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Entrevista a Mohamed Hassan

¿Qué debe hacer Ahmadinejad para recibir el premio Nobel?

Fuentes: Bolpress

¿La amenaza iraní ruge a las puertas de Occidente? ¿Las elecciones fueron manipuladas? ¿Qué estaba realmente en juego? ¿Por qué Estados Unidos apoyó al movimiento de oposición? El especialista Mohamed Hassan responde a estas preguntas. P. Los medios dicen que el Irán es una gran amenaza por las declaraciones de Ahmadinejad sobre Israel y su […]

¿La amenaza iraní ruge a las puertas de Occidente? ¿Las elecciones fueron manipuladas? ¿Qué estaba realmente en juego? ¿Por qué Estados Unidos apoyó al movimiento de oposición? El especialista Mohamed Hassan responde a estas preguntas.

P. Los medios dicen que el Irán es una gran amenaza por las declaraciones de Ahmadinejad sobre Israel y su programa nuclear. ¿Es Irán realmente un país peligroso?

R. En primer lugar, Uds. deben saber que ese famoso programa nuclear ha debutado en la época del régimen precedente, el del Sha. ¡Con el apoyo de Estados Unidos! Además, una campaña es llevada por los opositores de Ahmadinejad al interior y al exterior del país, pretendiendo que Irán quiere entrar en guerra con Israel, lo que es falso. Irán no quiere entrar en confrontación con nadie, sólo quiere afirmar su soberanía nacional, por tanto la apuesta nuclear debe ser abordada bajo este ángulo. Para el pueblo iraní, es una cuestión de derecho a la autodeterminación.

P. Pero Israel se siente amenazado. Ya que Ahmadinejad niega el Holocausto, ¿no?

R. No. Reconoció que el Holocausto fue un acontecimiento terrible pero sobre todo subrayó el hecho que las personas que cometieron ese genocidio no pagaron el precio mientras que los palestinos lo han hecho. Durante la Primera Guerra Mundial, Alemania atacó a sus vecinos y pagó el precio. Por ejemplo, Bélgica fue indemnizada por Alemania.

¿Cuál es la verdadera posición de Ahmadinejad? Dice que para establecer cuáles son las personas responsables del Holocausto y hacerlas pagar, debemos estudiar este acontecimiento trágico y hacer este debate público. Este elemento esencial es escondido por la campaña anti-Ahmadinejad: ciertas personas le hacen preguntas y luego sacan sus respuestas del contexto. Además, la cuestión de la responsabilidad en el Holocausto se ha vuelto un tabú. Toda esta propaganda contra Ahmadinejad visa a desestabilizar a Irán.

P. ¿Por qué?

R. Noam Chomsky ha explicado en su libro «The Fateful Triangle» cómo Israel -en la época del Sha-, quería construir una alianza con Irán, Turquía y Etiopía para quebrar el nacionalismo árabe en la región. Hoy, Israel quisiera que Irán fuese dirigido por un gobierno complaciente. El objetivo inmediato de la campaña contra Ahmadinejad es hacer que cesen las relaciones entre Irán por un lado, y el Hezbollah y el Hamas por el otro. Esto consolidaría la posición de Israel sobre dos puntos. Primero, los países pro-occidentales de la región en buenos términos con Israel (como Egipto o Jordania) serían reforzados.

Luego, en Palestina, la posición de Abbas sería confortada y los elementos que quieren resistir a Israel serían debilitados. He aquí las razones de la campaña israelita contra Ahmadinejad.

P. ¿La cuestión Palestina y el programa nuclear no han servido de pretextos electorales, a Ahmadinejad, para reunir a la población alrededor de sentimientos nacionalistas?

R. Es lo que también han pretendido ciertos oponentes de Ahmadinejad durante la campaña. Claro, el pueblo iraní, que conoció las privaciones con el Sha, muestra solidaridad por los palestinos, pero eso no podía ser un elemento crucial para determinar el resultado de las elecciones: no es Palestina quien va a dar trabajo y alimento a los iraníes. De hecho, la visión política de Ahmadinejad pesa sobre el Estado: para él, es este Estado que debe controlar todo. Es por esto que fue elegido por los trabajadores, los campesinos y los obreros de las ciudades: estas personas benefician de la intervención del Estado y de su política económica. Al contrario, los reformistas como Moussavi (que era apoyado por el Occidente) no están de acuerdo con esta visión.

P. ¿Cuál es su posición?

R. Estos reformistas vienen de lo que es llamado la «burguesía del Bazar», una burguesía que existe desde hace mucho tiempo en los países islámicos. Está compuesta por productores artesanos asociados al campesinado. En época del Sha, la burguesía del Bazar no era tan importante ya que el país estaba dominada por la burguesía compradora, que utilizaba al Estado y las finanzas del gobierno para comerciar con los países imperialistas a través de las importaciones / exportaciones. Los compradores no producen nada, no hacían otra cosa sino vender productos, es por esto que la economía iraní era muy dependiente de las fuerzas extranjeras.

En esa época, la burguesía del Bazar no estaba apoyada por los compradores; tanto es así, que le faltaba capital y tecnología. Es por esto que apoyó a Khomeiny durante la revolución islámica de 1979. El sistema económico iraní fue de esta forma transformado y con el desarrollo de la burguesía del Bazar en detrimento de la de los compradores, el país pasó de un status neocolonial a un modelo independiente.

Las gentes pertenecientes a la burguesía del Bazar vieron en la revolución una oportunidad de utilizar el capital del Estado para tener mucho dinero. ¡Y hoy en día muchos de ellos son millonarios! Los reformistas tal como Moussavi, Rafsandjani o Khatami vienen de ese grupo. Son llamados reformistas, no por que tengan ideas progresistas sino porque quieren cambiar el sistema económico actual, con menos intervención del Estado y más privatizaciones. Esto permitiría a ciertos de ellos volverse aún más ricos, representando Irán un enorme mercado. Esto era la apuesta principal de las elecciones, y como dije, la mayoría de los iraníes, que benefician de la intervención del Estado, escogieron a Ahmadinejad en vez del «reformista» Moussavie.

P. ¿Según Ud. esas elecciones no fueron manipuladas?

R. Claro que no. La idea de que fueron trucadas viene de la propaganda llevada para marginalizar a Ahmadinejad y colocar en Irán un gobierno pro-occidental. Basta con analizar ciertos elementos para ver que esta idea de fraude no es seria. Primeramente, la Fundación Rockefeller financió una ONG para realizar un sondaje de opinión dos semanas antes de las elecciones: Ahmadinejad estaba posicionado vencedor en tres contra uno. Segundo, nuestros Medios occidentales no mostraron jamás los debates que fueron organizados durante la campaña en Irán: cualquiera hubiera podido ver que se trataba de debates muy abiertos y hubiera podido comprender por qué Ahmadinejad fue elegido por los trabajadores. Tercero, podríamos preguntar: ¿quiénes son los que pretenden que hubo fraude en Irán? ¿Por qué Estados Unidos no se interesa por la democracia en los Emiratos? ¿Por qué no hay campaña contra Afganistán donde las elecciones fueron manifiestamente manejadas? etc.

Para responder a estas preguntas, debemos comprender que según los intereses imperialistas, certificados son dados para definir donde estás las buenas elecciones y dónde las malas. En fin, el pueblo iraní ha visto lo que las fuerzas imperiales han hecho en Irak, en Afghanistan y en Pakistan Y eso es también una de las razones por las cuales los iraníes escogieron a Ahmadinejad, que construye una alianza antiimperialista con países como China o Rusia. Por el contrario, los reformistas, llamados más «pragmáticos», están de hecho listos a establecer buenas relaciones con los países imperialistas para comerciar con ellos.

P. Hillary Clinton recientemente ha confesado que Estados Unidos había entusiasmado al movimiento de oposición iraní después de las elecciones. Pero no es la primera vez que Washington intervenía en la política de Irán, ¿no es cierto?

R. En efecto, en 1953, la CIA tumbó al primer ministro iraní Mossadegh. Había sido elegido por sus ideas nacionalistas y progresistas. En 1951 nacionalizó la industria petrolera, lo que provocó la cólera de los intereses anglosajones en la región. Una operación orquestada por la CIA lo reemplazó por Mohammad Reza Paahlavi, el Sha, que defenderá los intereses imperialistas en la región por un buen tiempo.

Para Estados Unidos era muy importante tener un aliado en Irán, ya que el Golfo había sido largo tiempo dominado por el Imperio Británico. Pero, después de los años sesenta, este último declinó y los británicos no tuvieron ya los medios de financiar sus posiciones estratégicas en esta región.

Mientras salían del Golfo, Estados Unidos temieron que la influencia de los Soviéticos y que el nacionalismo árabe lo disfrutaran para reforzarse. Es por esto que Washington utilizó el Sha para jugar al Policía en la región y defender sus intereses. El Sha disfrutó de los dineros del petróleo para construir un enorme poder militar y un servicio de Inteligencia sólido e inmisericorde: la Savak. En ese momento dos fuerzas se enfrentaban en la región: los revolucionarios, que adquirían cada vez más legitimidad con las masas, como el Gobierno de Nasser o la revolución republicana en el Yemén; del otro lado, los pro-imperialistas como el régimen saudita wahhabita, el gobierno del Kuwait o Jordania. La dictadura militar establecida por el Sha con la ayuda de Estados Unidos contribuyó fuertemente a la victoria de las fuerzas pro-imperialistas.

P. ¿Cuál era la situación en Irán bajo la dictadura del Sha?

R. El pueblo iraní sufrió mucho de este régimen. Como ya dije, el país estaba dominado por la burguesía compradora, llevada por realistas feudales y un régimen militarista, en un Estado semi-colonial sin la menor visión de construir una industria nacional. La burguesía nacional por su parte era muy débil y la mayoría de la población estaba compuesta por el campesinado, la pequeña burguesía y el pequeño proletariado. Las diferencias sociales eran enormes.

Algunos eran todavía más ricos que lo que Uds. puedan ver en Beverly Hills; por el contrario, muchos iraníes no habían visto jamás el color de unos zapatos. Es por esto que la gran mayoría del pueblo iraní apoyó la revolución islámica de 1979 que tumbó al Sha. Las apuestas de las diversas clases sociales, he ahí de hecho el único medio de comprender a Irán antes y después de la revolución.

P. ¿Cómo se produjo la Revolución? ¿Cómo Irán fue transformado?

R. Seguro, por causa de las enormes diferencias entre las clases sociales, partidos y asociaciones querían cambiar de régimen. El más importante de esos partidos fue, durante mucho tiempo, el partido comunista: «Toudeh». El Sha los combatió vigorosamente, pero su mayor error probablemente fue el dejar desarrollarse a la Organización de los Mojahidines del Pueblo Iraní (OMPI).

Esta se inspiraba en la teología de la Liberación (en América latina), combinando un análisis marxista de las clases con el pensamiento islámico. El Sha pensaba que si un grupo aportaba una nueva teoría mezclando Marx y el Islam, la influencia de su principal enemigo, el comunismo, declinaría.

Pero el OMPI era de hecho más que un partido ya que sus gentes tenían una verdadera visión, como los sandinistas en Nicaragua. Y se volvieron populares y muy fuertes. Sin embargo, para lograr tumbar al Sha, les faltaba un líder. Y es por esto que quisieron servirse de Khomeiny (que estaba entonces exilado en Francia), ya que era un líder religioso carismático y anti-imperialista. Pero Khomeiny tenía su propia visión. Tanto es así que cuando el Sha fue tumbado, Khomeiny afirmó en seguida su ideología y tomó el poder.

Esto creó tensiones entre los Mojaidines y el pueblo. Los dos campos se enfrentaron y finalmente Khomeiny se impuso porque él beneficiaba del apoyo de la burguesía del Bazar.

P. ¿Cuál era la visión de Khomeiny?

R. Para Khomeiny, es a los pueblos del tercer mundo, oprimidos por el imperialismo, que debía volver el poder. El quería crear un frente unido de los pueblos y sostuvo por ejemplo a los sandinistas de Nicaragua. De esta manera, Irán pasó del status de Estado neocolonial al de Estado independiente. La primera medida del gobierno fue nacionalizar el petróleo tal como Mossadegh lo había hecho antes. Khomeiny cambió igualmente el sistema político dictatorial del Sha. Declaró que hacía falta un parlamento y alguien para controlarlo en base a la religión y la independencia nacional: el Guía Supremo.

P. Siendo que la candidatura a las elecciones debe ser aprobada por el Guía Supremo, ¿el sistema político iraní es realmente democrático?

R. La definición de la democracia es ella misma una gran pregunta. ¿Hay en Irán una democracia de tipo occidental, una democracia de Estado burgués? Seguro que no. El Guía Supremo controla en efecto el sistema político iraní pero sería ingenuo creer que las elecciones de los países occidentales son un ejemplo de una mejor democracia. Las elecciones por aquí se hacen sobre la base de fuerzas que se encuentran detrás de los partidos y que no vemos directamente. Irán por su lado es una republica islámica y todos los partidos deben pues basarse sobre la religión. Los partidos laicos son vistos como un invento del Occidente que pudiera dividir al pueblo y amenazar la soberanía nacional del país.

Es precisamente esta independencia iraní que frustra los países imperialistas. Estos en realidad no tienen ningún problema con el hecho que el Irán sea un Estado islámico. Arabia Saudita es un Estado islámico donde ni siquiera hay elecciones, y los países imperiales no tienen ningún problema con esto ya que Arabia Saudita es un país amigo. El verdadero problema es que Irán tiene una visión independiente sobre su soberanía nacional.

Imaginemos que Ahmadinejad abandone su visión de independencia nacional y adopte un sistema donde los intereses imperialistas serían defendidos como en Arabia Saudita: ¡recibiría ciertamente el Premio Nobel!

P. Hace algunos días, Zbigniew Brzezinski, el consejero de Obama, declaró que si Israel atacara Irán, Estados Unidos debería interceptar sus bombarderos. ¿No es esto sorprendente?

R. Brzezinski constata que Estados Unidos han sido gravemente debilitados sobre el plano económico y militar por dos razones. Primero, los neoconsevadores, cuando llegaron al poder, han utilizado al 11 de setiembre como pretexto para hacer la Guerra y han transformado al conjunto del mundo musulmán en enemigo. Fue totalmente loco y contra-productivo para Estados Unidos. Además, la invasión a Irak fue un pesado error: no reforzó a Estados Unidos, sino que los hundió en serios problemas.

En ese contexto, Brzezinski trata de encontrar soluciones siempre guardando el espíritu que el objetivo más importante para su país es el de contener el desarrollo de su principal rival: la China. Una parte de la solución consiste en reforzar a la OTAN, ya que esta institución puede aportar una respuesta a los problemas de Occidente en general y a Estados Unidos en particular. Es cierto que -por esta razón- Brzesinski ha aprobado la propuesta de Gran Bretaña, de Alemania y de Francia de tener una nueva conferencia internacional sobre Afganistán: es primordial que la OTAN no conozca una derrota afgana como conocieron los Soviéticos y que la OTAN es la única clave que permitirá a Estados Unidos el jugar un nuevo rol importante en el mundo.

Otra parte de la solución reposa sobre nuevos socios para construir una alianza más fuerte contra China. Bajo esta óptica, Brzezinski considera que la política en vista a Irán en particular, pero también en vista de otros países musulmanes y hasta de Rusia, no debería ser agresiva. Debería estar basada sobre el diálogo y no volverse a encontrar atrapada por la propaganda sionista de Israel.

He aquí cómo se explica el discurso de Obama en El Cairo. Estados Unidos debe convencer a los musulmanes, a los hindúes y a la burguesía rusa que ellos tienen más interés en aliarse con las fuerzas occidentales más que con China. Es por esto que Brzezinski ha dicho que la cólera de los países que habían sido considerados como enemigos por la administración Bush debería ser ahora tomada en consideración. Estos países deberían ahora tener el derecho de utilizar sus propios recursos. Las razones de estos cambios políticos son claros: Estados Unidos debe impedir a estos países construir un otro sistema mundial para mantenerlos en un sistema dominado por Washington.

P. ¿Esto será la señal de que las relaciones entre Estados Unidos e Israel no son ya tan buenas?

R. Primero, no es que Israel hace la política en Estados Unidos, es la burguesía americana quien decide. Pero hay un hecho: existe una profunda división en el seno del imperialismo estadounidense. Uds. tienen esta primera corriente, atrasada, que persiste en creer que pueden continuar sobre la vía militar, pero esto no es realista: el país va a conocer un problema demográfico, y una confrontación militar con China está perdida por adelantado. La otra tendencia, en la que Ud. encuentra Brzezinski y Obama, sabe por contra que se debe hacer prueba de táctica y mostrarse realista para mantener la hegemonía estadounidense. Ellos dicen: «Nosotros debemos conocer nuestra fuerza y nuestros límites y trabajar sobre eso. Con el fin de estar seguros que nuestra fuerza no sea percibida de manera negativa sino positiva. Nuestra fuerza debe constituir una garantía para nuestros socios».

Estados Unidos tienen evidentemente nexos muy fuertes con Israel, pero el punto euro-asiático (el control de la Eurasia) es lo más importante: es allí donde se va a decidir el futuro de la Humanidad. Brzezinski quiere pues controlar la olla, él sabe que la temperatura de esa olla debe ser decidida por cocineros suspicaces, no por lunáticos. En efecto, si la olla se desbordara, va a incendiar todo el mundo y los americanos serán sacados fuera de la región.

He aquí lo que explica la declaración de Brzezinski sobre los bombarderos israelitas y el hecho de que por la primera vez, Estados Unidos hacen concesiones y autorizan a otras fuerzas occidentales a venir al Golfo. Es el caso por ejemplo de Francia con una base militar en los Emiratos Árabes Unidos. Pero esto también testimonia de la debilidad en la cual se encuentran ahora Estados Unidos.

Hassan contesta preguntas de los lectores

La semana pasada (cuando publicamos la entrevista en francés), al situar los acontecimientos acaecidos en Irán en su contexto histórico y al proyectar el foco sobre los intereses que los grandes medios de información ocultan con tesón, Mohamed Hassan nos entregó aquí mismo las llaves para entender mejor el desafío fundamental: la soberanía nacional de esa nación frente al imperialismo occidental [1].

Muchos fueron los comentarios positivos tras esa entrevista, ampliamente difundida por el mundo. Sin embargo, la república islámica y su presidente no dejan de ser temas de controversia y algunos lectores han cuestionado a Mohamed Hassan: «¿Es que criticar a Ahmadinejad significa situarse en el bando del imperialismo?»; «Para mí, la única postura valedera es apoyar la lucha de los movimientos progresistas»; «¿Es que usted justifica la opresión?»; «Usted cita a Chomsky, sin embargo, él mismo apoyo al movimiento de oposición tras las elecciones en Irán». Les estamos agradecidos a nuestros lectores por su contribución a una información de calidad. He aquí les respuestas de Mohamed Hassan en la siguiente entrevista «epílogo».

P. «¿Es que criticar a Ahmadinejad significa situarse en el bando del imperialismo?»

R. Es ésa una interpretación de lo que dije. Las críticas, claro está, son legítimas. Donde no existe la contradicción no existe la vida. Pero debemos distinguir, por una aparte, las contradicciones en el seno de una misma familia las cuales se han de resolver de manera democrática, y, por otra parte, las contradicciones antagónicas que piden una revolución. Como antiimperialista, yo apoyo la defensa de la soberanía nacional iraní frente al imperialismo. Desde luego, Irán es un Estado burgués vestido con un traje islámico o teocrático. Pero no me incumbe a mí resolver los problemas de los iraníes con el régimen presente. Eso le incumbe al pueblo iraní.

P. Como marxista, ¿por qué no apoyó usted el movimiento de protesta tras las elecciones?

R. Siempre apoyaré al sector más progresista de la sociedad iraní que defienda la soberanía y la independencia del pueblo iraní frente al imperialismo. Consta que el movimiento encabezado por Mousaví no se sitúa en esa perspectiva. Los supuestos reformistas, durante años, mantuvieron muy buenas relaciones con los imperialistas. Por ejemplo, después del 11 de septiembre, Irán, en donde imperaba entonces el gobierno de Jatami, fue quien movilizó todas sus fuerzas diplomáticas para reunir los grupos más importantes, en Afganistán, con el objetivo de formar un gobierno. Cuando Estados Unidos tenía grandes dificultades para conseguirlo, el Irán de Khatami les dio una mano formando el gobierno de Karzai. Pero con eso se entabló un debate importante, en Irán, sobre el hecho de que el país se estaba dejando acorralar por el imperialismo estadounidense. Ése es uno de los elementos que constituyen el contexto en el que Irán pasó de «los reformistas» a Ahmadinejad. Y por eso, en contra de este último, Estados Unidos apoyó a Mousaví en las últimas elecciones. Su meta era restablecer relaciones «pragmáticas» con Irán.

P. ¿Cuáles hubieran sido las consecuencias si hubiese triunfado el movimiento de oposición?

R. En primer lugar, un Estado comprador [esto es sometido al extranjero] hubiera sido instalado de nuevo en Irán y las riquezas del país, otra vez, hubieran sido saqueadas como lo eran bajo el Sha. En segundo lugar, no tenemos que perder de vista que los países vecinos, Irak y Afganistán, están en guerra. Si las fuerzas contrarrevolucionarias toman el poder, Estados Unidos tendrá una ventaja considerable para ejercer su control en Asia al dominar Irak y Afganistán. También podrá debilitar a sus opositores estratégicos – Rusia, India y China -controlando los importantísimos recursos de la zona. Por último, la resistencia palestiniana se hallará aislada y, probablemente, será derrocado el gobierno en Siria.

P. Ahmadinejad no siempre es considerado como un progresista. ¿No resulta extraño que usted lo apoye?

R. No apoyo a Ahmadinejad en todo lo que emprende. Claro está, preferiríamos que a la independencia iraní la apoyara el movimiento más progresista posible. Pero los acontecimientos que acaecen en el mundo no siempre nos llegan con el envoltorio que más nos agrada. Es pues importante mirar detrás del color del envoltorio, cuáles son las verdaderas contradicciones y los diferentes aspectos del problema. Por un lado, Ahmadinejad defiende a Irán contra el imperialismo: eso es lo que me interesa a mí y por eso lo apoyo. Por otro lado, Ahmadinejad es un nacionalista al frente de su país, pero yo no pretendo resolver los problemas que se plantean en el seno de la sociedad iraní: al pueblo iraní es a quien le incumbe resolverlos.

Notas:

[1] Mohamed Hassan, ¿Qué tiene que hacer Ahmadinejad para que le otorguen el premio Nobel?

Algunas lecturas encomendadas por Mohamed Hassan:

– The Persian Puzzle, par K. Pollack (ancien conseiller de Clinton et analyste de la CIA), Brookings Institution, 2004

– Ervand Abrahamian, Iran Between Two Revolutions, Princeton Studies, 1982

– Ervand Abrahamian, The Iranian Mojahedin, Yale University Press, 1989

– Trita Parsi , Treacherous Alliance: The Secret Dealings of Israel, Iran and the United States, Yale University Press, 2007

– Noam Chomsky, Fateful Triangle: The United States, Israel, and the Palestinians, South End Press, 1983.

– Zbigniew Brzezinski, An agenda for Nato, Foreign Affairs, septembre-octobre 2009

– Michel Collon, ¿Cúal será, mañana, la política internacional de Estados Unidos?

– Simpson, Christopher, The Splendid Blond Beast: Money, Law, and Genocide in the Twentieth Century. New York, Grove Press, 1993. 399 pages. Reprinted in 1996 by Common Courage Press

– Kenneth M. Pollack, A path out of the Desert, A Grand Strategy for America in the Middle East, Random House, 2008

– Mahmood Madmani, Good Muslim, Bad Muslim, Three Leaves, 2005

Traducido para Investig’Action por Mónica Chalbaud.

Fuente: http://www.michelcollon.info/index.php?option=com_content&view=article&id=2297:ique-debe-hacer-ahmadinejad-para-recibir-el-premio-nobel&catid=1:articles&Itemid=2

Tomado de: http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2009101901