«Dennos su cuerpo. Queremos darle un entierro respetable». Ese es el clamor que se oye en toda Cachemira luego del ahorcamiento de Mohammad Afzal Guru, condenado por su participación en el ataque contra el parlamento de India el 13 de diciembre de 2001, en el que murieron nueve personas. Afzal Guru fue condenado por un […]
«Dennos su cuerpo. Queremos darle un entierro respetable». Ese es el clamor que se oye en toda Cachemira luego del ahorcamiento de Mohammad Afzal Guru, condenado por su participación en el ataque contra el parlamento de India el 13 de diciembre de 2001, en el que murieron nueve personas.
Afzal Guru fue condenado por un tribunal en 2002. Dos años después, la Corte Suprema de India confirmó el fallo. El 3 de este mes el presidente Pranab Mukherjee rechazó una petición de clemencia presentada por la familia y fue ejecutado el 9 en la cárcel de Tihar, en Nueva Delhi. Su cuerpo fue enterrado en las instalaciones de ese centro penitenciario.
Su familia y muchos otros objetaron ese entierro. «No nos callaremos hasta que el cuerpo de nuestro amado hermano nos sea devuelto», dijo con voz quebrada Aijaz Guru en conversación telefónica con IPS desde su casa en Doabgah-Sopore, 65 kilómetros al norte de Srinagar, la capital del norteño estado indio de Jammu y Cachemira.
«Queremos darle un sepelio decente», añadió Guru, hermano mayor del ejecutado.
«Somos bien conscientes de que nuestro hermano se convirtió en víctima de la política. Ahora se nos debe entregar su cuerpo. Es nuestro derecho», añadió.
La demanda por el cuerpo de Afzal Guru es la segunda de su clase en Cachemira. Desde hace años, muchos exigen la devolución de los restos de Maqbool Bhat, líder separatista cachemiro ahorcado y enterrado en la cárcel de Tihar el 11 de febrero de 1984, luego de haber sido condenado por el asesinato de un oficial indio.
Los cachemiros mantienen una tumba vacía para Bhat en el «Cementerio de los Mártires» de Srinagar.
La ejecución de Afzal Guru desató fuertes reacciones de la sociedad civil y de los partidos políticos de Cachemira y del resto de India.
Teniendo en cuenta que este país celebrará elecciones el año próximo, muchos creen que Guru fue ahorcado por razones políticas y que no recibió un juicio justo.
«Esto es parte del teatro electoral de India, y todo está motivado por consideraciones electorales, en las que los cachemiros son chivos expiatorios», dijo a IPS el líder separatista Mirwaiz Umar Farooq en diálogo telefónico desde Nueva Delhi, donde fue detenido brevemente luego del ahorcamiento de Guru.
«Sí, hubo política involucrada en cada etapa, y de hecho fue un juicio político más que un juicio penal», coincidió Anuradha Chenoy, profesora en la Escuela de Estudios Internacionales en la Universidad Jawaharlal Nehru, en Nueva Delhi.
Chenoy dijo a IPS que había muchos vacíos en el sistema judicial indio, y que los tribunales inferiores eran en muchos casos parciales. «Es bien sabido que Guru no recibió un juicio justo», añadió.
La académica además expresó su pesar por el hecho de que no se le hubiera concedido el último deseo de ver a su familia.
«El deseo de cualquier persona antes de morir es ver a su familia. Es bastante lamentable que no recibiera la oportunidad de ver a su esposa y a su hijo antes de ser ahorcado», indicó.
Los amigos de Guru aseguran que él había «renunciado a la militancia» separatista a fines de los años 90, y que había instalado un negocio relacionado con la industria farmacéutica.
Syed Abdul Rehman Geelani, conferencista de la Universidad de Nueva Delhi y quien fue absuelto en el mismo caso, dijo que el gobierno no informó a la familia de Afzal Guru que sería ejecutado.
«Su esposa no tenía la menor idea. Según la ley, tenía todo el derecho a verlo antes de la ejecución», dijo a IPS.
«La desperté temprano esa mañana y le informé de que había rumores de que sería ahorcado. Fue muy duro para ella, porque no sabía nada de eso. Me dijo que no había recibido ninguna comunicación», añadió.
No obstante, el secretario del Interior de India, R. K. Singh, aseguró que se le envió a la familia una carta por correo rápido.
El ministro jefe de Jammu y Cachemira, Omar Abdalá, criticó esa forma de notificación. «Si se le va a informar a alguien por correo que un miembro de su familia va a ser ahorcado, entonces hay algo muy mal en el sistema», dijo.
El funcionario calificó de «inaudita» la forma en que se procesó la ejecución. «Hay suficientes voces en el resto del país diciendo que la evidencia fue fraguada», dijo en una entrevista para el canal de televisión indio NDTV.
Según Abdalá, podría haber consecuencias políticas. «Podemos afrontar las implicaciones de corto plazo pues hemos tomado las suficientes medidas de seguridad para eso, pero nos preocupa las consecuencias políticas a largo plazo de esta ejecución», señaló.
Mehbooba Mufti, presidente del Partido Democrático Popular, la mayor fuerza opositora en la asamblea legislativa india, señaló que, aunque «no se debió haber realizado el ahorcamiento, la devolución del cadáver de Afzal era lo último que podía hacer el gobierno para mostrar humanidad».
El gobierno cachemiro impuso toque de queda en todo el estado. Al menos tres personas murieron y cientos han resultado heridas en enfrentamientos entre la policía y personas que desafiaban las restricciones al tránsito.
Los servicios de Internet han sido bloqueados para impedir que se organicen protestas a través de las redes sociales.
Fuente: http://www.ipsnoticias.net/wap/news.asp?idnews=102342