Aceh o Malasia.

Esta semana, Yudhoyono consultó incluso a los embajadores de Estados Unidos, Gran Bretaña, Suecia, Singapur y Libia. Hasta ahora Aceh ha sido considerado como un asunto estrictamente interno. El portavoz del Gobierno ha informado que el presidente ofrece una autonomía especial y amnistía para los rebeldes que se entreguen. Sin embargo, hasta ahora el GAM sólo incluye un punto en la agenda, el cual no está dispuesto a abandonar: la independencia total.

La presencia de los equipos de ayuda del extranjero es favorable a los rebeldes. Durante casi dos años, Aceh permaneció aislado del mundo exterior, y los alzados debieron retirarse a las montañas. Ahora que el mundo puede comprobar que Yakarta abandona a la provincia a su destino, esperan ganar el apoyo de la comunidad internacional. Después del maremoto, la ayuda tardó mucho en llegar. Pero, incluso antes de la catástrofe, los habitantes de Aceh nunca han confiado en las buenas intenciones de Yakarta, pues en su provincia no hay ningún progreso económico, reina la corrupción y se asesina y tortura a ciudadanos inocentes.

No obstante, a raíz de la división en el seno de GAM, los insurgentes tampoco pueden lograr progresos. Una parte de ellos se ocupa del tema político, mientras que otros se dedican al saqueo. El GAM ha perdido mucho apoyo, porque grupos de así llamados rebeldes roban, intimidan y extorsionan la población. Al mismo tiempo, se les acusa de asesinar a personas que colaboran con el Gobierno, como funcionarios de Estado y profesores. Hasta ahora, ningún país apoya las aspiraciones independentistas del GAM, y es poco probable esta situación cambie ahora. Los rebeldes deberán que salvar lo que puedan de su movimiento, y participar en eventuales negociaciones de paz. Por su parte, el Gobierno deberá tomar en serio a los habitantes de Aceh, porque, desde hace años, ellos se encuentran entre la espada y la pared.

A pesar de todo, cabe preguntarse si el presidente indonesio podrá resistir la presión de los militares. Hace dos años, siendo ministro de Seguridad, Yudhoyono intentó infructuosamente lograr la paz en Aceh mediante negociaciones. Bajo presión del Ejército, se vio obligado a abandonar las conversaciones. Seguidamente, la entonces presidenta, Megawati Sukarnoputri, declaró el estado de sitio. Desde entonces, el Ejército intenta derrotar a los rebeldes. A pesar del alto el fuego, proclamado inmediatamente después de la catástrofe, los insurgentes siguen activos. De los 30.000 militares en Aceh, la mitad se dedica a ayudar a las víctimas, mientras que la otra mitad continúa la persecución de los rebeldes. Por su parte, los soldados alegan que no les queda otra opción, y que sólo repelen ataques. Los rebeldes sostienen que las acusaciones son parte de una campaña para desacreditar a su movimiento GAM.

Si el Gobierno desea negociar, debe darse prisa. Cada día, la situación en Aceh se normaliza un poco más, y eso significa que tanto el Ejército como el GAM vuelven a ocupar sus anteriores posiciones. En tal caso, Indonesia habrá perdido una gran oportunidad de alcanzar la paz en Aceh.