Tras el golpe de estado en Myanmar en febrero y sin señales de resolución de la crisis, China tiene muchas razones para estar inquieta por sus intereses en el país. Parece estar, en estos momentos, haciendo planes de contingencia para desplegar sus tropas y proteger esos intereses.
Tras el golpe de estado en Myanmar en febrero y sin señales de resolución de la crisis, China tiene muchas razones para estar inquieta por sus intereses en el país. Parece estar, en estos momentos, haciendo planes de contingencia para desplegar sus tropas y proteger esos intereses.
Los intereses de China en Myanmar han aumentado gradualmente en los últimos años a través de tres medios diferentes pero relacionados: particulares que invierten, sobre todo, en Mandalay y el norte de Myanmar, empresas que invierten en polígonos industriales y tierras de cultivo, e inversiones a nivel estatal en proyectos de desarrollo a largo plazo, como oleoductos y gasoductos desde Kyaukpyu a Kunming.
Pero para que estas inversiones tengan éxito, es necesario que haya paz y orden en Myanmar. Las instituciones y particulares en China saben muy bien que cuando hay desorden interno en Myanmar, las familias y las empresas de origen chino pueden convertirse rápidamente en víctimas. Y ese desorden está muy extendido en Myanmar, especialmente en las regiones fronterizas del norte, debido a los levantamientos armados contra el estado y contra facciones rivales. El comercio económico de estupefacientes y piedras preciosas supone otra amenaza para la ley y el orden.
Cuando China cerró su frontera con Myanmar en septiembre de 2020 debido a la propagación del COVID-19 y a un gobierno birmano aparentemente sobrepasado por el problema, el impacto fue evidente de inmediato. Solo en el paso fronterizo de Muse, el comercio entre los dos países tenía un valor de más de 3.4 millones de dólares al día. Comerciantes y agricultores no podían permitirse la pérdida de esos ingresos.
El cierre de la frontera perjudica a inversores chinos que han establecido plantaciones de plátanos y que ahora ven amenazadas sus inversiones con la pérdida de su mercado principal. La inversión en plantaciones de plátanos es un tema polémico en el estado Kachin donde, de los aproximadamente 40.000 acres afectados, existen extensiones de tierra que han sido designadas como vacantes o expropiadas a personas desplazadas internas.
El golpe militar en Myanmar de febrero de 2021 dio lugar a protestas generalizadas en todo el país, algunas de las cuales han implicado ataques a fábricas de gestión china en Rangún y otros lugares. Muchas personas en Myanmar culpan al gobierno chino por su supuesto papel de apoyo al golpe por motivos políticos o de venta de armas. La situación es especialmente tensa en el estado Kachin, ya que las manifestaciones están contribuyendo a la reanudación de los combates entre el ejército de Myanmar (el Tatmadaw) y el Ejército para la Independencia Kachin o KIA. El nuevo régimen militar dice que las fábricas con inversión china estarán protegidas, pero su alcance no abarca todo el país.
Dadas las dificultades para saber lo que ocurre exactamente en Myanmar en la actualidad, con la conectividad a internet comprometida, algunos detalles siguen siendo vagos. Pero parece que el conflicto actual se está utilizando como pretexto para tapar realidades conflictivas de larga duración. Por ejemplo, el Tatmadaw hizo una redada en algunas iglesias Kachin, aparentemente en busca de ciertas personas e incluso rebuscando en los cubos de basura para encontrar pruebas. Fuerzas del KIA también organizaron un ataque incendiario contra una planta de la empresa Yuzana, quizás por los vínculos de la empresa con anteriores casos de confiscación de tierras en el valle de Hukawng.
Estas escaramuzas se convirtieron en combates generalizados con numerosas bajas en ambos bandos. Las fuerzas del Tatmadaw despliegan ahora ataques aéreos y de artillería contra las comunidades de las minorías étnicas, además de los atropellos que perpetran los soldados en territorio enemigo.
Actualmente existe la posibilidad de que se produzca una escalada internacional, ya que hay informes de que tropas chinas se están reuniendo en Jiegao, una importante ciudad fronteriza, lo que no es nuevo en períodos de tensión elevada. Se dice que las tropas tienen capacidad rápida de respuesta si se considera necesario proteger los oleoductos de Kyaukpyu. Los oleoductos son una parte importante del proyecto chino Iniciativa de la Franja y la Ruta en Myanmar, junto con la autopista Muse-Mandalay, la zona industrial de Myitkyina y los planes de reurbanización de Rangún. Estos proyectos podrían unir a los dos países a nivel funcional incluso cuando los dos gobiernos apenas se hablan.
Siempre fue difícil creer que no hubiera soldados chinos en el terreno preparados para tal acontecimiento, aunque los rumores eran difíciles de corroborar. No cabe duda de que se han elaborado planes en caso de que ocurra lo peor y suponga una grave amenaza para el bienestar de los principales intereses chinos en Myanmar.
La probabilidad de una acción conjunta entre China y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático o ASEAN para estabilizar el país parece poco probable, dada la debilidad institucional de ASEAN. Tal vez exista una oportunidad para que la administración Biden entable conversaciones con China sobre el mantenimiento del orden, lo que podría actuar como una medida general para fomentar confianza. Si no es así, China podría ver la oportunidad de llevar su influencia transfronteriza a un nuevo nivel asociándose abiertamente con una o varias de las partes implicadas en los combates.
Es probable que China reciba el apoyo tanto de Laos como de Camboya en este sentido, dado el nivel de inversión que ya se destina allí. Los generales que dirigen Tailandia se han mostrado reacios a criticar a China y accedieron a la petición de devolver a personas refugiadas uigures hace unos años. Dado que personas disidentes tailandesas están siendo silenciadas en la región, es poco probable que ahora sea el momento en que Bangkok cambie de tono. De hecho, la marina tailandesa acaba de recibir tres tanques anfibios chinos.
John Walsh es el director de los programas de inglés del International College de la Universidad de Krirk (Tailandia).
Traducción del inglés al español: Cristina Alonso
Fuente: https://www.eastasiaforum.org/2021/07/03/why-are-chinese-troops-assembling-on-the-myanmar-border/