En Australia, grupos de libertades civiles se han quejado de los amplios poderes que se le han otorgado a las fuerzas de seguridad para ser aplicados durante las celebraciones de la Jornada Mundial de la Juventud, con motivo de la visita papal a Sydney, a finales de este mes. Para ser un país supuestamente relajado, […]
En Australia, grupos de libertades civiles se han quejado de los amplios poderes que se le han otorgado a las fuerzas de seguridad para ser aplicados durante las celebraciones de la Jornada Mundial de la Juventud, con motivo de la visita papal a Sydney, a finales de este mes.
Para ser un país supuestamente relajado, Australia ha mostrado frecuentemente una faceta sorprendentemente autoritaria.
Esa es ciertamente la queja de los grupos de libertades civiles que han descrito los nuevos poderes policiales que se aplicarán durante la visita del Papa a Sydney, como «innecesarios y repugnantes».
Las nuevas leyes le otorgan a la policía el poder de detener a aquellos cuyo «comportamiento sea inconveniente o que moleste a los peregrinos que participen en la Jornada Mundial de la Juventud».
Según las reglas se podrán aplicar multas de hasta US$4.800.
Los grupos de defensa de libertades civiles se han quejado de que las leyes vulneran la libertad de expresión y el derecho de protestar.
Camisetas delictivas
El grupo NoToPope Coalition (Coalición No al Papa) dijo que planeaba distribuir condones en oposición a la postura de la Iglesia católica en temas como la anticoncepción, la homosexualidad y el aborto.
Tal muestra de protesta podría ser castigada gracias a los nuevos poderes así como el mero hecho de usar camisetas con mensajes anticatólicos.
Según Anna Katzman, presidenta de la sociedad de abogados de New South Wales, es difícil de comprender la lógica detrás de las nuevas leyes.
«Según las reglas, es delito negarse a quitarse una camiseta que diga ‘La Jornada de la Juventud es un desperdicio de dinero público'», dijo.
Otras quejas
La policía de New South Wales (Nueva Gales del Sur) dijo que las leyes pretendían evitar que los manifestantes que usen cosas como bombas de pintura y que los oficiales serán lo suficientemente razonable como para juzgar qué puede considerarse ofensivo.
Pero según la opinión generalizada de los abogados, las leyes son innecesariamente restrictivas y muy poco específicas.
Los grupos de protesta también se han quejado de que la policía quiere vetar sus pancartas, anuncios y camisetas antes de conceder permiso para que la manifestación tenga lugar.
La Jornada Mundial de la Juventud se llevará a cabo del 15 al 20 de julio y podría atraer hasta 500.000 peregrinos católicos de todo el mundo.