Vladimir Putin afirmó ayer que se avanza hacia una solución para desbloquear el suministro de gas hacia Europa, aunque insistió en culpar a Ucrania de los cortes y de robar gas destinado al mercado europeo, y acusó a la UE de «sostener de facto» a Kiev en este conflicto.
El primer ministro ruso, Vladimir Putin, anunció ayer que se avanza hacia una solución de la crisis del gas, para lo que dijo esperar la implicación de los consorcios europeos en los costes del tránsito, y responsabilizó exclusivamente a Ucrania del conflicto. En su primera visita a la capital alemana en calidad de jefe del Gobierno ruso, señaló que «ha habido buenos contactos con (las alemanas) E.ON, Ruhrgas, (la italiana) ENI y (la francesa) Gaz France y creo que habrá acuerdo para poner fin al bloqueo ucraniano».
Putin aspira a lograr la creación de un consorcio internacional que asuma los gastos del denominado «gas técnico», el volumen de suministro que exige Ucrania para reanudar el tráfico. Los costes de esta operación alcanzarían, según sus cálculos, unos 555 millones de euros para el primer trimestre de 2009.
La gasística estatal ucraniana Naftogaz insistió, por su parte, en que la reanudación de las exportaciones de gas natural ruso a través de Ucrania está sujeta a «condiciones técnicas» y rechazó los «ataques» de Moscú sobre su falta de «decisión política» para asegurar el bombeo. Aseguró que necesita al menos 36 horas y la entrada de un volumen determinado de carburante para reajustar sus sistemas de transmisión de gas -317 millones de metros cúbicos diarios de gas-.
«Chantaje»
En una rueda de prensa con la canciller alemana, Angela Merkel, mientras instaba a los representantes de los países europeos a acudir hoy a Moscú para tratar de solucionar esta crisis, Putin acusó a la Unión Europea (UE) de «sostener de facto» a Ucrania, colocando a Moscú y Kiev al mismo nivel, y calificó de «chantaje» la actitud de las autoridades ucranianas.
Putin admitió, sin embargo, que «no deberíamos politizar la situación» y que «no existe un único culpable». Pero a continuación insistió en que Ucrania es el único responsable de lo que está ocurriendo, que está provocando «enormes pérdidas» en el consorcio ruso Gazprom, y acusó a Kiev de «robar» el carburante destinado a los Balcanes y Europa occidental.
«Ucrania tiene que separar ambas cuestiones: los suministros a su país y los destinados al mercado europeo», enfatizó.
Merkel, por su parte, instó a ambos países a buscar una «vía de tránsito» para restituir el suministro de gas a Europa, hizo hincapié en los perjuicios graves que los cortes están provocando a los países de destino y también en la repercusión en imagen de este conflicto para los socios de Moscú y Kiev.