Recomiendo:
0

Subterfugio-2008. En Occidente hacen conjeturas sobre como Putin apañará su tercer mandato

Fuentes: Kprf.ru

Traducido del ruso por Josafat S. Comín

Como sabemos, durante años Washington se consideraba el Padrino del régimen postsoviético en Rusia: Gorbi, Yeltsin y su entorno, mas que vender, entregaron la URSS y Rusia, pues al fin y al cabo, no eran «sus» países, en cuanto que los «componentes» de Rusia, tierras, aguas, riquezas minerales, bienes inmuebles, fábricas, centros energéticos y mano de obra, no les pertenecían propiamente.

Es extraño, pero en Occidente no se esperaban de ninguna de las maneras, que en plena correspondencia con las leyes de acumulación que se dan en el capitalismo, todo eso pasaría directamente a convertirse en propiedad privada de aquellos, a los que Putin representa. Y ahora estos clanes putinistas no tienen la más mínima intención de entregar esta propiedad -que genera unos superbeneficios inimaginables- a Occidente, quien con el fin de hacerse con todos esos medios, ha estado apoyando todo este tiempo la «revolución democrática» y las «reformas».

En este sentido, las últimas maniobras del Kremlin, incluyendo la designación de Zubkov (como primer ministro. N de la T) y la presentación de Putin como cabeza de lista electoral por «Rusia Unida», han irritado sobremanera a los políticos y medios de comunicación occidentales, quienes han valorado la jugada con notable nerviosismo. En palabras de uno de los más destacados periódicos usamericanos: «Now putin stays forever» (Ahora Putin ha venido para siempre). Es decir; están llorando nuestro dinero. Y la única pregunta que se hacen es de qué forma él (Putin), seguirá gobernando Rusia sin limitación de poder ni de tiempo.

Durante meses, han estado en sus periódicos, como si de una película de suspense se tratase, metiendo miedo con el guión del tercer mandato presidencial. Después, tras los muchos desmentidos del propio Putin (según el diario «Kommersant», éste incluso dio su promesa al famoso politólogo estadounidense de origen ruso, Nikolai Zlobin), parecieron entender, que Putin no violaría de ese modo la constitución de Yeltsin, y se pusieron a hacer conjeturas sobre cómo se mantendría en el poder (nadie duda de que eso no vaya a ser así).

Después de los últimos acontecimientos y declaraciones del propio Putin, los kremlinólogos occidentales (esta profesión, que pareció morir junto con el Politburó, vuelve ahora a renacer), se han lanzado a debatir la versión moscovita del traspaso del actual presidente al sillón de primer ministro, con el consiguiente arrastre de poder al nuevo cargo, o su pronto regreso al sillón presidencial del Kremlin (al cabo de 4 años, o mucho antes).

Sin embargo, en esta versión continúa sin entenderse un aspecto determinante: ¿Y qué pasa entonces con Zubkov u otro pretendiente, que ocupe el puesto de presidente en el 2008? Aún y con toda su lealtad, Putin no se puede asegurar al 100%, que vayan a cumplir sus promesas y le vayan a ceder el cargo, según lo acordado. Por lo tanto, Putin no asumiría ese riesgo. Gleb Pavlovsky, uno de los politólogos más cercanos al presidente, confirmó recientemente este supuesto. Pero de ser así, ¿qué sentido tendría entonces toda esta barahúnda, diseñada por V.V.P.? (Vladimir Vladimirovich Putin . N de la T) se pregunta con razón el otro V.V.P. (Pozner, conductor del famoso programa televisivo «Vremena» [Tiempos]).

A juzgar por distintas señales, consideran en Occidente, además de los Pavlovsky, Surkov y compañía, que contando con el gusto por sorprender que acompaña a Putin, se prepara una nueva variante inesperada para sorprender al país y al mundo.

A falta de otras ideas, el consorcio «Jamestown Fondation» con sede en Washington, que presume de tener fuentes próximas a la CIA, compartió hace unos días una nueva versión.

Según ellos, los acontecimientos se pueden desarrollar del siguiente modo: Inmediatamente después de la victoria triunfal en las legislativas de «Rusia Unida» con Putin a la cabeza, éste presenta su dimisión del cargo de presidente y pasa inmediatamente a postularse como candidato por «Rusia Unida» para las elecciones anticipadas a la presidencia (sin violar así la Constitución, puesto que Putin actuaría ya como un político, y las elecciones serían anticipadas). Como es sabido, de acuerdo con la Constitución deberían celebrarse en un plazo máximo de tres meses, tras la dimisión del presidente.

De acuerdo con esa misma constitución, Zubkov se convertiría en presidente en funciones, pero por un periodo máximo de tres meses, que difícilmente le permitiría acumular todo el poder en sus manos, para poder mantenerlo en adelante (aunque dudo mucho que aspire a hacerlo). De este modo, Putin participa en las elecciones y vence de manera aplastante sin tener que violar ninguna norma constitucional.

Como asegura la publicación digital «Jamestown Fondation», Putin no solo aparecería con las manos limpias ante la ley. Según ese guión, resultaría el primer presidente ruso elegido como candidato de un partido político, lo que puede interpretarse por los estrategas del Kremlin como argumento de peso para el posterior avance de Rusia por el camino de la «democracia soberana» (Charles Gurin. Will Putin Step Dawn Early In Order To Run Again? Jamestown Foundation Eurasia Daily Monitor. October 3, 2007)

¿Qué podemos decir? No está claro si esa publicación es una filtración de los planes reales de una parte del entorno de Putin, o el fruto de la imaginación de los kremlinólogos de Washington. Lo seguro es que Putin y el enorme clan, que está interesado en su gobierno perpetuo, no van a entregar el poder voluntariamente. La cuestión está en ver como lo piensan hacer. Y lo más importante: está claro que todo esto nada tiene que ver con los intereses reales de Rusia y de su pueblo.

Desde ese punto de vista, el PCFR puede y debe tener un único objetivo: presentarse a los comicios y obtener la mayor representación posible en la Duma. Además, si se convierte en una Duma bipartidista, tanto mejor. Ir a las presidenciales y lograr que el candidato del partido, obtenga el mayor número posible de votos. El pueblo debe saber que tiene una alternativa real. El pueblo debe saber que hay un partido, capaz de presionar al gobierno y defender sus intereses. El pueblo debe recordar las lecciones de la historia y entender, que al igual que a principios del siglo pasado, el camino hacia la victoria puede resultar mucho más corto, de lo que pensaba incluso el mismísimo Lenin. Hay que estar listos para tomar el poder y luchar por ello. Ese es el objetivo real, que da sentido a la existencia de cualquier partido político.

*Leonid Dobrojotov es doctor en historia