Traducido por Mariví Martínez M. para Rebelión
Estoy desconcertado por la reacción mundial por la tragedia del tsunami. ¿Por qué arman tanto alboroto los periódicos, la televisión y los políticos? ¿Por qué los británicos han aflojado más de 100 millones de libras para ayudar a los sobrevivientes y por qué Tony Blair está ahora prometiendo «cientos de millones de libras»? ¿Por qué Australia se suscribe con 435 millones de libras y Alemania con 360? ¿Y por qué el Sr. Bush compromete 187 millones?
Por supuesto que es maravilloso ver a la raza humana uniéndose por ayudar a las víctimas del desastre, pero es la inconsistencia lo que no logro explicarme. Nadie está haciendo esta bulla con la cantidad de gente que ha muerto en Iraq, y ! sin embargo es una catástrofe humana de dimensiones equivalentes.
Según el único intento de estimación científica que se ha hecho, las muertes iraquíes desde el comienzo de la guerra suman más de 100.000. El costo en víctimas del tsunami asciende a un total de 150.000. No obstante, en el caso de Iraq los medios parecen ser reacios a recalcarle al público la magnitud de la carnicería.
No he visto demasiados cronistas televisivos transmitiendo desde las ruinas de Falluja y describiendo jadeantes cómo en 30 años de profesión nunca habían visto tragedia humana semejante. El Papa no ha hecho ningún llamado para que todos recordemos a los iraquíes muertos en nuestras oraciones y MTV no ha hecho un minuto de silencio en memoria de esos caídos.
Tampoco se desviven Blair y Bush por mostrar que admiten la dimensión del desastre en Iraq. Por el contrario, han estado haciendo su mejor esfuerzo por ocultar la cifra de muertos.
Cuando la Escuela de Salud Pública d! e la Universidad John Hopkins llegó a la cifra de 100.000 muertos en Iraq y publicó sus cálculos en uno de los más destacados periódicos científicos –el «Lancet»– Downing Street cuestionó su metodología aduciendo que «los investigadores habían utilizado una técnica de extrapolación que ellos consideraban inadecuada, en vez de basarse en el recuento detallado de los cadáveres». Por supuesto que un «recuento detallado de los cadáveres» es precisamente lo que los militares estadounidenses no le permiten hacer a nadie.
Lo que es más insólito es la forma en la que tantos medios se han alineado, minimizando la única estimación fidedigna de víctimas en Iraq con la misma unanimidad con la que nos han recalcado la cantidad de muertos por el tsunami.
Uno de los autores del mencionado informe, el Dr. Gilbert Burnham, dijo: «nuestros datos han ido y venido entre diferentes revisores en el Lancet y aquí en la Escuela, así que contamos con peso científico suficiente como para ! poder decir lo que decimos con gran certeza».
Entonces ¿son menos merecedoras de nuestra piedad las muertes causadas por bombas y disparos que las que causa una ola gigante? ¿O vale menos la pena contar vidas iraquíes que contar vidas indonesias, tailandesas, indias y suecas?
¿Por qué nuestras televisoras y periódicos no están recaudando fondos para socorrer a los iraquíes cuyas vidas han sido destrozadas por la invasión? ¿Por qué no están gritando indignados contra el tsunami que la mano del hombre ha creado en Medio Oriente? Es verdaderamente desconcertante.
—————-
· Terry Jones es director de cine, actor e integrante de Monty Python. Su libro «Terry Jones’s War on the War on Terror» será publicado este mes por The Nation.