El ex sacerdote apunta a recuperar la soberanía hidroeléctrica de Paraguay, en caso de ganar quiere renegociar el contracto que dio origen a la represa de Itaipú. A poco más de veinte días para que tengan lugar las elecciones presidenciales en Paraguay, el ex obispo rural de la ciudad de San Pedro, Fernando Lugo, lidera […]
El ex sacerdote apunta a recuperar la soberanía hidroeléctrica de Paraguay, en caso de ganar quiere renegociar el contracto que dio origen a la represa de Itaipú.
A poco más de veinte días para que tengan lugar las elecciones presidenciales en Paraguay, el ex obispo rural de la ciudad de San Pedro, Fernando Lugo, lidera la mayoría de las encuestas de intención de voto.
Según un sondeo difundido hace unos días por el diario Última Hora, el candidato de la Alianza Patriótica para el Cambio contaría con un 34 por ciento de los sufragios, seguido en segundo lugar por el ex general retirado Lino Oviedo con un 29 por ciento, y luego en tercer lugar recién aparece la aspirante oficialista del partido colorado, Blanca Ovelar, con un 25 por ciento.
Siendo conciente de su ventaja, Lugo ha decidido no responder a las acusaciones que constantemente difunden sus contrincantes en los medios de comunicación: por ejemplo que tiene estrechos lazos con el líder bolivariano Hugo Chávez o que supuestamente estaría relacionado con grupos guerrilleros que secuestran personas.
Cuando la prensa lo consulta sobre estos temas, el ex clérigo partidario de la Teología de la Liberación responde casi siempre lo mismo: «No estoy de acuerdo con ningún tipo de violencia y no van a encontrar; por más que creen falsos escenarios, las conexiones que quieran inventar; de mi conexión con secuestros. En la realidad, eso nunca ha ocurrido. Yo rechazo. Nunca van a encontrar que Fernando Lugo estuvo involucrado en secuestros y en hechos que me quieren imputar».
Al no formar parte de la «campaña sucia» que propone el partido Colorado, el candidato de la Alianza Patriótica utiliza sus actos para así profundizar sus principales lineamientos electorales. Uno de sus principales premisas es recuperar la soberanía hidroeléctrica.
Según Lugo, para lograr esto es necesario llevar adelante una profunda renegociación del tratado de Itaipú, el cual fue firmado en 1973 y sirvió para rubricar el nacimiento de la represa que comparten brasileños y paraguayos.
De acuerdo a los cálculos elaborados desde el centro de campaña de la Alianza Patriótica para el Cambio, Paraguay en la actualidad importa 1.000 millones de dólares en conceptos de hidrocarburos: esta cifra ha venido creciendo exponencialmente en este último tiempo debido al incremento sostenido en el precio del barril de petróleo.
Por otra parte, las ganancias producto de la represa de Itaipú sólo alcanzan los 400 millones de dólares, este desequilibrio en la balanza de pagos es el principal argumento que tiene Fernando Lugo para sostener que es necesario revisar profundamente, no sólo el contrato vigente con el gobierno brasilero, sino también con el argentino: con quien Paraguay comparte la represa de Yacyreta.
Como era de esperarse, estos anuncios encendieron la luz de alerta en el gobierno de Luiz Ignacio Lula Da Silva, sobre todo si tenemos en cuenta que la energía producida por Itaipú representa alrededor del 20 por ciento del caudal energético que emplea a diario el gigante latinoamericano: la misma mayoritariamente es utilizada en las regiones sureste y sur del territorio brasilero.
Este panorama llevó a que los medios cariocas rápidamente catalogaran a Fernando Lugo como un «vecino revoltoso», es más el diario Folha de Sao Paulo hasta lo llegó a calificar como un posible dolor de cabeza para los intereses de Lula en Latinoamérica.
A pesar que el director jurídico de Itaipú Binacional, Joao Cabral, declaró el pasado jueves que su país descarta de plano cualquier tipo de renegociación del tratado en cuestión antes de la fecha de caducidad del mismo: es decir el año 2023; el candidato de la Alianza Patriótica sigue firme en su postura de reclamar un trato más justo de parte de su vecino.
Es necesario que «se cumpla el acta de Foz de Iguazú, la cual fue firmada en el año 1966. Paraguay reconoce que se tiene que pagar el precio justo, el precio de mercado y eso es lo que quiere: se cambie o no el Tratado, con tal que el precio justo se cumpla, esto sustancialmente va a aumentar la divisa que ingresa por la represa de Itaipú».
Además de remarcar que «el dolor de cabeza es de sólo un sector de Brasil, nosotros queremos negociar con el pueblo brasileño que es conciente de que el tratado es injusto»; Lugo en sus actos proselitistas hace hincapié en que hay fuertes intereses que buscan evitar que los paraguayos recuperen su soberanía hidroeléctrica. Han pasado: «34 años de entrega, de donación, reclamamos lo justo para el Paraguay, lo haremos así mañana, pasado», expresó.
Habrá que esperar hasta el próximo miércoles 2 de abril para saber si el ex clérigo llevará estos reclamos a la reunión que tendrá con Lula Da Silva o si utilizara un lenguaje más conciliador para así no confrontar con el Primer Mandatario.
Antes de finalizar este artículo es necesario hablar un poco acerca de la denuncia que realizó en estos últimos días el ex general (de pasado golpista) Lino Oviedo: «Yo lo voy a decir responsablemente: quieren matar a monseñor Lugo, culparle a Oviedo y así se quedan dos llaneros solitarios, Blanca y Fadul. -Pedro- Fadul con el 2,5 por ciento (no incide en nada). De esta forma Ovelar quedaría con la cancha libre», indicó.
Esta denuncia puede resultar no tan inverosímil sobre todo si tenemos en cuenta que Paraguay todavía no ha podido erradicar del todo a los asesinatos por causas políticas. Es más, el mismo Oviedo esta acusado en la Justicia de ser el autor intelectual de uno de los crímenes más resonantes en la historia contemporánea paraguaya: el del ex Vicepresidente Luis María Argaña, en Marzo de 1999.
Es poco probable que el partido colorado, quien permanece desde hace seis décadas en el poder, llegue hasta estos límites movido por la desesperación ante el escenario electoral actual. Igualmente hay que decir que, a lo largo de su campaña, Fernando Lugo ha tenido que suspender actos proselitistas debido a amenazas contra su persona.
A sólo veinte días para la realización de las elecciones presidenciales, el panorama pinta favorable para el líder de la Alianza Patriótica para el Cambio. Su prédica en defensa de la soberanía nacional: una posición que por ahora (según lo que dicen las encuestas) pareciera estar catapultándolo a convertirse en el nuevo Presidente de todos los paraguayos.
(Agencia Periodística del MERCOSUR (APM) Universidad Nacional de la Plata, Facultad de Periodismo y Comunicación Social)