Realizado desde el continente más pobre del planeta, donde las protestas contra el impacto de la globalización son a menudo las más enérgicas, los asistentes no pasaron por alto debatir el tema de la seguridad alimentaria, particular impacto en el contexto africano, como una de las principales preocupaciones del foro que desde este domingo tomó […]
Realizado desde el continente más pobre del planeta, donde las protestas contra el impacto de la globalización son a menudo las más enérgicas, los asistentes no pasaron por alto debatir el tema de la seguridad alimentaria, particular impacto en el contexto africano, como una de las principales preocupaciones del foro que desde este domingo tomó por completo el complejo deportivo de Kasarani, a unos veinte kilómetros del centro de la ciudad capital.
Miembros del Caucus Dignidad Humana y Derechos Humanos, explicaron que casi un tercio de la población de África subsahariana está desnutrida y alertaron que la cifra crece progresivamente.
Apoyados en datos reconocidos por la ONU, los ponentes indicaron que casi la mitad de los africanos residentes al sur del Sahara viven en la pobreza, y más del 40 por ciento de los hogares dispone de menos de un dólar por día.
Un fuerte rechazo a los Tratados de Libre Comercios, impulsados por Estados Unidos y Europa, se hizo sentir también en Nairobi, Kenia, durante la segunda jornada del VII Foro Social Mundial .
Los participantes del foro quienes han realizados más de 300 actividades autogestionadas, consideraron los TLC´s como estrategias de los países desarrollados para afianzar sus agendas de globalización corporativa.
El tema migratorio también centró el interés de este segundo día de debates en el FSM, donde impresionaron los testimonios y datos oficiales que expuso Mali al denunciar la situación migratoria de ese país y del resto de África.
Otros sectores sociales, por su lado, abogaron por la defensa de la información como un bien común de la humanidad, y denunciaron a las transnacionales que concentran los principales medios de difusión en una época de convergencia de tecnologías.
Cultura y biodiversidad, diáspora árabe y transnacionalismo, el derecho de las personas a un trabajo digno dentro de las Metas de Desarrollo del Milenio fijadas por la ONU, y software libre como mecanismo de compartir el poder, estuvieron en debate.
La agrupación Jóvenes venezolanos contra el imperialismo y en defensa de la revolución en su país, presentó una amplia y pormenorizada información acerca de las misiones sociales bolivarianas al servicio de los más necesitados.
Los expositores venezolanos calificaron de inevitable la mención a Cuba, por la magnitud de la cooperación brindada en materia de salud, educación y bienestar social al pueblo venezolano.
Uno de los talleres del día cuestionó la ayuda europea a países de África, el Caribe y el Pacífico, por condicionarla a lo que creen son buenos modelos de gobernabilidad y democracia.
Por su parte, la Red Ecuménica sobre el Agua exigió »socializar» el vital líquido, mientras la Red Jubileo Sur denunció la ilegitimidad de las deudas, tanto públicas como externas.
Miembros de la Asociación Cultural Punto Rosso, de Italia, señalaron estrategias y retos del movimiento mundial frente al Socialismo del siglo XXI, y la Plataforma Global de Ciudadanos alertó de las consecuencias negativas del cambio climático.
La cantidad de temas que se discuten en este centro de debates es tan diversa que un grupo de cantantes de hip hop sensibilizaron sobre la conveniencia de articular acciones con grupos no gubernamentales.
El séptimo Foro Social Mundial, fue inaugurado con una mega marcha este sábado en la capital keniata, que durante cinco días reunirá a más de 100 mil participantes de todo el mundo con el desafío de proponer acciones específicas en contra de los males del mundo.
Nairobi completará en esta oportunidad, siete años de una iniciativa que nació en 2001 en Porto Alegre (Brasil), donde además sesionó 2002, 2003 y 2005; en 2004 se realizó en Bombay (India), y en 2006 se realizó de forma policéntrica en Karachi (Pakistán), Caracas (Venezuela) y Bamako (Mali).