Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
El mundo ha presenciado durante los últimos meses uno de los recrudecimientos periódicos de especulación en el constante drama de si EE.UU. atacará a Irán por su supuesto programa de armas nucleares.
Teherán probó algunos de sus misiles balísticos de largo alcance durante la semana pasada para demostrar que toma en serio la amenaza de un ataque de Israel o EE.UU. Después, John Bolton, ex embajador de EE.UU. ante Naciones Unidas, escribió un artículo de opinión en el Wall Street Journal, diciendo: «Deberíamos considerar intensivamente qué cooperación extenderá EE.UU. a Israel, antes, durante y después de un ataque contra Irán. En todo caso nos culparán por el ataque, y ciertamente sentiremos cualesquiera consecuencias negativas resulten, así que existe una lógica convincente para que se haga lo más exitoso posible.»
Sin embargo, irónicamente, el gobierno de George Bush, por lo menos por el momento, ignora los llamados de los neoconservadores, e impulsa una cierta diplomacia al más alto nivel con Irán que haya tenido lugar desde la revolución iraní de 1979.
Bush envía este fin de semana al Secretario Adjunto de Estado William Burns, tercero en línea en el Departamento de Estado, a sostener conversaciones orientadas a frenar las ambiciones nucleares de Irán. Viaja a Ginebra con el jefe de política exterior de la Unión Europea, Javier Solana, para hablar con el principal negociador nuclear de Irán, Saeed Jalili. Según se informa el trámite cuenta con el apoyo total de la Secretaria de Estado, Condoleezza Rice.
La iniciativa incluye planes de EE.UU. de enviar por primera vez desde la revolución diplomáticos a Teherán en forma de una Sección de Intereses de EE.UU. – una acción a mitad de camino para establecer una embajada, sujeta a la aprobación del presidente iraní Mahmud Ahmadineyad. Irán ya tiene una sección semejante basada en Washington.
Son acciones perturbadoras para los partidarios de la línea dura que quieren derrocar al gobierno iraní, no cooperar con él. Y una nueva monografía de la Corporación RAND, destacado think-tank que ha producido desde hace tiempo informes sobre diversos temas de seguridad nacional para la Fuerza Aérea de EE.UU., probablemente empeorará su humor.
La monografía, intitulada «Las vulnerabilidades políticas, demográficas y económicas de Irán» establece que a pesar de la base teocrática de su Estado, Irán es uno de los países más democráticos en Oriente Próximo. Y a pesar de esas características autoritarias, numerosos iraníes perciben al régimen como legítimo. Aunque numerosos iraníes están disconformes con el autoritarismo del régimen, pocos se han mostrado ansiosos o dispuestos a actuar fuera del proceso electoral. Señala: «El régimen no parece estar bajo un peligro inminente de colapso o de un golpe.»
Son malas noticias después del artículo del 7 de julio en el New Yorker del periodista investigativo Seymour Hersh que informa que a fines del año pasado el Congreso de EE.UU. accedió a una solicitud de Bush de financiar una importante escalada de las operaciones clandestinas contra Irán, para desestabilizar a su dirigencia, incluyendo el apoyo a los grupos minoritarios árabes ahwazi y baluchis y a otras organizaciones disidentes.
Por cierto, señala el informe: «Las divisiones étnicas persisten en Irán pero no proveen un medio fácil para hacer tambalear a la dirigencia iraní. Aunque los persas, el grupo dominante, representan sólo a la mitad de la población, los gobiernos han tenido un éxito relativo en la tarea de inculcar una identidad iraní a los ciudadanos de la mayoría de los demás grupos étnicos colocando el acento en el chiismo como fuerza unificadora y fomentando el nacionalismo iraní.»
Este tipo de información basada en la realidad es un cambio refrescante, aunque fuera de lo común, en comparación con lo que se ve normalmente en informes de contratistas del gobierno. En una conversación telefónica, Gary Sick, quien formó parte del Consejo Nacional de Seguridad bajo los presidentes Gerald Ford, Jimmy Carter y Ronald Reagan, fue el principal asesor de la Casa Blanca para asuntos del Golfo Pérsico de 1976 a 1981, y es ahora director ejecutivo del Proyecto Gulf/2000 en la Universidad Columbia University, dijo: «También me sorprendió; no me parece como algo que digan normalmente a la Fuerza Aérea. Básicamente, la teoría subyacente de lo que proponen es que Irán tiene que ser integrado a la comunidad internacional.»
Sick agregó: «Los elementos disidentes no constituyen una amenaza para Irán. Tratar de derrocar el régimen no es una estrategia efectiva. Requeriría recursos masivos y mucho, mucho tiempo. Irán es una entidad de 2.500 años. La mayoría de las tribus se identifican primero como iraníes; piden más respeto, no que se derroque el gobierno.»
Esto no quiere decir que Irán no tenga vulnerabilidades. Un problema más urgente para el gobierno iraní es como satisfacer expectativas de servicios gubernamentales de mayor calidad y viviendas a menos coste para iraníes que viven en las áreas urbanas. Los iraníes soportan algunos de los costes de viviendas urbanas más elevados del mundo en relación con los ingresos, lo que hace que la vivienda sea uno de los problemas sociales más urgentes de Irán.
El gobierno iraní también enfrenta mucha presión para la generación de empleos para los hijos del boom de población de los años noventa. La cantidad de jóvenes que ingresan al mercado laboral ha aumentado en cuatro quintos durante las últimas dos décadas y se encuentra al nivel más alto de todos los tiempos.
Pero para los neoconservadores, la sección más alarmante del informe RAND es que discute las probables consecuencias internas de acciones militares de EE.UU. contra Irán si se bombardearan instalaciones iraníes – que el apoyo para cualquier represalia que su gobierno tomara sería probablemente generalizado.
Y a los precios actuales del petróleo, es poco probable que un ataque detenga el programa nuclear iraní. El gobierno podría financiar la reconstrucción de la instalación y continuar el programa actual sin mayores consecuencias presupuestarias.
El informe RAND discrepa de la posición conservadora de que un ataque llevaría a que Ahmadineyad recibiera un castigo merecido. Dice: «Desde nuestro punto de vista, una reacción más probable sería un fuerte impulso para tomar represalias. Los críticos de una política semejante probablemente preferirían guardar silencio.»
Según Justin Logan, director asociado de estudios de política exterior en el libertariano Instituto CATO en Washington, DC: «Lo que destaca es que indica el problema relacionado con la presión de EE.UU., que es contraproducente.»
Según Logan, las preocupaciones a largo plazo que enfrenta Irán – económicas, políticas y demográficas – son serias. «Lo único que aumentará la legitimación de sus gobernantes es si son vistos como la vanguardia de la resistencia al gran Satanás.»
El informe también estableció que respecto al bloqueo de las exportaciones iraníes de petróleo, esto probablemente haría más por solidificar el apoyo público para el régimen que por debilitarlo. Señaló que durante la guerra Irán-Iraq de los años ochenta, los niveles de vida se derrumbaron. Sin embargo, la oposición a la guerra enmudeció porque la mayoría de los iraníes se unieron tras su bandera nacional.
Un agudo aumento en el precio del petróleo en el mercado mundial, debido a una masiva interrupción en las exportaciones de petróleo del Golfo Pérsico, probablemente impulsaría la economía mundial hacia una recesión.
Teniendo en cuenta todo lo dicho, la monografía de RAND y el viaje de Burns confirman lo que Sick escribió esta semana: «En otras palabras, Bolton, una persona cuyas políticas (a mi juicio) son demenciales, reconoce un verdadero pragmatismo y moderación en Washington cuando los ve. Y no le gusta lo que ve en este gobierno completamente incapacitado.»
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David Isenberg es analista en asuntos de seguridad nacionales e internacionales, [email protected]. También es miembro de la Coalición por una Política Exterior Realista, erudito adjunto en el Cato Institute, colaborador del Proyecto de Reforma Militar Stratus, y veterano de la Armada de EE.UU. Expresa sus propios puntos de vista.
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