Tras la disrupción del COVID-19 se han desatado varios debates que intentan explicar las diferencias entre Oriente y Occidente a la hora de afrontar y gestionar esta crisis sanitaria global. Si consultamos las cifras, veremos que la mayoría de ciudades de Asia del este han podido contener la pandemia, al menos hasta el momento de escribir este artículo. Queda por ver como seguirá evolucionando en cada caso. Varios intelectuales apuntan a que las ciudades y países asiáticos como China, Japón, Corea del Sur, Taiwán, Singapur o Hong Kong han logrado controlar el avance del virus debido en gran parte, a sus estructuras sociales disciplinadas, jerárquicas e incluso, obedientes que se remontan al confucianismo (Byung-Chul Han, 2020). Estas teorías nos ayudan a repensar nuestro sistema de valores. Sin embargo, obvian que cada uno de los casos mencionados tiene sistemas políticos y sociales muy diferenciados. Además, por ejemplo, ciudades como Hong Kong no se podrían catalogar como “obedientes” teniendo en cuenta las recientes protestas en contra de la controvertida ley de extradición a China, además de su larga tradición de movimientos pro-democráticos. Asimismo, el elemento que estas teorías apuntan sobre la confianza en el Estado es también un hecho discutible. Las estadísticas disponibles reflejan un importante descontento social respecto a los Gobiernos nacionales y locales, especialmente entre los jóvenes. Asimismo, en la mayoría de las ciudades y países mencionados no existen estructuras políticas que lleven al cambio social, tratándose de regímenes autoritarios o semi-autoritarios en los que la sociedad civil no tiene herramientas para reflejar su descontento y/o desconfianza. Por no hablar de la invisibilización de muchos colectivos de la clase obrera (migrantes e inmigrantes).
Al mismo tiempo, la teoría sobre el confucianismo se ha podido utilizar como una herramienta intelectual, o bien para demostrar un sentido de superioridad cultural o, para marcar más la diferencia entre el “ellos y el nosotros”. Así, tanto desde Oriente como de Occidente recurrir a esencias culturales y raciales simplistas. Lo cierto es que en la cotidianidad de ciudades con una alta densidad de población como Beijing, Hong Kong o Tokio, en las que se convive con multitudes y un consumismo desenfrenado, queda muy poco del confucianismo. A parte de algunos valores universales como el amor y respecto a los padres y hermanos o, el hecho de reverenciar la jerarquía, la veteranía y la senilidad, especialmente en países como Japón o Corea. Por otro lado, cabe mencionar el debate de las mascarillas para poner un ejemplo concreto que está generando un gran estigma en países como Reino Unido y Estados Unidos. Llevar mascarilla es un hábito de higiene pública percibido como un acto de responsabilidad y convivencia social muy interiorizado en Asia del Este. Ello está relacionado con el sentido del bien común que está por encima del propio individualismo. Contrariamente, la mayoría de países y ciudadanos occidentales son reacios a ello. Este artículo no entra en las valoraciones científicas y médicas respecto al grado de eficacia de esta medida, sino que enfoca el debate desde una perspectiva socio-política. Hay que tener en cuenta que la diferencia de comportamientos reflejado con este tipo de hábitos, está marcando un distanciamiento entre Oriente y Occidente (Leung, 2020).
Respecto a las diferentes realidades y resultados experimentados en cada país y región, tanto las distintas situaciones de los sistemas sanitarios existentes, así como el grado de envejecimiento de la población, son dos factores explicativos resaltados por la Organización Mundial de la Salud. Este artículo invita a reflexionar sobre otros factores en el ámbito socio-político, teniendo en cuenta que varias ciudades de Asia del este están entre las más superpobladas del mundo. Existe pues un sentido de supervivencia y estilo de vida urbana particular en las mega ciudades asiáticas, capitalistas de primer grado, altamente tecnológicas y faltas de espacio. Además de tener grandes desigualdades sociales. Estamos hablando de ciudades como Beijing, Shanghái, Hong Kong, Tokio, Osaka, Taipéi o Singapur. Hay muchos matices a tener en cuenta pero generalmente hay un nivel de educación relativamente alto, los ciudadanos están bien informados respecto a los temas convencionales de interés público y nacional, y sin formas de pensar tan tradicionales como en tiempos del confucianismo. Al mismo tiempo, en este tipo de ciudades hay un porcentaje muy elevado de la población viviendo en espacios muy reducidos. Sólo cabe aludir a las imágenes de los trenes en plena hora punta o los “hogares ataúd.” Otro factor clave sería la experiencia más reciente del SAR que dejó muchas lecciones aprendidas. Para los países occidentales esa epidemia no tuvo grandes afectaciones e incluso se percibió como un hecho lejano.
Varios autores han defendido que ciudades metrópoli como Tokio, Shanghái o Hong Kong son pioneras respecto al mundo del mañana, iluminando una nueva existencia urbana fruto del capitalismo pero también de una consciencia metropolitana cada vez más arraigada entre sus poblaciones (Huang Ching-yi, 2004; Jameson, 1992). Estos mismo autores remarcan los efectos de la globalización en los espacios de convivencia y de la vida cotidiana. Cabe resaltar varios factores que hacen que las mega ciudades asiáticas sean más sensibles al sentido de la supervivencia y urbanidad: a) la alta densidad poblacional, b) el concepto del bien común, c) las experiencias recientes de epidemias como el SAR y presentes pandemias como el COVID-19 y, d) la desprotección de muchos colectivos por parte del Estado. En consecuencia, varias medidas de convivencia y responsabilidad social se han interiorizado a lo largo de los años debido a sistemas de valores basados en la colectividad y no por obediencia al Estado o disciplina, sino precisamente por la desprotección de éste en muchos de los casos con sistemas capitalistas liberales y autoritarios. Por ejemplo, vivir en cubículos, afrontando situaciones complicadas con costes de vida muy elevados y temiendo una crisis sanitaria y económica, puede revelarnos una realidad muy diferente ante la que intentemos adoptar medidas individuales y colectivas de urbanismo y civismo.
En definitiva, este artículo ha sido una invitación a la reflexión. Las nuevas formas de vida en las mega ciudades –ahora más visualizadas que nunca– han venido para quedarse y expandirse a nivel mundial. Parece que vamos a ir aprendiendo más los unos de los otros, tanto de los errores como de los éxitos. También de las diferentes expresiones de solidaridad y colectivismo presentes y externalizadas de distintas formas, a nivel global. Por todo ello, es imprescindible compartir conocimientos y experiencias más centrados en las urbes a través de por ejemplo, redes o hermanamiento entre ciudades. A nivel comparativo, es importante centrarnos en las explicaciones holísticas en relación a las diferentes estrategias y comportamientos adoptados. Pero no olvidemos que hay muchos otros factores desconocidos que se irán perfilando. Esperemos que los futuros análisis y debates ayuden a prepararnos para las crisis del mañana. También a mejorar la convivencia, urbanidad, responsabilidad social y el civismo. Sin embargo, si se siguen alimentando los discursos simplistas y la comparación divisoria entre Oriente y Occidente se llegarán a muchas conclusiones superficiales y erróneas, a nivel académico, divulgativo y periodístico. Además, se fomentará un racismo que va a ir tomando más fuerza e, incluso radicalizándose, con discursos xenófobos basados en la simplicidad del clásico mensaje: ellos y nosotros.
Referencias
Byung-Chul Han (2020). “La emergencia viral y el mundo de mañana.” 23 de marzo, 2020. El País. Disponible en: https://elpais.com/ideas/2020-03-21/la-emergencia-viral-y-el-mundo-de-manana-byung-chul-han-el-filosofo-surcoreano-que-piensa-desde-berlin.html
Castells, M. (2006). La Sociedad Red. Una Visión Global. Madrid: Alianza Editorial.
Huang Ching-yi, M. (2004). Walking Between Slums and Skyscrapers: Illusions of Open Space in Hong Kong, Tokyo, and Shanghai. Hong Kong: Hong Kong University Press.
Jameson, F. (1992). The geopolitical aestehtic. Cinema and Space in the World System. London: Indiana University Press.
Leung, H. (2020). “Why Wearing a Face Mask Is Encouraged in Asia, but Shunned in the U.S.” 12 de marzo, 2020. Time. Disponible en: https://time.com/5799964/coronavirus-face-mask-asia-us/
Sisternas, M. (2019). “Dossier. Ciutats Model per Afrontar els Reptes Globals” Diari Ara. 12 de mayo. Disponible en: https://www.google.com/search?client=safari&rls=en&q=Dossier.+Ciutats+Model+per+Afrontar+els+Reptes+Globals%E2%80%9D+Diari+Ara&ie=UTF-8&oe=UTF-8
Marta Soler es candidata a Doctorado por la Universidad de Waseda