Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
Hace tiempo que este poema sirio se venía compartiendo en lengua árabe, aunque creemos que todo el mundo debería conocerlo. Hay quien dice que fue escrito por alguien que iba en un barco antes de que todos se ahogaran, pero no podemos verificar quién fue su autor. En cualquier caso, lo que cuenta es verdad.
Madre, no estés triste
Lo siento, madre, el barco se hundió y no pude llegar allí ni pagar las deudas del viaje.
Madre, no estés triste de que no pudieran encontrar mi cuerpo, para qué iba a servirte ya sino para tener que pagar el transporte, el funeral, el entierro.
Lo siento mucho, madre, siento mucho esa guerra que se nos echó encima y me obligó a marcharme, como a los otros, aunque mis sueños no eran tan grandes como los suyos.
Como tú bien sabes, sólo soñaba con poder pagar la caja de medicinas para tu colon, con tener lo necesario para arreglarte los dientes. Los míos son ahora verdes, el color del musgo adherido a ellos.
A pesar de ello, son aún más bonitos que los dientes del dictador.
Lo siento, madre, siento haberte construido una casa a base de ilusiones. Una casita de madera como las que veíamos en las películas. Una humilde casita para escapar de las bombas de barril, lejos del sectarismo, de las lealtades étnicas y de los rumores de nuestros vecinos.
Lo siento, hermano, siento no poder enviarte los cincuenta euros que te prometí a principios de cada mes para que pudieras pasarlo bien antes de graduarte.
Lo siento, hermana, siento no poder enviarte un nuevo teléfono móvil con wifi, como el de la más acomodada de tus amigas.
Lo siento, hermosa casa soñada, nunca voy a poder colgar mi abrigo detrás de tu puerta.
Lo siento, queridos buzos y todos los que os esforzáis en las labores de búsqueda y rescate, porque no conozco el nombre del mar en el que me he ahogado.
Quédate tranquilo, departamento de inmigración, porque no voy a constituir ninguna carga pesada para vosotros.
Gracias, mar querido, por darnos la bienvenida sin necesidad de visado ni pasaporte. Gracias también a vosotros, peces, que vais a compartirme sin preguntar por mi religión o mis creencias políticas.
Gracias, canales de noticias, que informaréis de la noticia de nuestra muerte durante cinco minutos de cada hora a lo largo de dos días.
Y gracias a vosotros por llorar nuestra muerte cuando escuchéis las noticias… Lamento haberme ahogado.
Los sirios son el grupo de mayor riesgo en esos «viajes de la muerte» que intentan cruzar el Mediterráneo en barcazas atestadas. Desde luego Europa debería tener un servicio de salvamento adecuado en ese mar. Pero si realmente queremos salvar vidas sirias la forma más eficaz es hacer que se sientan seguros en los hogares que no quieren abandonar. Eso significa acabar con las bombas de barril, las armas químicas y la violencia de la que escapan. Únanse al llamamiento de los trabajadores voluntarios de rescate de Siria para que se establezca una zona de exclusión aérea para proteger a los civiles: www.whitehelmets.org . Es un paso muy importante hacia la paz.
Fuente: The Syria Campaign
rCR