Para «lo peor de lo peor» de los terroristas, la Casa Blanca habilitó un centro de detención por el que no tuvieran que dar cuenta a nadie, ni siquiera a la justicia de EEUU. Seis años después de recibir a sus primeros presos, tras violar las leyes internacionales sobre el trato a los prisioneros y […]
Para «lo peor de lo peor» de los terroristas, la Casa Blanca habilitó un centro de detención por el que no tuvieran que dar cuenta a nadie, ni siquiera a la justicia de EEUU. Seis años después de recibir a sus primeros presos, tras violar las leyes internacionales sobre el trato a los prisioneros y practicar la tortura, la Administración Bush intenta cerrar Guantánamo. El plan es presentar cargos contra 80 detenidos y colocar en otros países a los otros 200.
Cuatro meses después del 11-S
Los primeros detenidos llegaron a Guantánamo el 11 de enero de 2002. Fueron instalados en el Campo rayos-X hasta que en 2003 fueron trasladados al Campo Delta. La última llegada notificada, el 12 de septiembre de 2007, es la de un prisionero capturado en Afganistán identificado con el nombre de Inayatullá y acusado de pertenecer a Al Qaeda.
Casi 800 presos han pasado por la base
En Guantánamo permanecen 290 presos según el Ejército de Estados Unidos. Casi 800 presos han pasado por el penal, de los que 485 han sido transferidos a sus países de origen tras no presentar EEUU cargos contra ellos. Según un estudio de la revista National Journal, menos del 20% de los reclusos tenía vínculos con Al Qaeda.
Sin derechos para los detenidos
La Casa Blanca decretó en febrero de 2002 que los militantes de Al Qaeda eran «combatientes ilegales» y que no estaban reconocidos por la Convención de Ginebra. Desde entonces se ha seguido un largo proceso judicial entre el Tribunal Supremo de EEUU y el Gobierno de Bush sobre la situación legal de los detenidos y su acceso a una defensa justa.
Comprados a los señores de la guerra
Sólo el 5% de los detenidos fueron capturados por tropas de Estados Unidos. El 86% fueron comprados por miles de dólares a las tropas paquistaníes o a los señores de la guerra de Afganistán. En el penal también hay menores: 17 de los prisioneros tenían menos de 18 años cuando fueron arrestados y trasladados a la base estadounidense.
Interrogatorios con torturas
Cuando Guantánamo recibió a los presos, el entonces secretario de Defensa, Donald Rumsfeld aprobó unos métodos de interrogatorio propios de la Inquisición: Interrogatorios de 20 horas diarias durante 50 días, privación de sueño, exposición a calor y frío extremos y el método de ahogamiento conocido como waterboarding.
Provocaciones a los reclusos
Más de 1.600 ejemplares del Corán fueron facilitados a los reclusos entre 2002 y 2005. Los presos tuvieron que emplear mascarillas sanitarias para evitar el sacrilegio que supone que el libro sagrado se ensucie en el suelo. El Ejército reconoce que en cinco ocasiones se actuó «inadecuadamente» con el Corán para provocar a los reclusos.
Huelgas de hambre y suicidios
Más de 200 presos han mantenido huelgas de hambre en el centro de detención. En septiembre de 2005, unos 130 presos mantuvieron una huelga de hambre en protesta por las condiciones de su encarcelamiento. En la base se han producido 29 intentos de suicidio de los que cuatro acabaron con la muerte de los internos por ahorcamiento.