
Hace exactamente tres años te conté de mi experiencia con Richard Galliano, un acordeonista ítalo-francés al que Pantaleón le cambio la vida y que, en mi modesta opinión, es quien mejor lo interpreta. Fue también una de las últimas personas que lo vio con vida, en julio de 1992, cuando lo acompañó en la ambulancia que lo llevó en coma hasta el aeropuerto de París, donde lo subirían a un avión con destino a Buenos Aires, donde no se produjo el milagro.