Declaración ante el tribunal del dirigente sindical encarcelado en Hong Kong, Lee Cheuk-yan. Transcribimos el texto completo de la declaración que presentó Lee Cheuk-yan ante el tribunal el lunes 24 de mayo, en el juicio en su contra relacionado con la concentración no autorizada del 1 de octubre de 2019. El veredicto será pronunciado este viernes 28 de mayo. Anteriormente, Lee había sido condenado a 14 meses por otros dos cargos.
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Su Señoría,
Es bien sabido, y su Señoría lo ha dejado claro, que una decisión de condena o sentencia debe basarse en la ley y no en la política. Sin embargo, deseo hacer las siguientes observaciones para ayudar a este Honorable Tribunal a entender las convicciones políticas que subyacen a los acontecimientos en este caso, que yo calificaría como una protesta pacífica realizada el 1 de octubre de 2019.
En 1975 fui admitido en el Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad de Hong Kong. Al igual que muchos estudiantes universitarios de mi generación, fui profundamente influenciado por el movimiento estudiantil de aquella época que proclamaba «Conoce la China y preocúpate por la sociedad». Ahí empecé a pensar en mi responsabilidad con la sociedad y con mi país.
Todavía recuerdo una de las propuestas de entonces: «¿Qué futuro para la China?» Esa pregunta dio lugar a un sinnúmero de reflexiones a lo largo de los años y sigue siendo vigente hasta el día de hoy. Sembró la semilla de mis 40 años de compromiso con la búsqueda de un proyecto para la China.
Una vez que obtuve mi diploma, me comprometí con el movimiento obrero y democrático y con las campañas a favor de los derechos humanos en China. Estoy firmemente convencido de que la reforma democrática es la respuesta a la interrogante sobre el futuro de la China.
El movimiento cívico chino de 1989, en particular, cambió mi vida. Al principio, participé en la movilización por el apoyo de Hong Kong al movimiento y ayudé a fundar la Alianza de Hong Kong para el Apoyo a los Movimientos Patrióticos Democráticos de China (HKA).
Luego, el 30 de mayo de 1989, llevé a Pekín algunas de las donaciones recogidas por el HKA, a la plaza de Tiananmen, donde pude encontrar a los estudiantes, trabajadores e intelectuales del movimiento.
La noche de los sucesos del 4 de junio, me dijeron que me fuera porque había rumores sobre una evacuación de la plaza de Tiananmen por parte del ejército.
Desde mi hotel, durante toda la noche, oí disparos. Vi cómo los tanques entraban en la plaza de Tiananmen a primera hora de la mañana y vi también cómo los triciclos pasaban sin descanso delante de mi hotel, en la avenida Chang’an, cargando muertos y heridos. El 5 de junio de 1989 me arrestaron y me encarcelaron. Los siguientes tres días fueron los más espantosos de mi vida.
Pero afortunadamente, llegaron algunos hongkoneses [para obtener mi libertad] y pude volver a Hong Kong el 8 de junio de 1989. Mi optimismo y mi esperanza de una China democrática se convirtió de pronto en desesperación. Creo que muchos chinos y hongkoneses de aquella época compartían mis sentimientos, pero no claudicamos. Luchamos contra viento y marea con la esperanza de una China libre y democrática.
Desde entonces, cada 1° de octubre, día de la fiesta nacional china [1-10-1949, creación de la República Popular China, ndt], no ha sido organizada ninguna fiesta oficial, pero expresamos nuestro dolor ante la tragedia nacional.
El 1 de octubre de 2019, efectuamos los mismos rituales de siempre en las calles, levantando las mismas exigencias de que las víctimas de los acontecimientos del 4 de junio de 1989 sean vengadas, y llamamos a la instauración de la democracia.
Su Señoría, durante más de 40 años, he luchado por una reforma democrática en China. Es un amor con el corazón desgarrado, un amor no correspondido.
Recuerdo una dolorosa cita de Bai Hua, un escritor emblemático de aquella época de la «literatura de las cicatrices» en China: «Amas a tu país, pero ¿tu país te ama a ti?».
Recientemente, el término «patriota» ha sido profusamente discutido en Hong Kong, y el gobierno chino propugna la «dominación de Hong Kong por los patriotas». Pero, ¿quién es un verdadero patriota? Si el amor a la patria significara el amor al Partido Comunista Chino (PCC), la respuesta sería mucho más fácil porque los principios políticos del PCC implican una obediencia absoluta. Hay un famoso dicho que dice que apoyar al PCC significa «aplicar cuando se entiende, aplicar cuando no se entiende, y entender a fondo cuando se aplica», y creo que eso lo explica todo.
Sin embargo, opté por vivir en la verdad y por pensar como pienso. Según mi propia definición, el patriotismo consiste en amar a su pueblo. La función del Estado ha de ser la de proteger la libertad y la dignidad de sus ciudadanos, pero no la de controlar sus conciencias y su comportamiento.
Su Señoría, elegí el camino de la democracia. Durante todos estos años he manifestado en la calle y siempre me he mantenido fiel a mis ideas y a mi compromiso inicial. (Publicado originalmente en Hong Kong Confederation of Trade Unions (HKCTU), 25-5-2021 https://en.hkctu.org.hk/) Traducción al francés de la Union Syndicale Solidaires https://solidaires.org/)
Lee Cheuk-yan, secretario general de la Confederación sindical de Hong Kong HKCTU https://en.hkctu.org.hk/
(Publicado originalmente en Hong Kong Confederation of Trade Unions (HKCTU), 25-5-2021 https://en.hkctu.org.hk/) Traducción al francés de la Union Syndicale Solidaires https://solidaires.org/)
Traducción de Ruben Navarro – Correspondencia de Prensa