Las fuerzas de seguridad de Kenia, Uganda y República Centroafricana, países sumidos en la violencia, preparan activamente la visita de alto riesgo de cinco días que el papa Francisco inicia el miércoles. Kenia y Uganda, que suministran un contingente militar a la AMISOM (fuerza de la Unión Africana en Somalia), son blanco privilegiado de los […]
Las fuerzas de seguridad de Kenia, Uganda y República Centroafricana, países sumidos en la violencia, preparan activamente la visita de alto riesgo de cinco días que el papa Francisco inicia el miércoles.
Kenia y Uganda, que suministran un contingente militar a la AMISOM (fuerza de la Unión Africana en Somalia), son blanco privilegiado de los islamistas somalíes shebab, aliados de Al Qaida.
Los Gobiernos de Kenia y Uganda anunciaron el despliegue de unos 10.000 policías en Nairobi y Kampala, las dos capitales donde el papa celebrará sendas misas gigantes al aire libre.
«Se adoptaron todas las disposiciones de seguridad, que se aplicarán desde su llegada», afirmó el jefe de policía de Kenia Joseph Boinett. «Conciernen las carreteras por donde circulará y los lugares de visita y alojamiento», agregó.
Más de 400 personas murieron en los atentados de los ‘shebab’ en Kenia desde septiembre de 2013, cuando se produjo el mortífero ataque contra el centro comercial Westgate de Nairobi, que dejó 67 muertos.
Un centenar de personas murieron en varios ataques contra localidades de la costa y 148 fueron asesinadas por un comando en la universidad de Garissa (este) en abril del 2015.
En algunos casos, los atacantes dejaron a salvo a los musulmanes y mataron solamente a los no musulmanes.
En Uganda un doble atentado causó la muerte de 76 personas en un restaurante y un bar de Kampala durante la final del campeonato mundial de fútbol de 2010.
La ONU anunció que 300 cascos azules basados en Costa de Marfil serán enviados a República Centroafricana, en apoyo a los 12.000 integrantes de la MINUSCA (misión de la ONU en República Centroafricana), encargada de la seguridad de la visita papal.
La República Centroafricana, que celebrará elecciones a fines de diciembre próximo, vive una guerra civil desde 2013, que opone a cristianos y musulmanes.
La seguridad sigue siendo muy precaria, sobre todo en Bangui, la capital, donde el papa debe realizar una visita de 24 horas y que, según las circunstancias, podría ser anulada.
«Veremos en función de la situación en el terreno si mantenemos» el viaje a Bangui, explicó recientemente el cardenal Pietro Parolin, número dos del Vaticano.
Francia previno que la visita era «arriesgada» y que los 900 soldados franceses presentes en el país no podrían garantizar la seguridad del papa.
En Kenia, el momento de mayor riesgo será la visita del papa al suburbio de Kangemi, en el noroeste de Nairobi, donde viven 200.000 personas en condiciones de miseria.
«A diferencia de la visita de Barack Obama (en julio pasado), durante la cual el gobierno pidió a los kenianos que se quedaran en casa, incitamos a los kenianos a venir a la ciudad masivamente para recibir al papa y participar en la misa», dijo el portavoz del gobierno de Kenia, Manoah Esipisu.
«Esperamos que el 10% de los católicos kenianos, es decir, alrededor de 1,4 millones de personas provenientes de todo el país, asistan a la misa de Nairobi», dijo el responsable de la visita papal, monseñor Alfred Rotich.
Por su parte, las autoridades ugandesas calculan que unas 100.000 personas asistirán al Parque de la Independencia de Kololo, en Kampala, para escuchar al papa.