El sometimiento, dominación y dependencia económico-geopolítico, las naciones de mayor desarrollo, los aplican a naciones de menor desarrollo, con argucias, espejismos y amenazas, a través de señuelos, como tratados de desarrollo, protección de la libertad y la democracia, créditos (FMI), acuerdos de cooperación, alianzas, etc.
Bajo ese tipo de señuelos, les imponen el modelo económico-político, y luego las controlan con sanciones económicas, acuerdos de cooperación y defensa, entre otros, tales como con el Plan Colombia, de defensa nacional, antinarcóticos, Usaid, etc.
Tenemos en el presente, en ciernes, el Plan Marshal para Latinoamérica, planteado por el Comando Sur de E. U., cuya esencia consiste en controlar la influencia creciente de Rusia y China, en esta área del planeta. Siempre, en nombre de la solidaridad, la democracia, la libertad y el libre mercado.
En mayo 2024, Juan Gabriel Tokatlian, investigador argentino y profesor de Relaciones Internacionales, alertó sobre el pronunciamiento del Comando Sur, de E. U. sobre América Latina.
Según él, «la histeria antisoviética y anticomunista que caracterizó el periodo de la Guerra Fría sigue viva, ante el ascenso de China y Rusia». Al respecto, citó la intervención de la comandante Laura Richardson, ante el Congreso estadounidense en marzo de 2024, durante la cual, pronunció la palabra «malicioso» 24 veces en referencia a las acciones de Pekín y Moscú en la región Latinoamericana.
Al mismo tiempo, al examinar los datos de cooperación en materia de defensa entre los países latinoamericanos, Tokatlian concluyó que los informes sobre una supuesta amenaza China, son necesarios para que Washington aumente su propio gasto militar. Así, el Comando Sur solicitó un aumento del 50 % de su presupuesto para 2025.
De esa forma, bajo premisas y objetivos propios del imperialismo, los E. U., desde siempre, han intervenido en el destino de naciones, quitando o imponiendo gobernantes, desestabilizando y asfixiando económicamente naciones, influyendo en la estructuración de marcos institucionales débiles y laxos, favorables a los propósitos y objetivos del mercado, circulación y explotación del capital transnacional y materias primas nacionales. Entre otros, el Consenso de Washington. Sus acciones y efectos los padece el planeta y en particular, Latinoamérica.
Con esos procedimientos y objetivos, los imperios se convierten en estados terroristas, criminales, beneficiarios y usufructuarios permanentes de la impunidad internacional y de las riquezas nacionales saqueadas.
Con base en el poder y dominación alcanzados por EE.UU., goza de total impunidad.
Y en consecuencia, no ha sido juzgado y menos, condenado por diversos genocidios y acciones criminales de lesa humanidad, perpetradas contra, Japón, Cuba, Granada, Haití, Panamá, Chile, Brasil, Afganistán, Bolivia, Venezuela, Argentina, Yugoslavia, Irak, Vietnam, Libia, Siria, Irán, Corea del Norte, Yemen, China, Rusia, entre muchas otras naciones.
Y persiste en arrogarse el derecho de decidir sobre el destino de todas las naciones, cuyo modelo económico-político, consideren no es favorable los intereses del imperio.
Bajo la equivocada concepción del poder y dominio del mundo, los EE.UU., recientemente, con el gobierno de Trump, y la continuidad con el Sr. Biden, con contumacia y perversidad, insiste en imponer las decisiones imperiales, en nuestro continente y el planeta, con el criterio de “América para los americanos” (1823) y en el planeta con el sofisma de “Estados Unidos primero”.
Frente al evidente desarrollo y evolución global del modelo económico capitalista, EE.UU., se empeña en profundizar el dominio planetario y tutelar el destino y desarrollo de las naciones, y del planeta, en lo económico, político, militar y social, en muchos casos, desconociendo acuerdos y tratados suscritos por sus antecesores y el derecho internacional.
Es lo que esta ocurriendo hoy, con la confrontación de EE.UU., la Unión Europea y Reino Unido y su instrumento de guerra, la OTAN, contra Rusia y China y lo que ellos mismos, comienzan a reconocer, la existencia del Sur Global.
La organización de naciones, reconocida como los BRICS+, con vertiginoso crecimiento, que representan el 48% y el 38%, respectivamente del PIB y la población global.
Desde el gran reparto del mundo en Yalta (Churchill, F. D. Roosevelt, Stalin 1945), acto conque concluyó la Segunda Guerra Mundial, E. U., investido de poderes omnímodos, ha logrado amplio desarrollo, económico, científico, tecnológico, industrial, comercial, que le ha proporcionado indiscutible poder geopolítico, económico y militar.
Los logros científicos y tecnológicos, le facilitaron acumulación de poder económico y político. Bajo esas condiciones ha hecho efectivas sus ambiciones de poder y dominio, político, económico-militar y ha sometido y ha explotado y saqueado a muchas naciones, durante décadas.
No obstante, con el paso del tiempo, ha tenido que enfrentarse a la competencia progresiva, activa y efectiva de nuevos actores, en el concierto internacional, en el campo del conocimiento, la ciencia, la tecnología, la producción, la industria, el comercio, y en el campo militar.
Esta realidad insoslayable, es consecuencia de que la globalización económica impuesta por el Imperio Occidental, con fines comerciales y de dominio geopolítico, no pudo evitar la globalización de la ciencia, el conocimiento tecnológico y científico, ni la apropiación del conocimiento, por parte de naciones en desarrollo y en particular de las emergentes.
Eso les esta imponiendo, inevitable redistribución del poder económico y geopolítico, entre naciones desarrolladas y emergentes, en el concierto global.
Son hechos y desafíos, que explican las crecientes tensiones político-económicas, entre naciones u organizaciones de naciones, como está ocurriendo entre EE.UU., la Unión Europea y aliados contra la ASEAN, China, Rusia, la India, Africa, México, entre otras. Tensiones que implican graves peligros, para la convivencia global y hasta para la presencia de la vida en la tierra. Evidentes ante las confrontaciones, políticas, comerciales y militares, en curso, entre Rusia, la Unión Europea, la OTAN y Reino Unido, bajo la batuta y oportunismo de Estados Unidos, integrante mayoritarios, del Imperio de Occidental, desde 1945 hasta hoy.
Las naciones que alcanzan considerables niveles de riqueza, poder y dominio geopolítico, mantienen el propósito de aumentarlos, protegerlos, mediante procedimientos ilícitos y atroces.
Son, en esencia, motivos de confrontaciones entre naciones, generalmente bajo auspicios directos o indirectos, de E. U. y/o, el imperio de Occidente. Lo evidencia lo que ocurre actualmente, bajo el mando de EE.UU., en Oriente Medio, contra Irán, Siria y contra Rusia y China y en el campo político Latinoamericano, contra Venezuela, Cuba, etc., porque consideran que sus crecimientos científicos y posición política, interfiere o amenaza su poder hegemónico regional y global.
La actual escalada económica y belicista, instrumentada de diversas formas, entre otras; mediante la aplicación de sanciones contra Cuba, Venezuela, Nicaragua, China, Irán, Rusia y Corea del Norte, son consecuencia del creciente desequilibrio de poder y dominio geopolítico, que advierte, el Norte Global.
Es inocultable el declive económico general del denominado Norte Global. El ya crónico y progresivo y agudo desequilibrio de su balanza comercial y el frenético crecimiento del endeudamiento oficial, en niveles cercano al PIB, de cada nación y el de EE.UU., superior al 130% de su PIB.
Son hechos que permiten concluir, que el Norte Global y con el, el imperio Norteamericano, se enfrentan al inevitable declive del apogeo imperial de EE.UU., y sus aliados, frente al crecimiento vertiginoso del Sur Global, en todos los campos del desarrollo, científico, tecnológico, político, militar, comercial, intelectual, social y humano, frente a los integrantes de los BRICS+.
Son hechos de indiscutible impacto, económico, geopolíticos, científico e ideológico global, determinantes, del nuevo ordenamiento económico-político global que constituye el principal objetivo e los BRICS+.
Gobernantes, dirigentes empresariales y políticos y ciudadanos en general, del planeta, deben analizar y entender las tendencias y objetivos de las políticas impulsadas por los gobiernos de los BRICS+ integrantes del Sur Global, para definir su posicionamiento político e ideológico y para la proyección y planificación del desarrollo interno de cada nación, de manera que puedan orientar, articular y desarrollar sus relaciones internacionales y de desarrollo nacional, dentro del contexto global y de esa manera articularse al crecimiento económico mundial y a las decisiones y efectos geopolíticos de la evolución y globalización del conocimiento, la ciencia y la tecnología y defensa de la soberanía de cada nación.
La presente confrontación política-económica de EE.UU. y sus aliados, contra Rusia y China, debe ser resuelta, y estructurada, en términos acordes con directrices y objetivos, que garanticen un Nuevo Orden Económico-Político Multipolar y el ejercicio real de la soberanía, de cada una de las naciones del planeta, y con ello su desarrollo integral efectivo.
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