Al menos ocho soldados murieron el sábado y dos resultaron heridos tras la destrucción con una bomba del vehículo blindado en el que viajaban en el centro de la India, en un ataque atribuido por la policía a rebeldes maoístas. Los insurgentes colocaron y activaron un artefacto explosivo que voló el vehículo blindado cuando se […]
Al menos ocho soldados murieron el sábado y dos resultaron heridos tras la destrucción con una bomba del vehículo blindado en el que viajaban en el centro de la India, en un ataque atribuido por la policía a rebeldes maoístas.
Los insurgentes colocaron y activaron un artefacto explosivo que voló el vehículo blindado cuando se desplazaba por una zona boscosa del distrito de Bijapur, estado de Chattisgarh, dijo el director general de la policía estatal, Vishwa Ranjan.
«Los soldados (paramilitares) se dirigían sus casas para pasar las vacaciones cuando el vehículo en el que viajaban fue volado con explosivos. Al menos dos más resultaron heridos», informó la fuente.
El ataque es el primero de los rebeldes maoístas en el estado de Chattisgarhde desde que mataron el 6 de abril a 76 soldados paramilitares en una emboscada.
Bijapur se ubica a 285 kilómetros (170 millas) al sur de Rapier, la capital del estado.
Inspirados por el dirigente revolucionario chino Mao Zedong, los rebeldes combaten desde hace más de cuatro décadas al gobierno central. Las reivindicaciones de la guerrilla son tierras y empleos para los pobres y para campesinos que rentan parcelas.
Unas 2.000 personas, entre ellas policías, guerrilleros y civiles, han muerto en los últimos años de lucha.
Las autoridades llaman con frecuencia naxalitos a los guerrilleros maoístas debido a que el movimiento armado surgió a finales de la década de 1960 en la zona de Naxalbari, del estado vecino de Bengala Occidental.
Los rebeldes han aprovechado para su causa el enfado cada vez mayor de los pobres de las zonas rurales a los que no llegan los beneficios de los avances económicos en el país.
La guerrilla, de entre 10.000 y 20.000 combatientes, tiene presencia en 20 de los 28 estados de India, según el ministerio del Interior.
El primer ministro, Manmohan Singh, ha descrito a la insurgencia como la mayor amenaza a la seguridad interna de la India.