100.000 personas, según los organizadores, han acudido este miércoles al acto de cierre de campaña electoral de los candidatos kurdos independientes en la capital del Kurdistan turco, Diyarbakir. El mensaje de los que subieron al escenario fue común: los candidatos serán la voz en la Gran Asamblea de Ankara de la lucha del pueblo kurdo […]
100.000 personas, según los organizadores, han acudido este miércoles al acto de cierre de campaña electoral de los candidatos kurdos independientes en la capital del Kurdistan turco, Diyarbakir. El mensaje de los que subieron al escenario fue común: los candidatos serán la voz en la Gran Asamblea de Ankara de la lucha del pueblo kurdo por sus derechos y trabajaran para lograr la democratización de Turquía y la paz por el Kurdistan. La posibilidad de constituir un grupo parlamentario kurdo ha generado grandes esperanzas entre la población, que espera que empezar a hablar del conflicto en el Parlamento sea un primer paso para resolverlo.
El movimiento de liberación kurdo se presenta a las elecciones a la Gran Asamblea turca de este domingo 22 a través de candidatos independientes. A pesar de tener una marca electoral legalizada, el DTP (Partido de la Sociedad Democrática), tomaron esta decisión por la dificultad que representa superar el 10% de todos votos emitidos en Turquía que se requieren para entrar al Parlamento. La expectativa es lograr unos 30 diputados, gracias a lo cual podrán formar un grupo parlamentario propio y hacer oír la voz del pueblo kurdo en Ankara.
Todos los que hablaron en el escenario se mostraron convencidos, ante la marea humana reunida, que Diyarbakir logrará llevar los cuatro candidatos independientes que presenta a la Gran Asamblea. Selahatin Demirtas, abogado defensor de los derechos humanos, es uno de estos candidatos; durante su intervención, aseguró que ellos no son solo kurdos durante la campaña, sino que también lo serán en el Parlamento. Esta declaración no es en balde: en el Parlamento turco hay muchos diputados kurdos encuadrados en partidos estatales que durante la campaña hacen algunas intervenciones en kurdo o que hablan de defender los derechos de este pueblo, pero que una vez en Ankara se olvidan de todas estas promesas. El hecho que los candidatos independientes que tienen el apoyo del DTP sean personas que se han significado en la defensa de los derechos humanos y que algunos hayan sufrido en propia carne la represión es, para los votantes, una garantía de su compromiso.
A la cita no quisieron faltar, además de los candidatos para esta provincia, nombres referentes del movimiento de liberación kurdo como Leyla Zana. Esta luchadora por los derechos humanos logró entrar en el Parlamento en 1991, pero fue expulsada de la institución y encarcelada por 10 años por haber expresado en lengua kurda durante la toma de posesión de diputada su voluntad de hermanamiento entre el pueblo kurdo y turco.
La expectativa generada por la posibilidad que los representantes del pueblo kurdo formen un grupo propio en Ankara es enorme, puesto que para muchos, el hecho de poder hablar de los problemas de este pueblo ya es un primer paso para empezar a resolverlos. Durante las intervenciones en el acto final de campaña, los candidatos recordaron los principales aspectos que se comprometen a llevar al Parlamento: cooficialidad de la lengua kurda en las provincias del Kurdistan, respuesta efectiva para que los tres millones y medio de personas expulsadas de sus pueblos por el ejército turco en los años 90 puedan regresar a sus casas o investigación de las vulneraciones de los derechos humanos cometidas por los cuerpos de seguridad del Estado.
Miles de personas abarrotaron las calles del centro de la ciudad, donde se celebraba el mítin, y las llenaron de color púrpura, el color que identifica a los candidatos kurdos, puesto que el verde, amarillo y rojo de la bandera kurda están prohibidos. Pero a pesar de la prohibición, algunas personas hicieron ondear pañuelos con los colores prohibidos, y también mostraron retratos del líder encarcelado Abdullah Ocalan.
A pesar del amplio despliegue policial, y de los inevitables aviones militares turcos que a diario sobrevuelan Diyarbakir y que no quisieron faltar a la cita, solo se produjo alguna corrediza cuando los miles de manifestantes ya se retiraban a sus casas.